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sábado, septiembre 7, 2024
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El robo del siglo

Fernando Araujo (Diego Peretti) era un ladrón amante de la naturaleza y la marihuana que soñaba con el atraco más grande del mundo. Tenía la ocurrencia, vaya, la había visualizado, pero estaba muy consciente que no podía lograr su objetivo personal por sí solo. Por eso buscó a Luis Mario Vitete Sellanés (Guillermo Francella), un uruguayo de muy filosos colmillos, capaz de llevar a cabo el plan maestro que en 2006 dejó vacía la bóveda del Banco Río, convirtiéndose así en uno de los hurtos más grandes en la historia de Argentina.

Cómo lo hicieron, de qué manera tan estratégica integraron una banda con los delincuentes más astutos del extremo sur de Latinoamérica, y de qué manera lograron prácticamente librar la justicia, es lo que ahora cuenta el director Ariel Winograd con un estupendo guion de Alex Zitoy el mismísimo Fernando Araujo.

A la fórmula le agregamos la cámara de Félix Monti y uno de los elencos más brillantes del cine en español reciente, y vaya deleite cinematográfico que ha llegado a la lista de estrenos de la televisión de paga, a través de Fox Premium.

El filme recrea, con lujo de detalle y una narrativa esmerada, cómo se integra esta banda de delincuentes con personalidades tan diversas, que pronto empiezan a funcionar como una maquinaria de perfecta sincronía.

Dejemos a un lado conceptos similares como “Ocean’s 11”, este largometraje está fundamentado en hechos reales y expone cómo funciona la mente criminal, pero con un matiz cómico que curiosamente tensiona más escenas clave como cuando Vitete, “el hombre del traje gris”, comanda la sucursal y empieza a socializar con los rehenes, particularmente con una anciana que justo ese día celebraría su cumpleaños, por lo que termina coreando una felicitación que la lleva a sobrevivir el Síndrome de Estocolmo.

Al mismo tiempo, hay un elemento clásico del género policíaco: para que el criminal triunfe, el gobierno tiene que fallar. Y sí que falla, con unas corporaciones cada vez más reducidas antes de este grupo, sobre todo cuando empieza el choque entre las autoridades municipales y los famosos grupos tácticos. Qué miopía hay aquí.

Esta manera de llevar el hilo conductor de la historia, con dos actorazos a la cabeza, crea lo que la fórmula exigía: tensión, nerviosismo y, más hacia el desenlace, cuando las consecuencias del hurto se exponen. Y luego viene la conclusión tal como sucedió, de acuerdo a los expedientes del caso.

Qué trabajo el de Winograd, qué película, simplemente dicho así, sin más ni más. Esto no se ve todos los días. ****

Punto final.- Si alguien quiere ver una cinta romanticona, sin grandes complicaciones, está “Yo antes de ti/Me Before You” en Netflix.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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