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lunes, septiembre 30, 2024
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El cocinero

Fausto Soto Miller se llama y cocinero es su oficio. Infortunadamente no lo puede ejercer desde años porque está prisionero en las heladísimas profundidades de Almoloya de Juárez. Pero cuando era libre fue un famoso chef en el concurrido restaurante de mariscos “Boca del Río” en Tijuana. En el menú y las guías periodísticas para el buen comer, sugerían el “Filete Especial a la Miller”. Empezando los años noventa se comentó: “Ese restaurante es de mafiosos”, pero nadie pudo comprobarlo. Luego un comandante de la Policía Judicial Federal apareció como propietario y eso abrió puertas a la sospecha. Con el tiempo y para 1992 fue secreto a voces: “Boca del Río es uno de los restaurantes preferidos de Ramón Arellano Félix. Llegaba con gran comitiva. Lo mismo guardaespaldas armados, amigas o amigos desarmados. Allí se agasajó con el “Filete Especial a la Miller”. Y fue cuando reclutó al cocinero para tenerlo en casa y darse el gusto de paladear sus guisados. Con el tiempo Fausto fue alejándose de la estufa, mariscos y condimentos para acercarse al narcotráfico y ser hombre clave para los Arellano.

A Soto Miller le acomodaron apodos lógicos: “El Chef” y/o “El Cocinero”. Para su fortuna gozaba de dinero e impunidad. Para su desgracia lo encarcelaron desde septiembre de 1996. Fue señalado como uno de los ejecutores del Doctor Ernesto Ibarra Santés, Sub-Delegado en Tijuana de la Procuraduría General de la República y cómplice de “El Señor de los Cielos”. Lo emboscaron en la avenida Insurgentes del Distrito Federal disparándole cientos de veces.

Actualmente se lleva la causa penal 76/2000-III, en el Juzgado Décimo en Materia Penal del Distrito Federal. Pude accesar a los documentos y me topé, en su punto número 32 con la ampliación de declaración de Fausto Soto Miller. Confirmó su liga con los Arellano Félix. En la página 61 refiere que recibió una llamada telefónica de Fabián Martínez “El Tiburón”, uno de los más peligrosos sicarios del cártel. Lo convocó al Distrito Federal. Cuando llegó se enteró que el plan era matar a “El Señor de los Cielos”. Estaban preparados con un grupo muy armado. Pero no pudieron acabar con Amado.

Hay puntos interesantes en esa declaración a propósito del asesinato de Juan Jesús Posadas y Ocampo. Los transcribo: “En la Ciudad de Guadalajara había varios inmuebles usados como casas de seguridad para el grupo delictivo del que era integrante, en donde guardaban en su interior drogas como marihuana y cocaína, además de armas de fuego, documentos, fotografías, joyas y dinero que servían para desarrollar sus actividades ilícitas”. En otro párrafo: “…respecto a los hechos ocurridos el veinticuatro de mayo de mil novecientos noventa y tres, en el aeropuerto internacional Miguel Hidalgo y Costilla, de esta ciudad, donde falleció el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, como resultado de un enfrentamiento entre dos grupos antagónicos de los hermanos Arellano Félix y de Joaquín Guzmán (a) ‘El Chapo Guzmán’ refiere que a través de los diversos medios de comunicación como lo son la televisión y periódicos locales, se enteró de tales sucesos, asimismo ‘El Quemado’ le dijo que antes de esos hechos, Ramón Arellano Félix había viajado de la Ciudad de Tijuana a la ciudad de Guadalajara, Jalisco, con varios grupos como los son el de ‘El C.H.’, el grupo de ‘La Rana’, un grupo de ‘El Mayel’ con un total de veinte personas, entre éstas iban cinco que componían la guardia personal de Ramón Arellano, ‘El Spoky’, ‘El Smokey’, ‘El Charly’ y otras personas de las cuales no las conocía, la finalidad de Ramón de que estuviera en la Ciudad de Guadalajara, y las personas que lo acompañaban, era para ubicar físicamente al ‘Chapo Guzmán’ y asesinarlo, para lo cual en días anteriores lo buscaron por diferentes lugares de esa ciudad y al no encontrarlo decidió Ramón Arellano y todos sus acompañantes regresar a la Ciudad de Tijuana”.

Concretamente sobre el asesinato declaró: “El veinticuatro de mayo de mil novecientos noventa y tres, se dirigieron al aeropuerto internacional de esa ciudad, lugar a donde en forma coincidente también llegó ‘El Chapo Guzmán’ iniciándose así el enfrentamiento en donde falleció el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, asimismo se enteró de diversos enfrentamientos que se resultaron entre el grupo de ‘Chapo Guzmán’ y los Arellano Félix”.

La declaración de Soto Miller textual continúa: “…por el veintiséis de mayo de mil novecientos noventa y tres, después de que ocurrieron los hechos en el Aeropuerto Internacional de la ciudad de Guadalajara donde falleció entre otras personas el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, se cambiaron a una casa pequeña ubicada en una colonia popular por el rumbo de la presa (en Tijuana) un total de cuatro personas, entre ellas Javier, Benjamín y otro de apodo ‘El Quemado’ o ‘Chicharrón’, permanecieron por espacio de dos semanas; posteriormente se va a San Diego a un departamento que ocupaba en ese entonces su amigo Alejandro Hodoyán. Regresó a la Ciudad de Guadalajara por julio de mil novecientos noventa y tres, por lo que arrienda un inmueble en la calle Cardenal 42, Colonia Chapala Hacienda de esa Ciudad”. Hasta allí lo notable en las declaraciones de “El Cocinero”.

Tengo otra versión que me fue proporcionada por escrito y directamente: la señora María Castaños aseguró que después del asesinato del señor Posadas, uno de sus hijos sirvió de guía e intérprete a Ramón para ir de ciudad en ciudad por todo Estados Unidos. Los motivos: Arellano no hablaba bien el inglés y andaba escondiéndose, principalmente en moteluchos, temiendo que lo fueran a capturar por la muerte del Cardenal.

Pero volviendo a Fausto Soto Miller, “El Cocinero”, no tenía necesidad de confesar ante el Ministerio Público sobre esos detalles y la presencia de los Arellano con sus pistoleros en Guadalajara. A mi entender, trató el caso como punto de referencia a sus actividades. Normalmente los mafiosos son muy dados a presumir de su cercanía con los jefes y revelaciones como las de Soto, no tienen intención de hacer una denuncia sino de vanagloriarse. Una muestra es que “El Cocinero” no mencionó que alguno de los pistoleros de su jefe hubiera resultado herido en el encuentro.

El jueves 20 de este julio debió darse a conocer públicamente el informe de la Comisión Interinstitucional que investiga el asesinato del Cardenal. Se trasladó para pasado mañana. No tengo una prueba pero creo que la cancelación fue por dos motivos: Uno, la publicación en “Nuevo Criterio”, el periódico oficial del Arzobispado de México coincidente con las declaraciones del señor Cardenal don Juan Sandoval Íñiguez de que a Posadas lo asesinaron “directa e intencionalmente”. Y dos, el criterio generalizado en la Comisión Interinstitucional inclinado a la confusión como origen del crimen. La diferencia entre esas dos hipótesis es la misma que en el caso de Luis Donaldo Colosio. Principalmente el Cardenal de Guadalajara y el Gobernador de Jalisco han asegurado que existió un complot, pero ni el religioso ni el político tienen pruebas para demostrarlo. Y como punto relevante del caso, están los misteriosos asesinatos de dos pistoleros del Cártel Arellano Félix en la prisión de Guadalajara. Fue suposición generalizada: los callaron para impedirles confesar que por equivocación mataron al Cardenal.

Tomado de la colección Dobleplana de Jesús Blancornelas, publicado por última vez en mayo de 2016.

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Jesús Blancornelas Jesús Blancornelas JesusB 47 jesusblanco@zetatijuana.com
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