Enérgico de convicción y carácter, disciplinado por herencia militar, comprometido con su país, valiente para denunciar injusticias sociales, abusos y satirizar a los políticos, el multifacético y prolífico actor mexicano Héctor Suárez, oriundo de los barrios populares de la colonia Obrera en el Centro Histórico de la Capital mexicana, será recordado más allá de su memorable trabajo sobre las tablas, pantallas y salas cinematográficas que hereda a la historia del entretenimiento como galardonado actor con el Premio Ariel y tres Diosas de Plata como director y productor.
La mañana del martes 2 de junio “El Destroyer” cerró sus ojos a los 81 años de edad -tras sufrir por años de complicaciones de cáncer y anemia-, y dio paso a la inmortalidad de “Doña Zoila”, “El Picudo” y “El Flanagan” (¡Queremos rooock!), personajes con los que será recordado como el cómico; sin embargo, Suárez recurrió al humor para retratar dramas y sátiras políticas en sus 61 años de trayectoria histriónica que tomó al abandonar sus estudios de Arquitectura y encarrilarse al lado de Alfonso Arau, Alejandro Jodorowsky, Susana Alexander y Héctor Bonilla, bajo la tutela del maestro de teatro Carlos Ancira, e incluso tomar clases con el mimo Marcel Marceau.
Ante el dolor de su partida, el gremio le recuerda por su trabajo en Televisa -desde donde fue amonestado por el entonces Presidente de México, Miguel de la Madrid- y TV Azteca, YouTube, además del teatro, stand up y telenovelas como “El derecho de nacer”, “Las gemelas”, “El dolor de vivir” y “Madres egoístas”. A lo que se suman programas de humor y más de 90 películas, como “Mentada de padre” (2019), producida por Lemon Films, interpretando a don Lauro Márquez, dueño de un imperio de la radio mexicana; entre otras como “Suave patria” (2012), “Atlético San Pancho” (2001), “Entre ficheras anda el diablo” (1984) y “El mil usos” (1981).
Legado crítico y humorístico de un mundo que, describió, vive de rodillas, callado y sin cultura de reclamo, desde el que se forjó para burlarse en su programa “¿Qué nos pasa?” (1985-1987), “La cosa” y “La otra cosa” (1996-1997), dejando huella en obras de teatro como “La señora presidenta” y “Los locos Suárez” junto a su hijo Héctor Suárez Gomís.
La política no fue ajena para don Héctor no solo desde la denuncia, sino dentro de organismos como Encuentro Social, partido al que ayudó a conseguir su registro en 2015, personificó a un ciudadano enojado que solicitó la salida del ex Presidente Enrique Peña Nieto, entre otros sketches en los que lanzó duros reproches al poder que le costaron amenazas de muerte.
En una de sus visitas a Baja California, Héctor Suárez evaluó su trabajo en una entrevista con ZETA. “No hay papeles chicos, hay actores pequeños, mi intervención es muy chica, no importa, pero con la entrega con la que lo hagas, la importancia que le des, es lo que vale la pena”, externó quien dio vida a “La señora presidenta”, personaje de la comedia francesa que presentó en Centro Cultural Tijuana, luego que la inmortalizara el desaparecido Gonzalo Vega y en la que Suárez actuó bajo la dirección de su primogénito Héctor Suárez Gomís, quien a través de Twitter, el martes 2 de junio dio a conocer la noticia del fallecimiento de su padre.
A don Héctor Suárez Hernández le sobreviven su esposa Zara Calderón; sus hijos Héctor, Julieta, Rodrigo e Isabella; y sus nietos Paula, Ximena y Pablo.
Sin duda, como él “No hay, no hay” otro, ni habrá quien lo iguale.