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lunes, septiembre 30, 2024
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El martirio del pequeño Abraham

Apenas de 5 años de edad, la historia de Abraham Martínez Vázquez es de horror. De acuerdo al análisis forense de su cuerpo, tenía meses de ser maltratado por su madre y su padrastro. Desde golpizas hasta encierros. La Fiscalía General del Estado detuvo a su progenitora y al novio de esta, como presuntos responsables del crimen cometido el miércoles 19 de marzo, cuando intentaron ocultar la muerte del menor, fingiendo su desaparición. Abraham tenía una treintena de heridas en el cuerpo, lo cual, según médicos del Servicio Médico Forense, es síntoma inequívoco de abuso y maltrato infantil recurrente

La noche del 19 de marzo, el pequeño Abraham Martínez Vázquez fue reportado como desaparecido por su madre Blanca Sarahí Martínez Vázquez, de 24 años, y su padrastro Jaime Gaytán García, de 27.

El reloj marcaba las once de la noche cuando se emitió el llamado de emergencia que pedía el apoyo de policías en la vivienda marcada con el número 4595 de Avenida Totoñapa, casi esquina con Calle Río Xixtla del fraccionamiento Parajes del Oriente, una comunidad de clase humilde ubicada en la periferia de la mancha urbana.

Foto: Cristian Torres.- Localizan a Abraham.

La comunidad forma parte de un complejo conocido como “Los Pueblas”, cuya incidencia delictiva es sumamente alta, pues los niveles de descomposición y marginación social son los de peores incidentes en todo el municipio. Esa zona es el objetivo prioritario de atenciones de violencia familiar en Mexicali, según datos de la Policía Municipal.

Esa noche, elementos estatales acudieron al inmueble y tomaron la declaración de los entonces identificados como víctimas, quienes narraron que el menor de 5 años de edad había desaparecido de la casa y se habían percatado de ello hasta altas horas de la noche.

Desde que se tomó la declaración notaron inconsistencias, pero aun así iniciaron la búsqueda del niño. Primero patrullando en el perímetro, y luego ubicando sitios donde pudiera haberse resguardado.

Al día siguiente, la Fiscalía General del Estado (FGE) emitió una Alerta Amber para solicitar el apoyo de toda la ciudadanía en este caso, lo cual fue por pocas horas, pues un vecino de la comunidad que ingresó a una vivienda abandonada localizada sobre la calle Tepexcanal casi esquina con Río Xolotla, a escasas dos calles de distancia de la vivienda de Sarahí y Jaime, encontró el cadáver del pequeño.

Escondido al interior del baño de dicha propiedad se ubicó el cuerpo de Abraham, quien, según información del doctor César Raúl González Vaca, rondaba las 24 horas de muerto. Esto definía que habría fallecido el mismo día que fue reportado como desaparecido.

Los padres fueron detenidos esa misma noche, según el parte informativo de la Policía Municipal, debido a llevaban armas blancas entre sus pertenencias; ambos se encontraban afuera de su vivienda y el motivo de la intervención es que captaron el momento que Jaime cumplía sus necesidades fisiológicas en la vía pública.

Evidentemente, esa fue la versión oficial del caso, pues habían sido detenidos desde el momento en que se localizó el cuerpo del niño.

 

ERA UN NIÑO MALTRATADO: SEMEFO

El doctor González Vaca estableció que Abraham padecía el síndrome del niño maltratado. Las más de veinte heridas ubicadas en su cuerpo, entre hematomas y raspones, principalmente, dejaban claro el martirio que sufría de manera recurrente, sobre todo porque muchas de estas lesiones fueron hechas días, e incluso semanas atrás.

Algunas sobresalen entre todas, como la que sufrió en el lado izquierdo de su cabeza, la cual terminó por causar la hemorragia intracraneal que acabó con su vida; también se evidenciaron huellas de violación sexual.

Foto: Cortesía.- El niño Abraham Martínez Vázquez.

Cuando policías investigadores conversaron con los padres, descubrieron que estos se encontraban bajo los influjos de las drogas, y al cuestionarlos sobre el trato hacia el infante, confirmaron que era sometido a constantes ataques.

De hecho, el padrastro afirmaba -según confiaron fuentes a ZETA– que le propinaba constantes golpizas debido a que el infante no hacía caso, que estaba mal educado y que iba a enseñarle como él aprendió. La situación era tal que todas las noches, Abraham era encerrado en el baño de la casa.

La madre señaló que el pequeño había hecho una maleta con ropa, aparentemente con la intención de irse, lo que al parecer provocó el acto violento del padrastro, el cual es considerado autor principal del crimen.

El asesinato del pequeño Abraham no es un acto aislado, pues apenas en octubre de 2019, Miguel Ángel, de 8 años de edad, corrió con la misma suerte, al ser asesinado y su cuerpo localizado calcinado en un terreno baldío adyacente al fraccionamiento Misión San Ignacio, al Oriente de la ciudad.

La presunta responsable del crimen fue nada menos que su abuela, con quien vivía en compañía de sus dos hermanos, uno de los cuales fue presentado como testigo en contra de la mujer.

Esa tarde de 19 de octubre, Miguel Ángel se quedó con su abuela Ana Luisa, mientras sus dos hermanos fueron enviados a comprar mercancía diversa a la tienda de la comunidad. Cuando regresaron, la mujer estaba a bordo de su vehículo con el pequeño Miguel Ángel recostado en la parte trasera. La fémina dijo que se había sentido mal y lo llevaría al médico. Sin embargo, no volvieron a saber de él. El cuerpo del infante se localizó calcinado a escasos metros de su casa.

Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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