La astucia sobrepasa la fuerza de un gobierno, que intenta aplacar manifestaciones de un pueblo harto de abusos por parte de un grupo pequeño que “gobierna” a toda una nación (pero no el pensamiento de cada ciudadano), la cual despierta para exigir lo que considera un derecho de bienestar para él y su familia.
Honk Kong: Presentaba una crisis, en la que millones de manifestantes “sombreros amarillos”, interrumpieron en la sede del gobierno e incluso cerraron el aeropuerto internacional, por lo cual sus millonarios pidieron un alto a las protestas y establecieron el orden a como fuera.
Francia: Huelga de las “camisetas amarillas” contra el plan de reforma de las pensiones propuestas por Emmanuel Macron, primer ministro, misma que inició el día 5 de diciembre de 2019.
Inglaterra: Contra el cierre del parlamento, orden del primer ministro Boris Johnson (que le llegó el “corona”).
Italia: Contra reforma laboral que facilita despido de trabajadores.
Y así, sucesivamente, gobierno contra pueblo; pero si no puede con la fuerza, sin decir agua va, nos mandaron a todos a casa: chinos, franceses, ingleses, italianos, etcétera, en la llamada cuarentena provocada por una acción, un “virus” que nació Wuhan, China, para detener a sus ciudadanos que protestaban. Se les salió de control y aquí están las consecuencias.
Todos en el mundo estamos más que preocupados por acciones de potencias económicas que, sin pensar en las probables consecuencias, mantienen al mundo en suspenso, solo por conservar su jerarquía económica (que da el poder sobre los pueblos del mundo).
Lamentablemente, se le salió de control; y como siempre, hay que buscar un culpable. En esta ocasión, la culpa es al más débil y sin licenciado: al pobre murciélago.
¿Será verdad lo del murciélago? ¿O la química nos volvió a fregar?
Si la segunda opción es cierta, exigimos a los dueños del mundo pensar muy bien lo que van a hacer.
¿Tú qué piensas referente a la crisis que estamos pasando?
Atentamente,
Dr. Víctor Rochín.
Tijuana, B.C.
