A pocas semanas de cumplirse un año de la desaparición del policía municipal César Guillermo Blancarte Sandoval, su familia se encuentra en la incertidumbre por no recibir el sueldo que cada quincena se le seguía entregando a su esposa y con el que se paga una casa y la educación de sus dos hijos.
Blancarte desapareció en la madrugada del 9 de diciembre de 2018, tras concluir su turno como perito de tránsito se dirigió a su hogar, pero no llegó y su familia perdió todo contacto con él a partir de esa noche.
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De acuerdo al testimonio de su esposa, Aurora Jáuregui, la investigación se “estancó” y no se ha logrado obtener más información sobre el caso. Unos días después de reportar la desaparición de su esposo, el vehículo en el que viajaba fue encontrado abandonado en las inmediaciones del bulevar 2000, a unos kilómetros del municipio de Playas de Rosarito.
Manifestó que el mismo titular de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de ese entonces, Marco Antonio Sotomayor Amezcua, se comprometió a que la familia no dejara de recibir el sueldo de Blancarte, puntualmente cada quincena, lo significó un gran apoyo porque de la nómina del oficial se descuenta el pago de la casa que habitan.
Sin embargo el acuerdo de Sotomayor fue solo verbal, sin dejar un papel de por medio, y se cumplió hasta que él dejó el cargo, con el cambio de administración Jáuregui ya no ha podido cobrar el sueldo de su esposo y la única justificación que le han dado es precisamente el cambio municipal.
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Desde que dejó de recibir el dinero, la mujer ha buscado entrevistarse con el actual titular de la ahora Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal (SSPCM), Jorge Alberto Ayón Monsalve, pero hasta la fecha no ha obtenido una respuesta favorable, incluso se ha entrevistado con regidores del actual Ayuntamiento, el diputado Víctor Morán y el director técnico de la secretaría, pero solo ha recibido promesas por parte de los funcionarios de que próximamente podría reunirse con Ayón Monsalve sin una fecha definida.
Blancarte se destacó por ser un oficial con buen comportamiento, fue invitado a formar parte de una campaña publicitaria de la Secretaría sobre el reglamento vial, al momento de su desaparición recién había cumplido 39 años de edad y se encontraba cursando la carrera de Derecho en una universidad privada de la ciudad.
