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viernes, febrero 16, 2024
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De piel gruesa

De Trez en Trez

 


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Uno.- Cuando se busca pieles gruesas, resistentes, muy difíciles de penetrar, también de herir o lastimar (ya de perdida causarles una irritación por lo menos), de inmediato se piensa en especies grandes, de elevado tonelaje: un elefante quizás, un hipopótamo tal vez, un rugoso cocodrilo, a lo mejor una ballena; pero no. Según dicen los que saben, es el tiburón el de la piel más gruesa.


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Con un espesor de entre 10 y 14 centímetros, la piel del tiburón tiene otras características que lo hacen resistente, fuerte y además le brindan protección y aislamiento; puede darse el lujo de ignorar lo que sucede a su alrededor. Según he leído, la piel del tiburón es 10 veces más gruesa que la del elefante, y eso hace al escualo, poseedor de la piel más resistente de todo el reino animal.

Pues mucho más resistente parece ser la piel de la llamada 4T, que encabeza el Presidente López Obrador y algunos funcionarios que lo acompañan, y que no se han conducido con toda propiedad, por decirlo amablemente. Todo parece resbalárseles cuando se trata de críticas y señalamientos; como quien dice, el “tiburón los viene a ver y se va de paso”.

Doz.- Aun antes del inicio de esta administración federal y hasta la fecha, se ha criticado la presencia de indignos representantes del PRI en el esquema del gobierno de Andrés Manuel; también de panistas que en su tiempo fueron más azules que “Los Pitufos”, verdes, naranjas, y amarillos arrepentidos, que al triunfo de Morena “vieron la luz” y quedaron redimidos. A ellos se sumaron otros oportunistas que han tenido la suerte que difícilmente se repetirá en su vida.

A pesar de pregonar que este gobierno es diferente, a veces no se percibe esa diferencia y existen conductas que lindan con la corrupción, con la aplicación inexacta de la ley y con la adecuación de esta a los intereses del gobierno, no de los gobernados.

Van unos cuantos botones de muestra: En la Comisión Nacional del Deporte (Conade) que dirige Ana Gabriela Guevara -brillante atleta, mas no política ni funcionaria-, se dice, después de siete auditorías practicadas el año anterior, se desviaron más de 50 millones de pesos de Fodepar. Apenas el fin de semana pasado se dio a conocer la contratación irregular por 72 millones de pesos de aviadores, amigos y familiares en 306 plazas. Nada ha pasado.

Asimismo, se recriminó al Presidente por abrirle la puerta a Napoleón Gómez Urrutia, “líder” nacional de mineros, actual senador plurinominal de la República, con la venia del mismo AMLO. A “Napo” se le acusó (en 2013) de fraude por 55 millones de dólares, buscado por Interpol, se refugió en Canadá, obtuvo la ciudadanía canadiense; luego se retiró la orden de búsqueda, y la 4T lo impulsó a la senaduría. Napoleón heredó de su padre no solo su nombre, sino el liderazgo de los mineros, también su muy explicable fortuna, y ahora él hace lo mismo con su hijo quien presume la abundancia en sus redes sociales. Ahí sigue.

Y qué decir del proceso por el cual Rosario Piedra Ibarra asumió como presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), toda una imposición, en la que se dijo hubo “mano negra” en la irregular votación, lo que provocó desconfianza; sin duda, también restó autoridad moral a la cabeza de tan importante institución. Por lo demás, su actuación lejos está de ser brillante. Las críticas tampoco calaron.

Bartlett es un apellido harto conocido en la política de México hace muchos sexenios. Manuel, el viejo lobo de la política -también redimido-, ex de muchos cargos, ocultó o disfrazó sus haberes en su declaración patrimonial, y hasta se burló de los cuestionamientos al respecto: “Chu chu chu, chu chu, el tren maya va muy bien”, exclamó a los reporteros que le abordaron en una ocasión.

Trez.- Ahora, otro Bartlett (este lleva León como primer nombre y Álvarez como apellido materno), hijo de Manuel Bartlett, el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), aprovecha la pandemia de coronavirus y hace negocios redondos, sin licitación y obtiene cantidades millonarias por la venta de ventiladores al Imss, Issste, la Sedena y la Semar; se dice que son más de 100 millones de pesos.

Al igual que los casos anteriores -y otras acciones contradictorias, caprichosas, irregulares, otras abiertamente corruptas e ilegales-, los señalamientos y las críticas se les resbalan.

Tal parece que la titular de la Secretaría de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, es a Andrés Manuel López Obrador lo que Virgilio Andrade fue para Enrique Peña Nieto.

Resumiendo: en tratándose de señalamientos y críticas por malas actuaciones, y dicho sea sin albur, a algunos funcionarios y sus familiares, “el tiburón les pela los dientes”. La cuarta transformación tiene una piel dura, muy dura.

P.D.- No entiendo, ¿alcanzamos el pico y al mismo tiempo se aplanó la curva? Está claro, se escogió la economía por encima de la salud; los más amolados, los que menos tienen, como siempre…

 

Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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