La historia se repite. Como cada año en Baja California Sur, decenas de jornaleros agrícolas son abandonados a su suerte, luego de ser traídos por enganchadores que los reclutan con promesas de trabajo; al llegar a la entidad, son desechados y los dejan tirados a su suerte.
Incluso, el número de indigentes en el municipio de La Paz ha aumentado. Al platicar con algunos de ellos, estos manifiestan haber llegado por una oportunidad de trabajo, pero este se acabó y no pudieron regresar a sus lugares de origen; gran parte de ellos vienen de estados como Guerrero, Michoacán, Sonora, Sinaloa, Oaxaca. Lamentablemente, hoy son adictos a drogas o alcohol.
27 personas fueron abandonadas recientemente; estaban en busca de alimento, en lo que los recogían de nuevo. Supuestamente se había conseguido transporte para regresarlos.
“Ya tenemos dos días sin comer. Llegamos a un rancho en El Carrizal y nos abandonaron; tenemos niños, adultos mayores, y solo nos trajeron algo de pan para comer. Tuvimos que dormir en la banqueta porque nos dejaron en la calle; tenemos miedo decir de qué rancho son porque nos amenazaron. Somos gente de Sinaloa que llegamos para trabajar en el campo y la empresa nos quedó debiendo parte de nuestro salario prometido”, refiere Erick Valadez, jornalero agrícola abandonado.
Recuerdan que los trajeron desde Sinaloa, donde un enganchador les dijo había trabajo seguro en La Paz, pero hoy se dieron cuenta que todo fue falso; la empresa involucrada concluyó con la cosecha y los echó, afirman los jornaleros.
Los enganchadores operan para algunos ranchos del país, generalmente en comunidades de escasos recursos; les ofrecen sueldos agradables a los jornaleros, en la mayoría de los casos llegan a una fuente de empleo, entre otras, siendo abandonados a su suerte, al final.
Quienes buscan empleo a veces pagan una cuota para ser traídos; esa es parte de la ganancia del enganchador. La otra parte la reciben de la empresa que los contrata, pero se ha dado el caso que enganchadores abandonan a los jornaleros, y es aquí donde los gobiernos deben operar para apoyar a las familias en abandono.
“Nosotros esperamos llegar a una fuente de trabajo; así nos prometieron: con sueldos de tres mil semanales más otras prestaciones, lugar donde vivir, comida y seguro social. En cambio, nos traen y solo hubo unas cuantas plazas; a los demás nos dejaron en la calle, nos vino a traer una camioneta y aquí nos dejaron. Somos veintitantos, no conocemos aquí, por eso es que estamos dando molestias a la gente de La Paz aquí en la banqueta”, confesó el jornalero agrícola.
La espera ha sido muy larga y son por lo menos tres días los que deben pasar en la calle, con temperaturas menores a los 14 grados centígrados; la banqueta de concreto está fría, lo que complica aún más su estancia, además de que no hay dinero para alimentarse.
No obstante, con el fin de regresar a su tierra -o en este caso, a otro lugar que les brinde un trabajo- esperarán y pasarán hambre, para ya para en Nochebuena estar en Sonora.
“Si Dios quiere, nos vamos en unos días a Sonora; allá también hay trabajo. Algunas personas han manifestado atender nuestras necesidades de trabajo a dos o tres, pero la verdad es que no podemos jalar solos; tenemos que ir con toda la familia. Les agradecemos, pero sería una carga para las empresas y no queremos separarnos; por eso venimos al campo. Nos iban a dar trabajo a ambos -a algunos en cocina y otros en el campo- y nuestros hijos iban a tener un lugar donde cuidarlos; algunos ya mayores, con oportunidad de ganar unos pesos en limpieza. Pero había ‘trabajo para todos’… pero nada, todo fue engaño”, recordaron los jornaleros.
Afortunadamente, recibieron el apoyo a través de la Secretaría del Trabajo y Desarrollo Social, que debió ser la empresa encargada de traerlos; de ella no se sabe mucho, pues los jornaleros no quieren hablar por temor.
Autoridades reconocen que este escenario no es algo constante, pero que se sigue registrando; por lo tanto, las empresas deben ser responsables.
“Es una problemática que sigue ocurriendo en estos tiempos; las empresas registradas en Baja California Sur signaron acuerdos en los que ellos se hacen responsables de las personas que traen a laborar al estado, se realizaron acuerdo con el Imss para que se aseguren. Ahorita ya se está atendiendo el problema y la empresa se debe responsabilizar de regresarlos a su lugar de origen”, informó Gustavo Hernández Vela Kakogui, secretario del Trabajo y Desarrollo Social en el Estado.
Los afectados denunciaron que fueron despachados del campo agrícola donde laboraban sin el pago de su jornal y habían sido abandonados a su suerte; por fortuna, la autoridad intervino y se consiguió que la empresa agrícola les pague su último pago semanal, las prestaciones de proporcional a aguinaldo, proporcional a prima vacacional, y demás prestaciones consagradas en la Ley Federal del Trabajo.
“Muchas gracias de verdad, todavía existe mucha gente buena como ustedes que nos ayudaron a que el gobierno se enterara de la injusticia; ahora no solo nos ayudaron a resolver nuestro problema de pago, sino que consiguieron ayuda médica, boletos y comida en lo que regresamos. Gracias, de verdad, este es nuestro cuento de Navidad”, agradeció asombrada Guadalupe Martínez Jiménez, jornalera agrícola.