— Martínez, ¿a dónde va usted tan raudo, circunspecto, asaz y atribulado?
“Pues iba al baño, pero creo que ahora iré por un diccionario”.
Autor: Jefe sangrón.
Pregunta
— ¡Apá!
“¿Qué pasa, hijo?”.
— ¿Puedo hacerte una pregunta urgente?
“A ver, dime”.
— Si me dicen “papeles” y yo digo “tijeras”, ¿verdad que yo gané?
“Pues técnicamente sí”.
— Entonces ¿por qué el maldito policía me está subiendo a la patrulla?
Autor: Policía juvenil.
Vecino
Toc, toc…
— ¿Quién es?
“Tu nuevo vecino. Soy joven, soltero, guapo, alto y musculoso”.
La mujer abre la puerta y…
“¡Ajá, caíste! Somos los Testigos de Jehová, ¡hija del diablo, arrepiéntete, demonia!”.
Autor: Aleluya.
Nombre
— ¿Cómo se llama su hijo?
“Septiembre Parroquias”.
— ¿Por qué le puso ese nombre?
“Porque me gustan las canciones de Julio Iglesias”.
Autor: Fan de “El Puma”.
Eres como…
— Cariño, cuando hablas, eres como una ciudad de Estados Unidos.
“¿Como Los Ángeles?”.
—No, ¡Kansas!
Autor: Ex pareja.
Quién habla
¡¡Ring, ring!
— ¿Hola?
“¿Quién habla?”.
— El amor de tu vida.
“Imposible, ¡el chocolate no habla!”.
Autor: Devorador de Carlos V.
Suertudo
— Debo ser el tipo menos suertudo del mundo.
“¡Ah, caray! ¿Por qué dices eso, compadre?”.
— Pues le clavé unos alfileres a una foto de mi suegra, y resulta que le curé la artritis con acupuntura.
Autora: La suegra.
Traguito
— ¿Puedo invitarte un traguito?
“Sí, está bien”.
— ¿Cerveza, vino, vodka, martini, mojito, margarita, whisky en las rocas?
“Sí, en ese orden, por favor”.
Autor: Novia briaga.
50 lagartijas
— El reto de la semana era hacer 50 lagartijas en 10 minutos.
“¿Y lo lograste?”.
— La verdad es que no dibujo tan rápido.
Autor: Ex físico culturista.
100 mujeres
Llegan 100 mujeres al infierno y el diablo del dice:
“Las que le revisaron el celular al novio o al marido, pasen por esta puertita”.
Y 99 féminas se enfilan hacia la puerta. Una se queda parada, sin chistar. Al verla, el diablo vocifera:
“A ver, ¡tráiganse a la sorda también!”.
Autor: La sorda.
Celular
— Amor, ¿me compras un celular?
“¿Y el otro?”.
— Ah, el otro me va a comprar una tablet.
Autora: Dueña de laptop.
Duda
— Tengo una duda.
“Dígame, soy su abogado y estoy aquí para defenderlo”.
— Dices que la persona que atraqué es un político.
“Ajá, así es”.
— Entonces, técnicamente lo que hice no fue un asalto; más bien fue un reembolso.
Autor: Anónimo del NSJP.
Amaneceres
—– Después de ver tantos amaneceres tú y yo juntos, ¿qué somos en realidad?
“Pues veladores, peneque, ¿qué más?”.
— Ah, es verdad.
Autor: Velador romántico.
Ironía
— ¿Dónde puedo verte?
“En mis fotos”.
— Yo decía de cerca.
“Ponle zoom”.
Autor: Loco por las redes sociales.
Preguntas que te hacen enojar
—¿Te caíste?
No, me gusta besar el suelo.
—¿Te cortaste el pelo?
No, se me encogió.
—¿Ya llegaste?
No, vengo por la esquina.
En las llamadas:
— Hola, ¿estás en tu casa?
No, estoy en Jamaica, echado en la playa.
A las cuatro de la mañana:
—¿Te desperté?
No, soy Drácula
En el restaurante:
— ¿Qué haces aquí?
Vine a saludar a los meseros.
En un atraco:
— ¿Te robaron?
No, le regalé mis cosas y el ladrón salió corriendo de la emoción.
Llegando de la calle en plena lluvia:
— ¿Te mojaste?
No, me gusta salir a bañarme con ropa cuando llueve.
Llamada de auxilio
La Policía de Lake Worth Beach, Florida, respondió a la llamada de auxilio de una mujer, pero cuando la unidad llegó al domicilio lo que realmente encontró fue ¡EN ZERIO! un perico muy gritón.
Según explicó el dueño de este pájaro parlanchín, el señor estaba en el garaje de su casa arreglando el auto de su esposa y el loro, llamado Rambo, cantaba y hablaba como loco. El problema es que cuando el animalito gritó “¡Déjame salir, déjame salir! ¡Ay, ay, ay!”, la voz fue tan real que hizo que un vecino marcara al 911.
El hombre rápidamente presentó a Rambo a los agentes, quienes no tuvieron otra alternativa que documentar el caso y subirlo a Facebook.