El día 25 de septiembre acudí a tramitar tal documento de mi primogénito, pero no es nada fácil. Al subir el primer escalón de Plaza Pavilion en Paseo de los Héroes, allí empieza el calvario.
Para alcanzar tal documento -difícil de tener en las manos- hace falta dotar de una banca larga y extensa para sentarse y esperar el ingreso a tal dependencia que expide el documento para poder viajar a cualquier parte del mundo.
Publicidad
Es un caos y locura de solicitantes esperando parados a entrar a tal oficina, y ni dónde esperar plácidamente. Ya al haber ingresado, sigue otra vez las eternas filas para llegar a “Recepción de documentos”, sin existir un lugar dónde sentarse. (Solo existen cinco sillas para los discapacitados).
Prosigue el avance en tal laberinto humano. Ya han pasado unas dos horas, hay caras y rictus de cansancio entre los solicitantes.
Si falta un documento, viene lo peor: hacer otra cita. “Que faltó una fotostática”, eso agrava la ansiedad del solicitante ante tan ansiado documento.
Publicidad
Ingresar a tales instalaciones es llevar mucha paciencia; ya dentro, te revisan los documentos. Hay 10 cubículos de “Recepción de requisitos”, pero no todos están en función; al menos hay seis laborando.
“Todo correcto, pase a la derecha y allí le llamarán”. Pero ese nuevo lugar está saturado; hay sillas, pero demasiados solicitantes. Allí, tiene uno que poner oídos de elefante o delfín y prestar atención cuando llamen por su nombre. Les falta un altavoz para que sea más eficaz la rutina de “el siguiente pase a la 1, 2, 3, 4, etc…”.
Te toman la foto y huellas dactilares y pasas a otro calvario de espera. Ahora, esperar firmar para recibir finalmente el pasaporte mexicano; pero está aglomerado de personas. Hay sillas, pero no las suficientes.
Es inhumano, tener al solicitante horas y horas de pie. (Yo estuve ocho horas, de 9 am hasta las 5 pm).
Tal “Sala de espera de entrega” de pasaporte está oscura; solo tres lámparas y -cada dos metros- a los cuatro lados más lámparas: como 20-30 que no prenden. Allí están los mismos empleados que tomaron la foto; solo se cambiaron de lugar. Hay cuatro cubículos de entrega de pasaporte, pero demasiados solicitantes a la espera de escuchar su nombre.
Al “Buzón de quejas y sugerencias” ni quién aviente una queja o petición.
Queda de manifiesto el nulo acervo cultural de leer; nadie lleva un libro o revista, muchos con sus celulares inteligentes. (Yo llevé conmigo el último ZETA y lo leí; tuve ocho horas para leerlo).
Para obtener el pasaporte, muchas solicitudes, poca instalación. Hace falta más visión, profesionalismo, humanidad y trato digno para soportar hasta seis, siete, ocho horas esperando. A ver si el delegado de la SRE en Tijuana pone más atención a tales omisiones.
En Ciudad de México no más dan cita para X día y no saben que son rebasados por tanta solicitud y entonces el lugar ya no es suficiente; está incómodamente inestable. Les falta humanidad.
En Mexicali invierten cuatro horas; acá en Tijuana, el doble. ¿La SRE alquila tal local o es propio? Es poca instalación y mínimo personal (los mismos solamente se rotan) frente a demasiada demanda.
Espero que el Lic. y señor delegado de la SRE modifique la atención al público, para una mejor estancia y una inversión de tiempo menor porque es el trámite más engorroso y agobiante para un fronterizo que tan solo espera allí con hambre, hartazgo, calambres y mal genio.
A ver si el jefe delegado de Relaciones Exteriores en Tijuana, Lic. Ismael Burgueño Ruiz, ve o lee este escrito, tome atención, dé trato digno y respeto a cada solicitante (y se dice “Morenista”), vea por qué tanta solicitud, personal lento y escaso, y mejore el servicio… que no es gratis, ¡sino carísimo!
Ojalá haya un cambio en la SRE para que se invierta menos tiempo y en la Ciudad de México reduzcan considerablemente las solicitudes por día.
Preferí hacer público esto en las páginas del ZETA que poner mi queja o sugerencia en tal buzón de tal dependencia que visité. Espero haya o existe plan o cambio de trabajar tantas horas en la SRE y sea más ágil y humano el trato al público. ¿Los empleados harán fila/cola/línea como la hice yo?
Saludos, y pronto mejore algo…
Atentamente,
Leopoldo Durán Ramírez
Tijuana, B.C.
