Hay leyes, reglamentos, códigos y muchos documentos más que sirven para organizar la vida ciudadana. El deber de todos es cumplir con esas reglas oficiales. Pero no menos importante lo es que, quienes han sido investidos de cierta autoridad para vigilar el orden, cumplan y cumplan bien. No se deberían de admitir delincuentes o pillos dentro de las filas del orden porque hacen mucho daño; para empezar, producen decepción y dudas.
Las nuevas autoridades en Baja California, concretamente los ejecutivos municipales y estatales, han estado repitiendo una y otra vez que exigirán de la ciudadanía el cabal cumplimiento de todo lo que signifique leyes y reglamentos. Confiamos en que no se les ocurra cambiarlas para cumplir antojos, aunque ya empezamos mal con ese estribillo de “no, no… yo quiero cinco, y si se puede, el doble. No… no. No me engañarán, nunca me dijeron dos, me invitaron para cinco”.
Por otra parte, se está corriendo la voz de que a los automovilistas “nos van a meter al orden”. Que no dejarán pasar ninguna falta y las multas serán tan altas como necesarias para los programas sociales de este Gobierno Federal tan gastador. Y para ejemplo, la de un pésimo agente de tránsito que recorre las calles de Playas de Tijuana. Nadie nos lo contó, por desgracia lo vimos y todavía cuesta trabajo creer en lo injusto que puede ser “un tipo que representa la ley”.
Y ahí estaban los dos tramposos: el Gaby, agente de tránsito, y el chofer de una grúa, que se aprestaban a enganchar el automóvil de mi vecinita; ella sale de su casa, llega su mamá y hablamos con el Gaby, aclarando que era una injusticia, pues estaba bien estacionado, frente a la banqueta de su casa. Tozudo el agente, balbuceante tratando de que sus mentiras sonaran como verdades. Y terminaron por llevarse el carro. La boleta no tenía fecha de ese día, tampoco la calle correcta y menos las causas: la unidad no estaba abandonada, sino afuera del domicilio particular de la propietaria. Dios nos libre de este tipo de agente. Por cierto, fuimos a Sindicatura para preguntar. ¡Supieron menos que nada!
Nota 1.- Mientras más personas del Gobierno Federal tratan de explicar la desaseada forma de nombrar a la titular de CNDH, más se enredan y afirman su ignorancia y cinismo.
Nota 2.- Y como AMLO no se cansa de insultar, descalificar y pelearse con todo mundo, menos con él mismo, ahora resulta que “la mafia” también está en la UNAM porque de ahí han salido los dos anteriores presidentes de la CNDH. Produce vergüenza su forma de insultar a la máxima casa de estudios.
Nota 3.- Alguien dijo -y dijo bien, en un editorial nacional- que a AMLO todavía no le cae “el veinte” de que gobierna y representa a todo México. Quizá hasta entonces haga honor a esa investidura. Y -pensamos- deje de comportarse como el chico malo del Club de Toby.
Luz Elena Picos es directora de Red Social de Tijuana. Correo electrónico: redsocialtijuana@hotmail.com www.lagacetaredsocial.org