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martes, octubre 8, 2024
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A pesar de números del Gobierno Federal, seguridad está rebasada

Pese a los anuncios alegres de “ligera reducción”

de delitos, los crímenes, la falta de detenciones y

la incertidumbre de los ciudadanos continúan en

el marco de una pandemia que ya comienza a

mostrar sus estragos. Alfonso Durazo, secretario

de Seguridad y Protección Ciudadana, se ufana de

que hubiese 50 homicidios menos en abril

comparado con marzo, y destaca decremento de

otros delitos como secuestro, robo y feminicidios.

Representantes de diversos sectores sociales y

empresariales refutan los supuestos logros. El

abogado Jorge Huerta Partida asegura que “el

hartazgo por la inseguridad se ha generalizado” y

las autoridades han sido “superadas y rebasadas

por la delincuencia”

A pesar de la pandemia generada por la enfermedad COVID-19, las actividades de la delincuencia no cesan, y en estos más de dos meses de aislamiento social, su presencia se traduce en homicidios, robos y hasta la desvergüenza de grupos criminales de entregar despensas en entidades del Occidente del país, ante la ocupación de los cuerpos policiales en propagar las medidas de sanitización y vigilar que se cumpla con el confinamiento.

Pese a la percepción social y a los reclamos ciudadanos por los ilícitos que padecen, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, aseguró que de acuerdo a las cifras que maneja el Gobierno de México, hubo una ligera reducción en la incidencia delictiva del mes de abril comparada con el mes inmediato anterior y un margen mayor comparado con diciembre de 2019.

Así, el multihomicidio de Culiacán, en el que perdió la vida el narcotraficante José Rodrigo Aréchiga Gamboa “El Chino Ántrax”, su hermana y su cuñado; el secuestro de 14 médicos y enfermeras de Nuevo León liberados en un hotel de Ciudad de México y las denuncias públicas de organismos civiles respecto a un incremento en los casos de violencia familiar durante la pandemia, son solo casos aislados, y algunos de ellos, como el del fenómeno feminicida, son minimizados o calificados de “mentira”.

Durazo Montaño se ufanó de la presunta disminución de 50 asesinatos entre abril y marzo del año en curso, afirmando que las autoridades tienen a la delincuencia bajo control: “Logramos nuevamente revertir la tendencia de crecimiento, estamos ligeramente a la baja en el número de homicidios dolosos respecto al mes anterior. Lo importante es señalar que se ha conservado la línea de contención y no se ha permitido la tendencia ascendente que tuvo históricamente este homicidio doloso, aun cuando el número sea alto. Este mes son 2 mil 950”.

El funcionario federal agregó que en marzo se perpetraron 3 mil los homicidios, “quisiera resaltar que en términos mediáticos se ha hablado mucho de que el mes pasado fue el más alto. No, el más alto… la cresta de esta incidencia de homicidio doloso es julio de 2018”, y también incluyó la reducción de delitos como secuestro, extorsión, feminicidios y robos en sus diversas modalidades, entre estas los hurtos de vehículos y a transporte de carga.

El anuncio de Durazo causó extrañeza, pues apenas unos días antes, el presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular mediante GPS, Víctor Presichi, informó que tras la medición del último bimestre, se registró un preocupante incremento en el robo a transporte de carga:

“Tenemos hoy un 7% de incremento, medido bimestre contra bimestre, pero también vemos con mucha preocupación que en zonas, en territorios que fueron el año pasado, principalmente el foco rojo del robo al transporte de carga que es básicamente la zona Puebla-Veracruz, la zona tripartita de Puebla, Veracruz y Tlaxcala; tenemos ya un incremento arriba del 40% medido también bimestralmente”.

Presichi agregó que Guanajuato “ha sido una zona también muy atacada y muy afectada por parte de grupos delincuenciales que están ahí peleando la plaza desde ya algunos meses y años, traemos ya un 25%, y en la zona conurbada del Valle de México se reportan incrementos de arriba del 20%”.

Foto: Carlos Alberto Carbajal/Cuartoscuro.com

DE LO OFICIAL A LO REAL

Pese a que Alfonso Durazo también anunció un decremento en las cifras de feminicidios, de 78 en marzo contra 70 en abril, y el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, señaló un día antes que no hay un aumento en los casos de violencia intrafamiliar, diversos colectivos feministas han reiterado que la violencia contra las mujeres es real. Entre las que también elevaron la voz, se encuentra la diputada Verónica Juárez, coordinadora del Partido de la Revolución Democrática en la Cámara de Diputados, quien señala que la evidencia del fenómeno desmiente a las autoridades.

En tanto las detenciones de presuntos delincuentes de alto impacto prácticamente desaparecieron, en el lapso del aislamiento por COVID-19 se registraron asesinatos como el del defensor ambiental Adán Vez Lira el 9 de abril en Actopan, Veracruz; de Luis Enrique Linares, director de Desarrollo Rural de Villagrán, Guanajuato en la misma fecha; de Víctor Fernando Álvarez Chávez, director del portal de noticias Punto por Punto el 11 de abril en Acapulco, Guerrero; y el de tres enfermeras del IMSS en Torreón el 7 de mayo.

De acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la percepción de inseguridad tuvo un repunte de 0.5% en el país, según datos que arroja la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana.

El documento indica que el 73.4% de la población adulta consideró que vivir en su ciudad es inseguro. Las localidades con mayor sensación de inseguridad fueron Ecatepec, Estado de México; Uruapan, Michoacán y Coatzacoalcos, Veracruz. Mientras que las ciudades con menor percepción negativa fueron San Pedro Garza García, Nuevo León; Puerto Vallarta, Jalisco y Saltillo, Coahuila.

El maestro Jorge Huerta Partida, abogado postulante y asesor mediático en materia de Derecho, destaca que las cifras son maquilladas por los entes gubernamentales a su conveniencia. “Con lo que sucede con la pandemia tenemos una clara muestra de la gran incapacidad de las autoridades para dar cumplimiento a su obligación y al derecho a la seguridad que tiene todo mexicano. El hartazgo por la inseguridad se ha generalizado y las autoridades han sido superadas y rebasadas por la delincuencia”.

Huerta aseguró que por las malas estrategias de quienes están al frente de los cuerpos de seguridad, a las policías se les ha desviado del cumplimiento de sus obligaciones. “En diferentes estados han tomado funciones y atribuciones que no les competen, como salir a las calles a hacer invitación mediante altavoz a la gente que se quede en casa, a que porte cubre bocas, e incluso son utilizados los cuerpos de seguridad para entregar esos insumos”, dijo.

No obstante, reprobó que en esos territorios las corporaciones policiales hagan gala de toda su fuerza, detengan y agredan a las personas que no cumplen con las medidas preventivas contra el coronavirus. “Curiosamente con el hampa no se portan así. ¿Por qué no se portan así? Porque son totalmente incapaces y totalmente rebasados, porque sus estrategias planteadas no fueron las adecuadas”, planteó.

Para el entrevistado, la función primordial de los cuerpos de seguridad es la prevención del delito, patrullar las calles, hacer rondines con sus torretas de manera continua, “que se advierta una presencia para que la delincuencia vea que en caso de que cometa un ilícito, sepa que se van a enfrentar a esa fuerza del Estado, pero están canjeando ese patrullaje, esos rondines por una labor de protección civil”.

 

GUARDIA NACIONAL FALLIDA

Huerta Partida expresó que al olvidarse la Policía de su función de prevenir el delito e inhibir las conductas antisociales, los maleantes se han volcado en contra de la ciudadanía, pues la delincuencia se organiza y modifica su forma de operar. “Tenemos por ejemplo que antes de la pandemia los delincuentes que se dedicaban al robo de vehículos nuevos en agencias o lotes de autos, ahora que están cerrados, llegan a estacionamientos públicos y se roban los automotores usados.

“Otro ejemplo: el que robaba a personas en la vía pública, ahora se mete a robar a negocios abiertos o casas habitación. Los que robaban sin violencia ahora usan armas, mientras que los miembros de la delincuencia organizada también están mutando al secuestro, extorsión, cobro de derecho de piso. La delincuencia se organiza y los cuerpos de seguridad son totalmente incapaces para poder implementar estrategias y protocolos”, apuntó el jurista.

Foto: Cortesía.- Asalto en autopista

Además de criticar acciones como la del Presidente de México, que a finales de marzo fue a saludar a la madre del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, ex líder del Cártel de Sinaloa, por el mal mensaje que con ello se transmite. También enfatizó en las acciones de grupos criminales que no se inmutan ante ninguna figura de autoridad como ocurrió recientemente, que con motivo del aislamiento social y sus consecuencias, brindaron “apoyo” a la ciudadanía lanzando el mensaje de que ellos socorren más que el gobierno.

“Los delincuentes perdieron totalmente el respeto hacia los cuerpos policiales en casos como la entrega de despensas por parte de grupos de delincuencia organizada en las propias barbas de las autoridades. Es una muestra de poder de esas organizaciones criminales y una clara incapacidad de la autoridad. No descarto que haya colusión y los dejen actuar dándoles determinado tiempo para que cuando se retiren, lleguen los policías y ya no los encuentre”, reflexionó Jorge Huerta.

Sobre la creación y funcionamiento de la Guardia Nacional, externó que ha significado un rotundo fracaso al no haber combatido al hampa, sino que se han visto totalmente rebasados. “Carecieron desde un principio de capacidad, capacitación y estrategia, de nada ha servido su presencia en las diversas entidades, es un rotundo fracaso. Los delitos en un año y medio se han incrementado desde un 70 hasta un 150 o 200%”.

A manera de conclusión, el entrevistado amplió:

“Hay homicidios semana tras semana, a pesar de resguardarse la gente en su domicilio, ahora llegan los sicarios y acribillan a toda la familia, sin el menor respeto a las mujeres y menores de edad. La Guardia Nacional ha incumplido totalmente su función y lo único que se hizo fue un gasto excesivo para la creación de ese fallido cuerpo de seguridad. Las autoridades argumentan que van a la baja y se atreven a asegurar que están conteniendo a la delincuencia, siendo que toda la ciudadanía vemos lo contrario en porcentajes muy elevados”.

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