En solidaridad con el Dr. Sergio Aguayo Quezada
La razón de ser de una democracia es que los aspirantes a desempeñarse como funcionarios, políticos o líderes, para merecer el poder generen ideas que aporten mejores propuestas para resolver retos, alcanzar objetivos y generar estrategias de solución de problemas culturales, sociales y económicos.
Los políticos de vocación natural se ocupan de diseñar, visualizar, descubrir o construir oportunidades que una región tiene en su economía (recursos naturales, capital humano y situación geopolítica y geoestratégica). El máximo aprovechamiento de estos potenciales son la prioridad, donde aplicar tiempo, energía, inteligencia y coordinar un equipo humano acompañante talentoso, sean jóvenes o adultos experimentados; buscar las herramientas ideales para gobiernos ejemplares. Si además se hace con la pluralidad representativa, tendríamos resultados.
A los gobernantes se les paga para resolver problemas, no para crearlos. Tenemos un gobernador electo que debería estar trabajando en jornadas intensas, en los planes y arreglos necesarios para vencer los retos desde la educación, empleo y cultura, hasta la inseguridad, violencia, narcotráfico, criminalidad, feminicidios, pobreza, corrupción y abusos de un desastre de administración a 12 días de concluir.
¿Cómo resolverá el drama de recursos en la UABC, las tragedias de los maestros, el narcomenudeo, la pobreza, el hospital que se requiere en el este de Tijuana, el control del crimen de los cuerpos policiacos, la calidad educativa, la eficiencia del aparato de gobierno, la corrupción del gabinete de “Kiko”, etcétera, etcétera? Especialistas calificados, generan políticas para este arsenal de conflictos que ubican a BC en las estadísticas más indeseables del mundo. Esos son los temas olvidados en su afán ilegal e inmoral de cinco años.
Pero el panorama es opuesto al sentido común. Qué distantes vemos de estos preparativos normales en un gobierno sensato, disciplinando y con vocación de servicio público al “equipo de gobierno” de Bonilla, que aún no toma el mando -si sus escándalos no lo hunden más-. Porque lo que está generando son dislates, distractores; inventando problemas, conflictos innecesarios, rompiendo la ley y dilapidando en tiempos de austeridad.
Donde no había un desgaste -ni debería de haberlo- la torpe rebeldía ante el espíritu de la Constitución, ha creado escándalos y el ser recriminado por la Secretaría de Gobernación, el Congreso Federal, el Senado, el INE, la Coparmex, líderes de opinión y analistas nacionales. No le bastó que el Presidente condene la reelección de contrabando -el golpe de Estado, dicen otros- en las conferencias mañaneras. Los morenos han hecho burla y sátira de su ambición explosiva y las encuestas serias rechazan los cinco años, en proporción de tres a uno.
Bonilla -y los intereses detrás- pelea contra la razón, y ese necio desatino daña al Estado en estabilidad económica y política. Y el Senado advirtió de la desaparición de poderes en BC, removiendo el tablero nacional con consecuencias para otras entidades con gobernadores inestables.
Más elecciones, gasto y derroche. Se perdió el objetivo, aquella fórmula de acomodar gubernaturas, congresos y alcaldías por 24 meses, como en Veracruz y Puebla. Conocido por todos desde 2014 -de los dos años de gobierno- fue impugnado tres veces y las máximas autoridades electorales del país les respondieron puntualmente de su error. ¿Y aun así estamos en este tobogán de necedades? ¿De qué “tontería” se trata?
El papel corrupto del congreso local anterior y el actual ha sido de comparsa: 25 ratones que se creen diputados y obedecen lo más estúpidamente que pueden al gobernador en turno. Los panistas recibieron órdenes de “Kiko” Vega para eternizar su impunidad frente al desastre de gobierno que hereda. Los actuales ratones provocarían risa si esto fuera una comedia, pero indignan a la sociedad con su papel de títeres/traidores.
Fue -y sigue siendo- de tal magnitud el derroche de recursos, el despliegue de logística y propaganda de Bonilla, que exhiben deudas y finanzas rotas. Dos años no les alcanza para pagar favores monetarios, para dar suficientes contratos a sus socios, para exprimir la vaca presupuestal. La política cavernícola vigente en BC es negocio turbio y saqueo con impunidad; mientras al pueblo, simbolismos, migajas, pan y circo.
Los saldos: AMLO rompió con el republicano, que este pasado domingo nunca apareció en el Aeropuerto de Tijuana, ni fue invitado a San Quintín y Ensenada, es non grato en Palacio Nacional… Y aún no es gobernador. ¿Lo será?
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es Académico del Instituto Tecnológico de Tijuana. Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com