Con más de 34 mil asesinatos dolosos en México en el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador (oficialmente aún no se cuenta diciembre de 2019) y la presencia prácticamente intacta de los ocho grandes cárteles de la droga en el país (Sinaloa, Jalisco, Arellano, Juárez, Golfo, Zetas, Guerreros, Beltrán), a excepción del congelamiento de cuentas por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda sobre algunas de estas estructuras criminales, las corporaciones policíacas, de investigación, prevención y procuración de la justicia poco o nada han hecho para capturar a quienes desde esas mafias han asesinado personas, trasegado droga, extorsionado.
Esa situación de inseguridad y violencia que se vive en México a pesar de la retórica presidencial de que las cosas están cambiando, que ya no es como antes, que abrazos y no balazos, que los regañen sus madres y de no enfrentar directamente a la criminalidad organizada, están haciendo que los mexicanos se sientan inseguros.
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La última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana desarrollada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) durante diciembre de 2019, da cuenta que el 72% de los mexicanos consideran inseguro vivir en su ciudad. La cifra aumentó desde septiembre, cuando el 71.3% pensaba de esa forma.
Las mujeres mexicanas mayores de 18 años se sientan más inseguras, alcanzan ese nivel de intranquilidad el 77.2% de ellas, mientras que los hombres que consideran inseguro vivir en sus ciudades se calculan en 67.8%.
La misma encuesta del Inegi reveló las ciudades donde las personas se sienten más inseguras: Puebla (92.7%); Tapachula, Chiapas (92.1%); Ecatepec, Estado de México (92%); Uruapan, Michoacán (92%); Fresnillo, Zacatecas (91.9%) y Tlalnepantla (90.9%).
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Lo cual no es consistente con las ciudades que en México son consideradas las más violentas, aquellas donde se llevan a cabo el mayor número de asesinatos, cuya deshonrosa lista la integran Tijuana, Baja California; Ciudad Victoria, Tamaulipas; Ciudad Juárez, Chihuahua; Acapulco, Guerrero; e Irapuato, Guanajuato, pues ninguna de estas aparece en el listado de las ciudades donde sus residentes se sienten más inseguros de acuerdo al Inegi. Solo tres, Tijuana, Juárez, Acapulco, son parte de las ciudades de interés que considera la institución para la encuesta, y de estas, solo en Ciudad Juárez incrementó la percepción de inseguridad de septiembre a diciembre de 2019, pasando de un 74.6 a 90.5%. Mientras Tijuana disminuyó 5 puntos su percepción de inseguridad para situarse en 71.5 y Acapulco pasó de 88.9% de considerarse inseguros, a 84.7%, lo cual significa que los asesinatos que en estas localidades suceden con mayor frecuencia y en mayor número, no son lo que hace sentir a una población insegura.
En contraparte, las ciudades donde sus ciudadanos se sienten más seguros son: Mérida, Yucatán, donde solo el 18.9% confesó sentirse inseguro; San Pedro Garza García, Nuevo León, 18.9%; San Nicolás de los Garza, Nuevo León, 31.7%; Saltillo, Coahuila, 31.1%; Los Cabos, Baja California Sur, 32.7%; y Puerto Vallarta, Jalisco, donde 34.2% de su población considera que es inseguro vivir en tal ciudad.
Entonces, más allá de los homicidios dolosos que se registren en una ciudad, la inseguridad es palpada por los mexicanos cuando les afecta directamente. Por ejemplo, 35.3% de la población cuenta con por lo menos una víctima de robo y/o extorsión en el segundo semestre de 2019, mayormente en localidades del Estado de México, Ciudad de México y Puebla.
De igual manera, 14.6% de los mexicanos tuvieron una interacción en diciembre de 2019 con una autoridad de seguridad pública en cualquiera de los órdenes de gobierno, y de ellos, 48.3% fue víctima de un acto de corrupción por parte de la misma.
El Inegi concluye que la “sensación de inseguridad por temor al delito y las expectativas que tiene la población sobre la seguridad pública se generan por la influencia de diversos factores, como la atestiguación de conductas delictivas o antisociales que ocurren en el entorno donde se desenvuelve la población. Asimismo, el temor al delito puede hacer cambiar las rutinas o hábitos de la población, así como la percepción que se tiene sobre el desempeño de la policía”.
En ese sentido, los mexicanos dijeron sentirse inseguros en cajeros automáticos en la vía pública (81.6%); transporte público (74.3%); en alguna institución bancaria (68.9%); transitando en las calles que habitualmente utiliza (65.3%); en carreteras (56.8%); en un mercado (58%); en algún parque o centro recreativo (54.3%); en centros comerciales (44.8%); mientras maneja en su automóvil (41.8%); en su lugar de trabajo (38.5%); en la escuela (27.3%); y en su casa (27%).
Además, 27.2% de las mujeres mexicanas fueron víctimas de acoso personal o violencia sexual durante el segundo semestre de 2019,
Desafortunadamente la mayoría de los mexicanos, el 33.6%, consideró que durante 2020 la situación de inseguridad en su ciudad seguiría igual de mal. No hay, pues, mucha expectativa en los gobiernos federal, estatal o municipal para que mejoren la situación de seguridad. De hecho, un 28.9% opinó que la inseguridad podría empeorar este año, con todo y que en general los mexicanos consideraron haber visto reducidos los siguientes índices de inseguridad respecto del último trimestre de 2018: el vandalismo disminuyó en 4.1%; robos y asaltos también 4.1%; bandas violentas o pandillas, 3.2%; venta o consumo de droga disminuyó en 2.6%; mientras el consumo de alcohol en las calles redujo un 1.2%.
Por supuesto que no fue gratuito y no todo estuvo en la autoridad local, los mexicanos cambiaron ciertos hábitos para protegerse de la inseguridad y evitar ser víctimas de un delito. Por ejemplo, 65.1% optó por “no llevar cosas de valor como joyas, dinero o tarjetas de crédito”; 53.5% dejó de “caminar por los alrededores de su vivienda, pasadas las ocho de la noche”; 53% “cambió rutinas en cuanto a permitir que sus hijos menores salgan de su vivienda”; y 36.6% modificó la costumbre de “visitar parientes o amigos”.
Ahora sí que los mexicanos están aprendiendo a cuidarse solitos, porque con todo y el nuevo gobierno, la percepción de inseguridad continúa.
