Paradoja kafkiana que Morena tenga dos presidentes -una crisis de liderazgo-, pero con un presidente “calladito” que tiene 72 por ciento de aceptación.
El domingo 26 de enero se convocó, previo pacto de Bertha Lujan (BL) y Yeidckol Polevnsky (YP), a una Asamblea Nacional para resolver -políticamente por las buenas- las divergencias entre dos proyectos de Morena: el encabezado por BL y la saliente presidente interina YP, exlíder de Canacintra.
Salta un fuerte conflicto de intereses, no se debe ser juez y parte. YP debe renunciar a la presidencia interina, si quiere ser candidata a la dirección de Morena.
Pero, ¿qué hay detrás de cada personalidad? A BL la respaldan las bases del congreso y la legitimidad de un movimiento político; en cambio, a YP, claramente, sin argumentos de pesos y cada vez más aislada (Leonel Godoy le renuncio), le mueve una ambición legitima, pero personal, que no pudo ocultar. Por lo pronto, no deja YP a Morena porque AMLO no le ha ofrecido algo que se ajuste a ser secretaria de Estado. Y de ahí aspirar a la “Grande”.
Ante el vacío de ofertas tentadoras para escalar en la pirámide del poder, YP quiere asegurar la dirección nacional de Morena; para esto, el cálculo político requiere disponer de más tiempo para colocar sus piezas en las elecciones 2020. Hay que designar -desde Morena- 14 candidaturas a gobernador, y con el apoyo de los cinco actuales podría ascender en la escala de poder y ubicarse en una posición de ventaja ante los otros tiradores a la silla presidencial. Esto puede considerarse especulación, pero el acomodo ajedrecístico de piezas lleva necesariamente alinear las estrellas con tiempo.
¿Qué estrategias está utilizando YP para desmovilizar a las bases y los procesos legales y políticos? La llamada guerra legal, que es un recurso de moda por la derecha. El caso Assange, Correa, Lula, Dilma, Kirchner, Evo; y en México, el caso de Sergio Aguayo. La maquinaria de justicia está podrida, el sistema judicial y policías son un monstruo de injusticias. Es un ataque a la legitimidad política y al respaldo social y las razones morales de estos personajes, quienes están contra las cuerdas (por obvias irregularidades de jueces inmorales).
La empresaria se sabe en desventaja; por eso ha operado medios legales y extralegales para neutralizar la fuerza que tiene BL, que fuera ganando posicionamiento cuando se realizaron elecciones de delegados en 2019.
La situación es que el comité nacional, electo de manera unánime goza de la legalidad porque de los dos mil 600 delegados nacionales, el domingo se reunieron mil 310, cifra que también se legitima por 19 estados de la República presentes, buscando que se renovara el partido que gobiernan el Ejecutivo Federal y mayoría en el congreso.
Ante el raro fenómeno de un partido con dos cabezas, el zacatecano líder del barzón y presidente de la comisión del presupuesto de la Cámara de Diputados, Alfonso Ramírez Cuellar, y la multicitada Polevnsky, cada vez más ilegítima, cuestionada e impopular, por ser identificada con el ala derecha de Morena.
Hay que mencionar que YP ya debería haber concluido su ejercicio interino; probablemente se resiste abandonar esa responsabilidad por razones obvias: desde el partido se van a nombrar a los candidatos a espacios públicos que vienen elecciones este 2020. Pero ya se le terminó su ejercicio estatutario, y debe dejar esa posición -en la que no debe eternizarse- en un partido que luchó por la democracia a costa de muchas vidas y sacrificios.
Si bien quien queda, en primer término, en evidencia la jefa formal, está involucrado en la cúspide del mando el líder natural del partido; siempre es el Presidente de la Republica el fiel de la balanza. El silencio de AMLO denota al menos tres escenarios:
1.- Que no puede hacer respetar la disciplina en su propia casa;
2.- Que AMLO ocupa el Palacio Nacional, porque pactaron que Morena quedaría en manos del empresariado, como equilibrios de poder, sin estimar un giro de circunstancias que amurallaron intereses y futurismo que lucra abusivamente; o
3.- Que se prepara un manotazo legal, esperando el momento oportuno.
Mientras, se inundan de basura priista y panista los niveles de gobierno regional.
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es académico del Instituto Tecnológico de Tijuana.
Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com