Al 25 de abril, el secretario de Salud del Estado, Alonso Pérez Rico, dice que hay que estar otras tres semanas, después de que ya se hizo la cuarentena.
Una incapacidad de parto en una mujer son 40 días antes, y otros 40 días después del parto; igual que la cuaresma, 40 días de preparación, hasta semana santa. Hoy, la cuarentena se volvió 61 días de exilio domiciliario para frenar el coronavirus. La autoridad de salud da golpes de ciego a tantos supuestos; quizás otras tres semanas de no trabajo, y el pueblo se desespera.
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Es algo que llegó para quedarse: la vida cambió en el mundo desde diciembre de 2019; el nuevo coronavirus llegó al planeta y el viacrucis ya lo padece todo humano en la Tierra.
No todos se están quedando en casa; siguen las fiestas nocturnas en barrios tijuanenses; los alcohólicos comprando cerveza; los acostumbrados a comer en la calle, comen a escondidas; las filas, la distancia, no se respeta. No todos usan tapabocas… Un pueblo desobediente está de manifiesto y no se someten ni por su seguridad.
Esto leí por ahí. Va “pa’rato” y la vida ya no será la misma; necesitamos una adaptación a futuro y del ya, para vivir este próximo verano, que se ve será muy cálido.
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El hombre se condena por su ignorancia y desobediencia, y está de manifiesto que ya rebasamos el millar de fallecidos. Es un giro de 180° en el vivir y convivir de todos (y con todos). Un pueblo con malos hábitos de alimentación, hoy está pagando las consecuencias de la glotonería y la falta de ejercicio, con la insaciable manera de vivir para comer (y no comer para vivir).
Ya todos saben que somos el principal país en sobrepeso en ambos sexos; y he allí el talón de Aquiles con el COVID-19, que se ensaña con personas obesas, sabiendo que debían entrar a dieta antes de ni conocer qué era el COVID-19.
Mientras, serán muchos muertos, millones en costos, pérdidas, atrasos y caos de vivir. Sálvese quien pueda; el que se quiere, luchará contra el COVID-19. Por lo tanto, estamos sometidos a las mentiras de gobierno, aunque esté Morena gobernando.
Algo jamás visto hace décadas y décadas… Esperemos salir bien de esto, pelear por la vida individual, obedecer y tener cuidado con la pareja, llegado el COVID-19.
Atentamente,
Leopoldo Durán R.
Tijuana, B.C.
