Empleados acusan que en algunas clínicas del organismo priva un escenario de desatención por parte de las autoridades competentes, con desabasto de medicamentos y escasez de otros artículos, tales como electrodos, los cuales se tienen que reutilizar “hasta que se les acabe el pegamento”. El problema, afirman, tiene que ver con que las cuotas de los derechohabientes: “Se destinan a otra cosa y no a lo básico que debe ser”. Además, denuncian favoritismo en asignación de plazas. Líderes burócratas revelan que llegaron a crear una reserva técnica de casi mil millones de pesos para el funcionamiento de la institución de salud y que a la actual administración le prestaron -sin intereses- 600 millones de pesos, lo cual afectó no solo la operatividad de los hospitales, también las jubilaciones
Trabajadores del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores de Gobierno y Municipios del Estado de Baja California (Issstecali) acusan que en las clínicas Mariano Matamoros y El Mirador, adscritas a la institución, se han tenido que dejar de practicar tratamientos y estudios por falta de medicina y otros insumos. Alertan que la carencia de medicamento ha redundado en cuadros de crisis en pacientes e incluso defunciones, entre otras situaciones.
Tratándose de la unidad ubicada en la colonia Mariano Matamoros, una relación proporcionada a ZETA da cuenta de 151 artículos medicinales fuera de existencia, tales como lidocaína, cloruro de potasio, insulina, ácido fólico, litio, naproxeno sódico, calcio carbonato; en tanto, en el centro médico con ubicación en El Mirador, a decir de una empleada, “el desabasto de medicamento es inaudito”.
Según expresó: “Un hospital no puede funcionar si no tiene laboratorio, si no tiene farmacia. Y nosotros estamos casi en ceros totales, en rojos, no hay antibiótico, los pacientes están yendo a comprar sus propios medicamentos”.
La trabajadora relató que el 5 de septiembre una persona convulsionó sin que en la clínica hubiera Diazepam, sustancia inyectable que sirve “para que al paciente lo tranquilices a nivel nervioso y deje de convulsionar”. Añadió que “se tuvo que sacar del quirófano unas ámpulas”, de manera que el afectado “estuviera un poquito estable”.
También dijo que en ese hospital hay escasez de suero y que en lo referente al área de psiquiatría se ha suspendido el suministro de medicamento.
“Tenemos pacientes que han llegado todas estas últimas semanas con crisis porque tú suspendes un medicamento controlado que tiene un paciente usándolo un año, y le vas a causar una crisis”, indicó.
De acuerdo con la entrevistada, hay casos de tratamientos oncológicos que solo se han aplicado a medias, precisamente por no contar con suficiente medicina.
“La oncología igual lleva un ciclo, el ciclo de la oncología es la aplicación cada quince días, cada mes, depende de la situación del problema del paciente, pero se están suspendiendo porque el paciente sí puede comprar medicamentos, si buscan el recurso con familiares, vendiendo un carro, lo que quieras, pero cuántas quimioterapias van a poder comprar”.
La misma fuente reveló que como consecuencia de esas medidas de ahorro, ha habido casos de defunción.
Por lo que respecta a la adquisición de medicinas, a los usuarios del servicio se les recomienda comprarlas por sí mismos, tomando en cuenta que en el Issstecali aplica la figura del reembolso, solo que está limitado a 3 mil pesos, de modo que la opción no resuelve en gran medida la situación, pues hay medicamentos para enfermedades degenerativas como el cáncer que cuestan “10 mil, 20 mil pesos”.
EN VANO, MUESTRAS DE SANGRE
La falta de reactivos en el laboratorio de la unidad El Mirador ha repercutido en un desperdicio de muestras, comentó otro trabajador.
Deploró que ni siquiera haya sustancia para producir glucosa y, ante la carencia de reactivos, el servicio de laboratorio se cerró hace aproximadamente tres meses. Todavía se tomaron muestras a los pacientes por espacio de una semana, pero solo se guardaron, es decir, no fueron analizadas, de modo que al final de cuentas hubieron de desecharse.
Como una manera de justificarse, “le han estado diciendo al paciente que no hay contrato con el proveedor, o que el proveedor no ha llevado reactivo, cuando en realidad Issstecali no ha pagado al proveedor”, dijo.
Aparentemente, la situación no ha sido privativa de los pacientes; “también se ha estado sangrando donadores y por falta de reactivo para estudiar las unidades se han estado tirando”.
Un empleado adscrito a la clínica Mariano Matamoros refirió que tratándose de los electrocardiogramas, se utilizan “los mismos electrodos, hasta que se les acaba el pegamento”. Se trata de una práctica incorrecta, pues “se debe usar un set por persona” y, en tales condiciones, “qué fidedigno puede salir un resultado”.
Además, cuando es preciso realizar un examen de Rayos X al solicitante se le dice que el estudio debe ser autorizado, lo cual puede tomar mínimo cuatro horas, con el fin de que el paciente desespere, desista y a final de cuentas el hospital se granjee un ahorro. “Entonces la persona cuando ya llega realmente molesta es cuando, ahí sí, inmediatamente, sale autorizado los estudios de rayos, ultrasonidos, mastografías, los Papanicolaou”.
De cualquier forma, los Papanicolaou fueron suspendidos casi dos meses “para una persona que tiene cáncer cervicouterino, porque no hay dinero”.
PLAZAS EXCLUSIVAS
Uno de los inconformes también acusó violaciones al contrato colectivo. Afirma que autoridades de la institución priorizan que personas a las que conocen ocupen determinadas plazas por encima del derecho que tienen otros trabajadores; ello con la complacencia del secretario del Sindicato de Burócratas, Arturo Gutiérrez Vázquez.
“Meten a toda su gente, de su partido (Acción Nacional), en este caso tenemos a la directora, que es Dulce Jazmín Magaña Cázares, que es la directora actual de la clínica (Mariano Matamoros) y su prima trabajaba en Tecate, que se llama Neftalí Ríos Durazo, la cambiaron a la clínica de aquí de clínica Villafontana (Mariano Matamoros) con favoritismo de su mamá, que es la administradora actual de la clínica de Palmas”.
Mencionó que por el contrario, a buena parte de la plantilla laboral se le relega en materia de derechos. Ejemplificó el caso del personal de sustitución, destinado a cubrir espacios que otros empleados dejan disponibles por motivo de vacaciones u otras cuestiones. A quienes pudieran desempeñarse en calidad de reemplazo, a decir del entrevistado, no se les da oportunidad de trabajar, con lo que se ven impedidos de acumular horas de trabajo y de esa manera “hacer antigüedad”.
La trabajadora adscrita al Issstecali El Mirador, a su vez señaló que en esa unidad el administrador, Antonio Luna, “pone hijos de compañeras” que laboran ahí. “Le quitan los contratos a las personas que ya tienen tiempo trabajando, para llegar a poner a gente que ni siquiera conoces y ni se ha capacitado”.
El ex secretario general del Sindicato de Burócratas (sección Tijuana), Martín Plascencia Ávila, refrendó a ZETA que “la administración del Issstecali, del gobierno, da preferencia a ciertas personas que quieren ellos colocar”, situación que, explicó, igualmente perjudica a quienes integran la bolsa de trabajo.
“Cuando hay una plaza se van sobre las personas que tienen más horas trabajadas, y quiénes van a ser, pues sus parientes, sus amigos y todo eso, y la bolsa de trabajo la van dejando con el consentimiento del sindicato, por ese lado, Arturo Gutiérrez”.
Uno de los trabajadores abordados declaró que ante la situación de presunta desventaja para el grueso del personal, él se ha posicionado ante Sindicato de Burócratas, sin que hasta el momento esta instancia haya procedido en consecuencia de esos pronunciamientos: “Les digo por qué razón, si hay una persona con mayor antigüedad, con el respeto que se merece para ocupar dicha plaza´, se le da la oportunidad a otras personas”.
Los inconformes sacaron a colación el caso de una trabajadora que pidió se le cambiara de área laboral en el Issstecali El Mirador: se le negó ubicarla donde ella solicitó y luego que se mostrara insistente, fue designada para ocupar un puesto de rango menor.
“Es una contadora, de tanto que le insistió (al administrador) estar en contabilidad, la puso en un puesto equis, acá abajo, desperdiciando el talento y estudio”.
También refirieron que a algunos trabajadores los cambian de sección u horario sin previo aviso.
“Te mandan un oficio, que es un machote que tiene en su computadora, nomás cambian tu número de empleado y tu nombre, donde te dicen que en las fracciones de los artículos de la Ley de Issstecali y por necesidades del servicio, te van a cambiar a otra parte, y no puedes hacer nada porque dices okey, me voy para allá. Te pueden cambiar de turno, te pueden cambiar de lugar de trabajo dentro del hospital. Ya cuando lo hacen, somos regidos por la Ley General de Trabajo cuando les conviene; cuando no, somos por la Ley interna de Issstecali”, indicó una de las fuentes.
Según agregó, el “contrato fijo” no se respeta. Sobre esa figura, detalló que implica que “ya hay un puesto donde tú trabajaste y ahí te vas a quedar porque ya sigues (de obtener base)”. Sin embargo, “llega un momento en el que te dicen ‘uy, no, ya se terminó el contrato, se acabó’, y sí los han quitado y se los han dado a otras personas, y esas personas merecían ese lugar y merecían ese tiempo”.
ISSSTECALI NO FIJA POSTURA
ZETA procuró un acercamiento con la dirección o el departamento de administración del Issstecali, mediante la coordinación de Comunicación Social. Para acompañar la solicitud, se pusieron de manifiesto algunos de los puntos a tratar en la pretendida entrevista. De entrada, la encargada del área informativa se refirió al tema de las remociones. Reconoció que “de acuerdo con la urgencia o la necesidad del servicio se hacen los reajustes de personal”, aunque aclaró: “Sí se les avisa (por escrito)”. Del desperdicio de muestras sanguíneas, dijo no tener conocimiento.
Al final el encuentro periodístico no se llevó a cabo. La respuesta de la coordinadora de Comunicación Social se limitó a un “no vamos a tratar el tema”, con “una disculpa” de por medio.
RESERVA TÉCNICA SE FUE EN PRÉSTAMOS AL GOBIERNO
Derechohabientes jubilados y ex líderes del Sindicato de Burócratas, acusaron que en los casi treinta años del Partido Acción Nacional en el poder estatal, la institución se ha venido desmantelando.
“Nuestro Instituto tenía capacidad económica, nos daban los mejores servicios, los mejores médicos teníamos aquí, los mejores medicamentos y comenzaron a desmantelar las instituciones, hasta el grado en que estamos ahorita”, mencionó Manuel Trasviña Pérez (derechohabiente jubilado), quien en conjunto con los ex dirigentes sindicales Rubén Arceo Urzúa y Martín Plascencia Ávila, expuso que se ha defendido el organismo “para que no desaparezca”.
Los gobiernos del PAN “han retenido las aportaciones que a ellos les corresponde dar más la que nosotros hacemos”.
Observó que tan solo con lo que los trabajadores han aportado, “era suficiente para mantener un equilibrio y dando servicios, no con la calidad que estaba antes, pero al menos habría servicios”.
De acuerdo con los ex líderes sindicales, en 1994 se estableció una reserva técnica destinada a amortiguar la falta de solvencia de la institución, medida con la que se llegaron a acumular mil millones de pesos y que a final de cuentas se agotó como resultado de préstamos que se hicieron al gobierno.
A decir de Rubén Arceo, todavía bajo la actual administración se concedió un préstamo de 600 millones de pesos “sin intereses”, acción que afectó en el pago de pensiones y jubilaciones a ex trabajadores del Issstecali, así como a la cobertura de la nómina.
Criticaron que el dirigente Arturo Gutiérrez Vázquez, a quien identifican como panista declarado, no haya intervenido a favor de la institución. Incluso refirieron que el líder sindical ha hecho caso omiso de la situación y que cuando le han solicitado entrevistarse con él, no ha accedido y ha durado “semanas escondido”.
Finalmente, mencionaron que plantearon el problema al gobernador electo, Jaime Bonilla Valdez, en una audiencia que el militante de Movimiento Regeneración Nacional les concedió en agosto, en la que supuestamente se comprometió a atender la situación.