En el estacionamiento de Plaza Mundo Divertido fueron asesinados dos hombres cercanos a Octavio “El Chapito” Leal Hernández, uno fue identificado como su escolta. Los dos tenían historial delictivo, sin embargo, hay pocos indicios sobre el crimen debido a la manipulación de la escena del crimen por parte de policías, quienes no solo filtraron imágenes, también noticias falsas
En una de las imágenes que circularon de un doble asesinato perpetrado en Plaza Mundo Divertido de Tijuana, se aprecian los cuerpos de dos hombres. Uno en el asiento del piloto, el otro en el asiento inmediato trasero. Los dos asientos restantes de la camioneta Honda Odyssey color gris están vacíos.
Los dos hombres al parecer tienen heridas en la cabeza. Los dos también, sostienen en su mano derecha un teléfono celular. Da la impresión que antes de ser asesinados estaban utilizando tales aparatos.
Pero la tarde del martes 3 de septiembre, cuando sucedió el doble homicidio, de los servicios de mensajería instantánea de policías de las distintas corporaciones de Baja California comenzaron a filtrarse fotos. Los cambios en la escena del crimen fueron considerables.
Ya ninguno de los dos hombres sostenía los celulares. Sus manos se ven vacías, rígidas. Aparecieron armas en el vehículo. En el asiento del copiloto, el cual estaba vació, una mochila con aditamentos para arma, y una pistola calibre 9 milímetros sobre el tablero central de la camioneta, justo tras el volante. Otra, una Glock, en el salpicadero del copiloto. El hombre en el asiento trasero ya no estaba sentado, sino en el piso dela camioneta, entre la hilera de la segunda y la tercera fila de asientos. Con la mano derecha sobre el asiento, sin celular y un casquillo cerca. Además, localizaron seis celulares más y doce pequeñas bolsas que los investigadores confirmarían, era cocaína.
Es evidente y motivo de altercado entre corporaciones y áreas de la Policía Estatal Preventiva, que la escena del crimen fue manipulada.
De los acribillados se conoció posteriormente que el ubicado en el asiento del conductor era Marco Antonio Farías García, y quien estaba en la parte posterior, Andrés Pacheco Contreras.
Fuentes de Inteligencia refieren que Farías García fue escolta de Octavio Leal Hernández “El Chapito Leal”, quien formó parte de las células delictivas de los cárteles Arellano Félix y de Sinaloa, para luego “independizarse” y formar alianza con Fausto Isidro Meza Flores “El Chapo Isidro”.
Farías, oriundo de Michoacán, tenía un amplio historial delictivo. Averiguaciones previas por abuso sexual, delito del orden federal, homicidio en grado de tentativa y resistencia de particulares. En 2012 fue capturado por la Policía Municipal de Tijuana junto con otro sujeto en las inmediaciones del Ejido Ojo de Agua, luego que en el vehículo en que transitaba fueron encontrados un rifle AK-47, un R-15 y un arma corta, tres cargadores abastecidos y dos bolsas con más de 200 tiros.
Pacheco tenía averiguaciones previas por el delito de narcomenudeo, robo con violencia y lesiones. En febrero de 2010 fue capturado por agentes ministeriales junto con otros tres hombres. Confesaron dedicarse al homicidio y secuestro, como el de la hermana de Raydel López Uriarte “El Muletas”, identificada como Diana, y el asesinato de su novio.
En ese entonces, Andrés Pacheco “El Cero” fue detenido en la colonia Tomás Aquino, su función era ser “puntero” dentro de la célula dirigida por “El Abel”, que a su vez recibía órdenes de Juan Francisco Sillas Rocha “El Sillas” y Fernando Sánchez Arellano “El Ingeniero”.
Aparte de manipular la escena del homicidio de Farías y Pacheco -lo cual los tiene en aprietos en la Procuraduría General de Justicia del Estado para resolver el crimen-, los policías filtraron información falsa sobre la identidad de uno de los muertos. Dijeron que el conductor era José Luis Mendoza “El Güero Chompas”, miembro del Cártel de Sinaloa.
En la reconstrucción de los hechos realizada por agentes investigadores, extraoficialmente informaron que los primeros en llegar a la escena fuero agente estatales del área de Inteligencia. Asumen que estos tomaron las primeras imágenes y manipularon la escena. Al dar aviso del atentado, quienes acudieron a acordonar el área fueron policías estatales del área Operativa. También arribaron municipales de Tijuana, pero estos se retiraron al ver el trabuco que habían armado los de la Estatal Preventiva.
Más datos: pese a tratarse del estacionamiento de un centro comercial que cuenta con cámaras de video vigilancia, no hay alguna que apunte en el ángulo donde se cometió el doble homicidio. Los celulares de los asesinados fueron desaparecidos. Testigos narraron que los hombres llegaron por separado. Pacheco en una camioneta Jeep Liberty, y Farías en la Odyssey. Que se estacionaron frente a frente y después Pacheco se subió a la minivan, hasta donde llegó un tercer hombre.
Minutos después denunciaron a la Central de Emergencias disparos al interior del vehículo. Testigos refieren que un hombre, hasta el momento sin identificar, bajó de la Odyssey y huyó en un vehículo sedán de color gris.
Farías García recibió un tiro en la cabeza y espalda, mientras que Pacheco Contreras tenía lesiones en cabeza, cuello, clavícula, espalda y brazo derecho.
Después vendría la manipulación de la escena y la noticia falsa sobre la identidad del piloto. Y una más: el primer reporte policíaco indicaba que los asesinados habían sido un hombre y una mujer. Tampoco fue cierto.
LA NOVIA
La mujer se identificó como Isis Zulema, de 29 años. Llegó y declaró a los oficiales que era novia de uno de los occisos: el propietario de la Jeep Liberty 2002 con reporte de robo en Estados Unidos.
La mujer cuenta con antecedentes delictivos por lesiones y daño en propiedad ajena. El 10 de septiembre de 2018, fue víctima de un atentado en las inmediaciones de la Zona Centro de Tijuana. Como presuntos responsables fueron detenidos Daniel Argueta Esquinca “El Serio”, Carlos Estrada Bustamante e Irving Miguel Lozano Millán “El Pelón Chinola”.
Datos de un investigador refieren que la mujer pertenece a la misma banda del “Chapito” Leal.
Entre las múltiples versiones y la participación de dos áreas de la Policía Estatal Preventiva -Inteligencia y Operativa- y agentes de la PGJE, el caso está sin resolver y sin hipótesis, dada la manipulación de la escena.