En conferencia de prensa realizada en el Casino de Mexicali con la Asociación de Periodistas de la Capital del Estado, el lunes 17 de febrero, el fiscal general del Estado, Guillermo Ruiz Hernández, demostró la lealtad que le tiene a su compadre el gobernador, al declarar que podría quedarse en el cargo para el que fue designado por el Congreso del Estado después de una reforma al vapor para crear la Fiscalía General del Estado a su medida, solo dos años y no los cinco que marca la Ley. Todo dependerá de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde está pendiente determinar si el periodo de gobierno de Jaime Bonilla es de dos años como se votó el día de la elección y en la convocatoria del Instituto Nacional Electoral, o si le agencian los cinco años de mandato que los diputados, a iniciativa de Morena, le concedieron en una reforma catalogada como inconstitucional, motivo por el cual se encuentra su análisis en la Corte. Después de ponerse sentimental y contar su historia con el ingeniero Bonilla e incluso la petición del Presidente Andrés Manuel López Obrador para que aceptara trabajar en el gobierno estatal (aunque la fiscalía es autónoma), “Titi” Ruiz relató como a su petición fue modificado el tiempo de encargo del fiscal de nueve a cinco años, fue en ese momento que comentó que él se retiraría cuando hiciera lo propio Bonilla, demostrando no solo que de autonomía, la FGE en sus manos no tiene nada, sino que responde a los deseos del gobernador, que le modificaron la Ley al gusto y que es compadrísimo del Ejecutivo estatal. Así el compromiso con la seguridad de Baja California.