Mujeres que enfrentan sentencias por narcotráfico, en las modalidades de posesión o transporte de drogas y hayan sido engañadas o amenazadas, serían susceptibles de amnistía. En México, más de 3 mil féminas están presas por asuntos de narcotráfico y narcomenudeo, 400 de ellas podrían ser amnistiadas en cuanto puedan desahogarse los procedimientos. En estados como Jalisco, crearon su propia Ley de Amnistía de Mujeres Víctimas de Violencia, que prevé excarcelar a condenadas por lesiones, homicidio y parricidio, durante el anterior sistema de justicia penal
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Un número significativo de personas se encuentran en prisión purgando una condena o en proceso por delitos contra la salud en la modalidad de posesión o transporte de narcóticos, o por haber prestado colaboración para dichos propósitos. Entre esas personas sorprendidas por las autoridades hay cientos de mujeres actualmente internadas en centros penitenciarios del país.
Gloria “N” lleva más de nueve años presa en Mexicali por haber transportado droga vía aérea de Ciudad de México hasta la Capital bajacaliforniana. En diciembre próximo cumplirá la pena de 10 años de prisión que le fue impuesta por un Juez de Distrito, al resultar penalmente en la conducta ilícita descrita en el Artículo 194 del Código Penal Federal.
De nada le valió a la mujer justificar su delito porque supuestamente fue amenazada de muerte, y para que no dañaran a su familia, realizó el trasiego de varios gramos de heroína, pero fue descubierta en el Aeropuerto Internacional “General Rodolfo Sánchez Taboada”, a unos cuantos días de los festejos de la Navidad de 2010.
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Los años han pasado muy lento para ella, mas el recuerdo de su captura lo tiene tan fresco como si hubiese ocurrido ayer. En su mente se agolpan los instantes en que una decisión dio un giro total a su vida. Originaria de Ciudad de México, tenía poco más de dos años de radicar en la “Ciudad del Sol”, cuando en aquel diciembre su hermana tuvo un accidente y entonces Gloria viajó a la Capital de la República.
Luego de una rápida visita a su fraterna, regresó en un vuelo comercial que tenía como escala Guadalajara. Ocupó el asiento de en medio de uno de los lados de la fila 21. A ambos costados se sentaron dos señores. Era poco antes de las once de la noche cuando el avión despegó. Al aterrizar en “La Perla Tapatía”, los hombres que se habían sentado con ella desembarcaron, para que subieran dos mujeres con destino a Mexicali.
Tras el nuevo despegue, una de las féminas, de aproximadamente 50 años, le hizo plática durante todo el trayecto. Hablaron del miedo a volar, del tremendo calor de Mexicali, de los temblores, de sus familias y de su trabajo, entre otros temas. En varias ocasiones, la desconocida iba y venía al baño. Al momento de aterrizar en la ciudad fronteriza, le comentó que se sentía mareada y pidió que la acompañara al sanitario.
Mientras los pasajeros descendían de la aeronave, en el baño, la desconocida encerraba a Gloria, y, tras amenazarla diciéndole que iba a acompañada de personas violentas, que la estaban vigilando y, si no quería que le pasara nada a su hija, tendría que tomar un paquete que en ese momento le obligó a sujetar para después ocultarlo en sus partes íntimas. Siguiéndole de cerca, la traficante exhortó a la hoy reclusa a conducirse con normalidad, so pena de causarle un mal a su familia, pues ya sabía que la hija le esperaría.
“Cuando lleguemos, vete con tu hija, como que no pasa nada. No intentes decir nada porque si nos delatas matamos a tu hija”, le habría dicho aquella pasajera a una mujer muy asustada, según su relato. Como la imputada no se colocó adecuadamente el envoltorio que contenía heroína, y debido al miedo, caminó de forma temblorosa hasta la sala de equipajes, donde policías federales empezaron a observarla, lo que acrecentó sus temores.
Irremediablemente, la capitalina llamó la atención al grado de que tuvo que ser conducida por una oficial al baño de la terminal aérea, donde se entregó el paquete de droga a las autoridades. Las viajeras misteriosas referidas por la detenida habían desaparecido. La hija de Gloria se quedó esperándole más de dos horas sin que tuviera noticia de su madre, hasta que supo que estaba detenida por transportar narcóticos.
La mujer se ubica en el ahora. Ya conoce la noticia de la Ley de Amnistía y sus expectativas. También ha escuchado que no habrá libertades inmediatamente, sino que existen plazos por cumplir de acuerdo con los artículos transitorios de esa norma. Sin embargo, se sabe candidata y aunque ya le faltan solo unos meses para cumplir su condena, no le caería nada mal salir antes de tiempo para reencontrarse con su familia.
Así como a Gloria, la recién aprobada Ley de Amnistía podría devolverle su libertad por lo menos a unas 400 mujeres en las prisiones de los diversos estados de la República, según cuentas alegres de la senadora Lilia Margarita Valdez Martínez, del partido Movimiento Regeneración Nacional. En las cárceles nacionales hay aproximadamente 3 mil féminas acusadas de delitos contra la salud en diferentes modalidades.
De acuerdo con la exposición de motivos de la nueva normatividad, en muchos de los casos, estas mujeres fueron obligadas a transportar drogas bajo amenaza o bien por el influjo de otra persona, en muchos casos su cónyuge o pareja sentimental. En ese sentido, el Ejecutivo federal consideró que “cuando esas mujeres no representen una amenaza para la sociedad, deben tener la oportunidad de recobrar su libertad, para reincorporarse a su familia y comunidad”.
“Se trata, en muchos casos, de personas jóvenes detenidas por posesión de drogas en cantidades mayores a las permitidas por la legislación aplicable para consumo propio, o por haber participado en su transporte o comercialización”.
En la misma situación se ubican los casos de mujeres. En tal virtud, se considera que esas personas jóvenes y mujeres no representan una amenaza para la sociedad, en cambio, su estancia en prisión puede condenarlas a formar parte de la delincuencia organizada o llevarlas a cometer nuevos delitos, ya sea dentro de los penales o al salir de ellos, como destaca la motivación de la iniciativa hoy convertida en Ley.
Para Gerardo Carrasco Chávez, director de estrategia jurídica Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, “en el tema de la modalidad de transporte, rápidamente, lo que se prevé es cuando esta persona haya sido engañada, se encuentre en una situación vulnerable y haya sido engañada o amenazada para el transporte en ciertas cantidades. Es discutible si se tuvo que haber acotado más esta norma o no, pero se indican varias condicionantes de que sea primo delincuente y no haya cometido violencia en cuanto a la posesión de los estupefacientes”.
Aunque se ha dicho que solo se concederá amnistía por delitos no graves, la realidad es que el Artículo 194 del Código Penal Federal que prevé la figura típica del transporte de narcóticos establece una pena que va desde los 10 hasta los 25 años de prisión, que obviamente deja en claro que no se trata de una conducta punible menor, pero la situación de amenaza o engaño resultaría toda una atenuante para estar en el supuesto del beneficio de la nueva legislación.
Carrasco destaca que en el caso de “la simple posesión de droga, esta será básica hasta del doble de lo que se permite traer consigo en términos de la Ley General de Salud. En fin, de esto no hay tantas personas que se encuentran bajo este supuesto, y si existen, precisamente para eso estarán la comisión que se va a crear y el Poder Judicial, para que se determine, si en el caso concreto, es posible y dable que esta persona goce de su libertad o no”.
Foto: Tomada de Internet.- Gerardo Carrasco Chávez, director de estrategia jurídica Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad
El abogado expresó que le hubiese gustado ver otras alternativas que no sean ni el extremo de prisión, ni el extremo de la libertad absoluta. “Quizá se puede poner una especie de arraigo domiciliario durante un periodo para ver cómo va a funcionar. Se puede establecer la obligación de que la persona vaya a firmar cada semana o que no salga de la ciudad o del país. En fin…”.
De manera similar a la que plantea el delito de aborto, es difícil que se pueda encuadrar como delito federal, por lo que lo planteado “acerca del robo famélico, resulta también un engaño. El propio senador Ricardo Monreal decía que cómo es posible que haya en la cárcel personas que robaron para poder comer, personas que tienen hambre. Y con ese pretexto, y el de la pandemia, urgieron la aprobación de la Ley de Amnistía”, sentenció el entrevistado.
“Si ahorita voy al súper y me robo una manzana y me la como, ese delito va a ser del orden local. Me va a integrar mi carpeta de investigación el Ministerio Público de Ciudad de México y me va a juzgar el Poder Judicial de Ciudad de México, no es un delito federal. Los robos federales son aquellos en los que el patrimonio involucrado o sustraído pertenece a la Federación. Robo de hidrocarburos, robo de valores transportados por entidades del orden federal, a unas oficinas del Gobierno Federal. En fin, que tienen una pena mayor a cuatro años y ya no entrarían en los beneficios de la Ley”, comentó el jurista.
Sobre la posibilidad de que cada entidad federativa cree su propia Ley de Amnistía, criticó que en la federal se estableciera un artículo transitorio para que la Secretaría de Gobernación promueva que en los estados, las legislaturas locales hagan sus propias leyes de amnistía. Afirmó que es la primera vez que ve que una Ley ordene a Gobernación que cabildee posibles iniciativas en las entidades federativas.
“Sabemos que efectivamente la Secretaría de Gobernación no tiene ni siquiera las facultades para presentar iniciativas de Ley en los estados. Para esto revisamos las 32 constituciones estatales, entonces, ¿a qué se estarán refiriendo? Lo que yo considero es que, con independencia de que tiene cuestiones nobles y justas, y que no es novedad, el procedimiento que se indica no va a funcionar para la liberación de reo alguno durante el tiempo de cuarentena”, advierte.
En estados como Jalisco, se aprobó una Ley de Amnistía de Mujeres Víctimas de Violencia en octubre de 2019, estableciendo que las presas por los delitos de lesiones, homicidio y parricidio, que hayan sido víctimas de violencia sistemática física y sexual, podrán dejar la cárcel, aunque esos supuestos aplicarían exclusivamente para las sentenciadas con las reglas del sistema de justicia penal anterior a la reforma de 2008, siempre y cuando se haya pagado la reparación del daño.
El gobernador Enrique Alfaro Ramírez vetó la referida legislación en los primeros días de noviembre, al carecer de procesos claros y delegar facultades que no tienen los jueces, pero semanas después, los diputados volvieron a aprobarla sin modificar la amnistía condicionada, que era una de las observaciones formuladas por el titular del Ejecutivo jalisciense.
Por su parte, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, encontró inconsistencias y criticó esa Ley de Amnistía especial para mujeres violentadas, pero sus observaciones fueron enviadas demasiado tarde al Poder Legislativo. Entre las oposiciones se encontraba el hecho de que esas féminas tuviesen que reparar el daño, “es una de las cosas que nos parecen pésimas”, declaró en su momento la comisionada Candelaria Ochoa.
