¡Vaya! Ya se le cumplió su primer año al actual mandatario federal. O sea, a Andrés López Obrador como Presidente de la República.
Los resultados -en cuanto a lo político- le han salido de lo mejor:
Primero: porque logró la presidencia que había ambicionado por más de dos décadas.
Segundo: también tiene dominadas las dos Cámaras (de senadores y diputados).
Tercero: está colocando a ministros de la Suprema Corte a su medida, igual como acaba de hacer en la CNDH; y va sobre el INE.
Cuarto: ha impuesto a sus visires o virreyes.
Quinto: ya tiene a su Guardia Nacional.
Sexto: avanzan sus proyectos (el Tren Maya, el aeropuerto en Santa Lucía, su refinería en Dos Bocas, etc.).
Séptimo: ha recortado los presupuestos a comisiones independientes de vigilancia.
Octavo: ha establecido sus becas y prestaciones a ninis y partidarios.
Noveno: con las “mañaneras” ataca a la prensa libre, detentando poder desde el podio presidencial.
Décimo: sobre todo, está centralizando más de peor el poder hacia el D.F., en vez de descentralizar, como dijo durante campaña.
Al contrario, por el lado económico:
1. No ha habido crecimiento; si acaso, menos del 1% (o poco más de la mitad, 0.6%).
2. No hay confianza de los inversionistas nacionales.
3. Los extranjeros son los que están invirtiendo, dejando así al país peor: dependiente.
4. No se están generando empleos.
5. A pesar de las declaraciones engañosas, sí está aumentando el endeudamiento externo con el FMI y el Banco Mundial.
6. Por sacar dinero para ninis, partidarios y sus proyectos, ha recortado los presupuestos a salud, medicinas, servicios y obras públicas.
7. Ya impuso medidas recaudatorias más drásticas y desesperadas con el SAT.
Y así, por el lado económico, se exhibe tan liberal como los neoliberales…
En cuanto a lo social y a la justicia, no se han cambiado las estructuras que hay desde el priismo. Las medidas por robos de combustible (“huachicol”) han tenido mediano resultado, descontando las víctimas que se quemaron. Súmenle una indolente actitud ante formas de violencia, inseguridad y delincuencia tan evidentes, con un aumento devastadoramente evidente de matanzas depravadas e indiscriminadas en sucesos tremendos, como el “culiacanazo”, mostrando que dejó crecer el poderío desenfrenado de mafias y cárteles del crimen.
En lo internacional, después de que Peña Nieto dejó cruzar la primera caravana de hermanos centroamericanos, al empezar López Obrador por exhibirse en su populismo izquierdista se puso a regalar visas, dizque humanitarias; la reacción de EU fue un zarpazo tan firme que ahora está al revés: tiene a la tal Guardia Nacional de persecutora de esos pobres engañados, haciendo el ridículo, y luego vino a Tijuana para hacer su acarreo patriotero. Mientras, no se ha atrevido a participar en eventos del G-20 o la cumbre APEC.
Y pues, al igual que siempre hacen en campaña todos los políticos, tras lanzar su demagogia de promesas, que en cuanto asumiera el poder iba a detener el crimen y que, como en la época del milagro mexicano de los 50’s y 60’s (bajo el excelente secretario de Hacienda, Antonio Ortiz Mena, con el tipo de cambio firme, sin devaluaciones ni vaivenes), daría crecimiento económico del 6%. No se le ve nada de eso.
Así que ya, tras iniciar y ver los toros de frente, dijo que se le esperara medio año para ver resultado.
Después, que hasta que pasara un año.
¡Y vaya pues! Ya pasó el primer año. Con plastas de cambios cosméticos: en mucho maquillaje, donde solo ha colocado a sus partidistas y seguidores para acaparar los puestos públicos, igual que han hecho siempre, pero sin nada real de resultados. Ni con mejores de fondo ni mayor crecimiento. Y todos los pronósticos para 2020 son… que seguirá igual el estancamiento. Si caso, creciendo un 2%. A lo máximo.
Siguen 5 años más de morenamio. ¿Estará aprendiendo lecciones para cambiar? O, como desde hace años le han señalado y achacado casi todos los analistas, de ser estilo megalómano, ¿se aferrará y empeñará en seguir de ególatra como Echeverría, López Portillo, Salinas de Gortari o Fox?
Ánimo, amable lector, seamos nosotros ciudadanos pacientes, trabajadores y productivos. No borregos de los caprichos ni solo para sus ambiciones, de los partidos de tintes de gris, negro o morado.
Feliz navidad y próspero año nuevo. Y paz.
Gracias, y Dios nos conceda salud.
Atentamente,
José Luis Haupt Gómez.
Tijuana, B.C.