La tragedia del género.- Mujeres asesinadas por sus parejas, en ataques a mano armada cuando acompañaban a un hombre, dentro del narcomenudeo dejados sus cuerpos semidesnudos. A pesar que en Tijuana se creó una unidad liderada por Ministerios Públicos mujeres para investigar con perspectiva de género los homicidios contra féminas, muy pocas de las carpetas presentan avances. Los casos con móvil pasional son los menos, pero los que tienen más probabilidades de ser resueltos. En la mayoría de estos hechos fatales, la pareja es el autor o el principal sospechoso. Los hechos donde intervienen factores como el narcotráfico y el crimen organizado, son los más y los menos propensos a solucionarse. Durante septiembre, 23 mujeres han sido asesinadas en Tijuana, solo en dos casos la autoridad tiene sospechosos. Con 404 carpetas con víctimas femeninas iniciadas entre 2017 y 2018, se ha judicializado a 62 presuntos responsables y están pendientes de cumplimentar 45 órdenes de aprehensión. Del 1 de enero de 2017 a la fecha, 700 mujeres fueron privadas de la vida de manera violenta en Baja California, los principales móviles de los ataques han sido violencia intrafamiliar y narcomenudeo. Aquí algunas de las historias fatales
Las historias son distintas pero el final de todas es trágico.
Mujeres vulneradas, golpeadas, asesinadas. Pocos de sus verdugos están en prisión.
Neri Rodei Pelayo Ramírez llegó a Tijuana hace unos 16 años. Ella nació en Nayarit, vivía en Bahía Banderas, donde residen la mayoría de sus ocho hermanos. Fue la cuarta hija de un matrimonio que ya falleció. Un desamor y la esperanza la trajeron a esta ciudad. Aquí nacieron sus dos hijos, una niña ahora de quince años, un niño de cuatro al que dedicaba la mayor parte de su tiempo ante el autismo que lo caracteriza.
Después de una vida de golpes, maltratos, violencia doméstica, denuncias a su pareja y órdenes de restricción hacia quien es el padre de sus hijos, hace poco más de un año se separó de esa vida.
No estaba sola, la que fuera su suegra la ayudó por un tiempo con los gastos que devenga la atención especial para su hijo. Se fue a vivir sola al fraccionamiento Natura en un departamento frente a donde vive su hermano, quien aportaba para la manutención de su pequeña familia, y la familia de este veía por ella, por sus hijos. Entre todos se apoyaban para salir adelante.
Aunque el cuidado de su hijo le impedía trabajar de tiempo completo, la urgente necesidad la llevó a buscar empleo en una maquiladora. Entró en diciembre de 2018 y ahí conoció a José Manuel Mondragón Lemus. Primero el acercamiento y después la intimidad. Neri Rodei le confió a su hermana que estaba muy contenta. José Manuel, a diferencia del padre de sus hijos que había sido deportado por un asunto de drogas en Estados Unidos, no tomaba, no fumaba, no se drogaba y la trataba muy bien. Finalmente estaba descansando de una vida de golpes.
Neri Rodei dejó de trabajar. Su nueva pareja le pidió que así lo hiciera, que atendiera a sus hijos. El hermano seguía apoyándola, le consiguió a José Manuel trabajo en la Feria Tijuana. Estaba a cargo de un inflable de Coca-Cola. Por las fechas de la Feria, la situación empezó a cambiar para la mujer.
Relató a sus familiares en Tijuana que José Manuel Mondragón Lemus había cambiado su actitud. Su comportamiento ahora era violento aunque no había llegado a los golpes. Lo describió como un hombre celoso en extremo. En una ocasión, cuando ella en compañía de otros vecinos azuzaba a un ladrón de la colonia, le reclamó que lo estuviera mirando. En un ataque de celos le gritó. Otra escena igual sucedería días después en el perímetro de la Feria, cuando Neri hizo un comentario acerca de uno de sus familiares.
Con la mala experiencia previa, la mujer de 33 años informó a las féminas de su familia que terminaría la relación. Que dejaría a José Manuel. Pero ya no alcanzó a liberarse de otra mala relación. El 16 de septiembre, pasadas las dos dela tarde, José Manuel la mató.
Un día antes por la noche, la hija mayor de Neri escuchó a su mamá discutir con su pareja. La menor ya lo había aceptado tiempo atrás cuando vio que, a diferencia de su padre, no golpeaba a su madre. Pero esa fecha los escuchó discutir nuevamente. La niña prefirió resguardarse en su habitación, de la cual salió minutos después, al escuchar que su hermano comenzó a llorar. Pensó que su mamá le había pegado e iría por él. Pero cuando llegó a la recámara de su madre, la encontró con las manos en el cuello, intentando detener el intenso sangrado que por ahí manaba. También le salía sangre del estómago.
José Manuel Mondragón Lemus le quitó el teléfono celular a la menor cuando esta intentó hacer una llamada de auxilio. Le ordenó que llevara una cobija para detener la sangre, la niña obedeció temerosa y alcanzó a escuchar a su maná que le dijo que huyera. Regresó con la cobija y el hombre tapó con esta a Neri y envió a los niños a su habitación.
Después fue con ellos y les dijo que ya había detenido el sangrado, que ya estaba bien. Que no pasaba nada. Se cambió la camiseta, tomó una mochila con sus cosas y se fue. Antes los dejó encerrados bajo llave.
Cuando abandonaba el lugar, José Manuel fue visto presuroso por los familiares de Neri, quienes le preguntaron si iba a trabajar. Les respondió con un seco “sí” y se fue. No llegó a su trabajo. No han sabido de él.
Los niños pidieron ayuda a gritos hacia la casa de sus tíos y fueron rescatados. Cuando llegó la ambulancia, Neri Rodei ya estaba muerta.
Neri Rodei Pelayo Ramírez era conocida en el Ministerio Público del Fuero Común como víctima. Su historial consta de cuatro expedientes como víctima de violencia intrafamiliar. Cuatro denuncias: la primera en 2016, como ofendida de violencia intrafamiliar; en 2018 iniciaron dos carpetas con su nombre, una porque el padre de sus hijos, de apellido Loza, no cumplía con sus obligaciones, y otra más por violencia intrafamiliar; y este año, en la carpeta 024-2019-5608, la tercera denuncia por violencia intrafamiliar.
161ASESINATOS DE MUJERES EN NUEVE MESES
Solo el martes 17 de septiembre se reportaron tres mujeres víctimas de homicidio en Tijuana: 23 adultas fueron privadas de la vida de manera violenta en 25 días de septiembre.
En el transcurso de 2019, autoridades han contabilizado 161 asesinatos cometidos contra féminas en Tijuana. La data indica que en los primeros ocho meses de este año, el promedio fue de 17 homicidios mensuales, esto es, un asesinato cada dos días.
Con 161 víctimas femeninas, esta ciudad concentra el 82 por ciento de las 144 carpetas abiertas en Baja California en 2019 por homicidios de mujeres. Del 1 de enero de 2017 al 18 de septiembre de 2019, se han registrado 702 víctimas mujeres; 558 han sido asesinadas en Tijuana.
La manera de asesinarlas es variada y todos se han aplicado este mes.
“Sigan metiéndose con lo que nos les pertenece Miguel Targetas, Guera Ganancias Kevin La Momia, así van a quedar Atte CJNG LA ZONA ORTE TIENE DUEÑO,” se leía en una pequeña manta que dejaron al lado de una maleta, en cuyo interior estaba el cuerpo de una mujer asesinada con una bala en la cabeza. Fue el 8 de septiembre en Zona Norte.
A Rosa Isela Radillo Ávalos, de 21 años, le dispararon el 16 de septiembre desde un auto cuando caminaba frente a una plaza comercial sobre Avenida Rubén Alarid con rumbo al swap meet. Murió al día siguiente.
El mismo día, policías federales encontraron el cuerpo de Sayra Radillo, de 20 años, quien yacía en el piso de la parte trasera de una camioneta Grand Cherokee negra con placas de Anapromex. Su cuerpo estaba semidesnudo.
El cadáver de otra mujer fue encontrado en estado de putrefacción al interior de una caja de televisión dejada como basura en Bulevar Bellas Artes.
Un común denominador es que en la mayoría de los casos, aunque haya testigos, estos no ven nada o no pueden identificar a alguien. El mayor involucramiento ha sido denunciar anónimamente cuando hay balazos.
El subprocurador Jorge Álvarez detalló: los crímenes pasionales o de violencia intrafamiliar clasificados como feminicidios, son los menos; los relacionados con venta de droga al menudeo, los más numerosos. En estos últimos es común que la mujer sea asesinada al lado de un hombre, y no el objetivo principal del ataque.
EN PAREJAS
En el homicidio del oncólogo Gustavo Vignali y su pareja, Juana Parra -ocurrido el 9 de septiembre-, autoridades corroboraron que la licenciada en Derecho era el objetivo del ataque, que estaba familiarizada con los asesinos, les abrió la puerta y estos buscaron codiciosamente entre sus documentos antes de abandonar los cadáveres y la escena del crimen a bordo de un automóvil sedán rojo.
Este mes se iniciaron otras ocho carpetas por asesinatos de parejas, destacan cuatro casos que ocurrieron todos, el viernes 13 de septiembre.
Previamente, el 9 de septiembre, dos cuerpos fueron encontrados en la recámara de una casa en el número 52010 de la calle La Purísima en la colonia Ejido Francisco Villa. Estaban sobre el piso, al pie de la cama, con un tiro de gracia. Al ser agredidos -suponen investigadores- el hombre estaba al frente y la mujer atrás, cerca de la pared. A la una de la tarde, vecinos reportaron que muchas horas atrás, en la madrugada del mismo lunes, habían escuchado balazos.
A las cinco de la mañana, el cadáver de Ana Díaz, de 46 años, fue encontrado junto al de José Gutiérrez, de 68. A ella le dispararon en la cabeza, a él en el brazo y el pecho. Vecinos aseguraron que alrededor de las 4:20 am escucharon cómo alguien derribó la puerta del departamento 202 del edificio numerado 22067 en la calle Paseo de las Rosas del fraccionamiento San Carlo. Después oyeron cuatro detonaciones y, cuando se asomaron, vieron a tres hombres huir por el cerro aledaño. El occiso no tenía antecedentes penales. Ana ya había sido
Feminicida de Assilem podría alcanzar pena máxima de 60 años de prisión
Christian Munguía Rojo podría purgar una pena máxima de 60 años de prisión, luego que un juez lo sentenciara por los delitos de feminicidio y aborto sufrido en agravio de Assilem Adriarem Munguía Romero, de 19 años de edad, cuyo crimen se registró en diciembre de 2017 en Tecate.
El martes 1 de octubre se llevará a cabo la audiencia de individualización de la pena, donde el juez determinará la sentencia penal a la que se hará acreedor el joven de 21 años por los delitos antes mencionados, dentro de la causa penal 0072/2018.
De acuerdo al Código Penal para el Estado de Baja California, a quien cometa el delito de feminicidio se le impondrá una sanción de veinte a cincuenta años de prisión, además de una multa de 200 a 500 días de salario mínimo vigente. Mientras que por el aborto sufrido con violencia, la pena será de 5 a 10 años de cárcel.
LOS HECHOS
De acuerdo a la carpeta de investigación por parte de la Fiscalía, la última vez que se vio con vida a la universitaria Assilem Adriarem, fue el 14 de diciembre de 2017, cuando salió de su empleo en el Centro de Tecate para reunirse con su novio Christian.
Al día siguiente, la madre de la joven, una sobrina y su novio acudieron a la Procuraduría General de Justicia del Estado para reportar la desaparición, ya que no había regresado a su domicilio.
El 19 de diciembre apareció el cuerpo sin vida de una mujer golpeada, sin pertenencias y amarrada de pies y manos con corbatas, en un terreno baldío en Tecate. Se trataba de la joven Munguía Romero. Tras la necropsia se determinó que la causa de muerte fue anoxemia por estrangulamiento. Los médicos forenses dictaminaron también que la occisa estaba embarazada al momento del crimen y que el cuerpo del feto medía aproximadamente 15 centímetros, lo que responde de 20 a 24 semanas de gestación.
Tras recabar pruebas en contra de Christian, de 21 años, la Policía Ministerial del Estado en conjunto con el Ministerio Público, implementaron en marzo del 2018 un operativo para efectuar una orden de cateo en un domicilio en la calle Lomas de Santa Daniela del fraccionamiento Santa Anita. Ahí se cumplimentó la orden de aprehensión contra Munguía Rojo, quien por varios días trató de confundir a los investigadores, pero las pruebas fueron determinantes para detenerlo.
De acuerdo a la integración de la carpeta de investigación por parte de la Fiscalía, el martes 24 de septiembre de 2019 dio inicio la audiencia de emisión de fallo, en la cual se determinó que había elementos suficientes para establecer que el hasta entonces imputado era culpable de los hechos que se le acusan, recibiendo del juez penal un fallo condenatorio por los delitos de feminicidio y aborto sufrido.
víctima de un ataque a balazos en 2017, en el cual resultó lesionada. Fue detenida y liberada por el delito de narcomenudeo en el año en curso.
A Yoselin Ornelas “La China”, de 19 años, la mataron a balazos. Estaba en el interior de un negocio con un joven de entre 20 y 25 años, a él le dispararon en cabeza y cuello, a ella en pecho y espalda. La chica había sido detenida antes por la Policía Municipal, entonces presentada en barandilla por vender en vía pública, pero de acuerdo a testigos, tenía alrededor de un mes en un local de Swap Meet Siglo XXI, donde comercializaba discos pirata. Del hombre que falleció junto a ella (en los dedos de la mano derecha tenía un tatuaje con la leyenda 1953), los locatarios dijeron era “un desconocido”. En la escena encontraron documentos a nombre de Rigoberto Valdez Sánchez y Rigoberto Valdez Armenta. Al asesino solo lo describieron como un hombre joven con camisa a cuadros, quien salió corriendo del lugar.
En otro hecho, a las 5:30 pm, en la cajuela de un auto Honda Civic con placas A27NVX3 estacionado en la calle Ángel de la Guardia de la colonia Buenos Aires Sur, se encontraron dos cuerpos putrefactos en posición fetal, primero un hombre y en el fondo una mujer. Extraoficialmente se informó que son madre e hijo y su muerte está relacionada con otro cadáver desmembrado en la colonia Granjas Familiares.
Casi una hora después, la Policía recibió el reporte de otra pareja asesinada a balazos, estaban en la puerta de una casa de madera en el lote 11, manzana 5 del Maclovio Rojas; les dispararon en pecho y espalda.
La jornada homicida de ese viernes 13 terminó poco después de las once de la noche, en la casa número 1 de la calle Pino en la colonia Torres parte baja. En la recámara donde los muebles estaban desordenados con ropa y cosas esparcidas en el piso, fue encontrado el cadáver de Cristian Valentín Gómez Higareda, de 27 años. Estaba a un costado de los colchones. Este hombre ya había sido investigado en 2018 por violencia intrafamiliar. En la sala, contra la pared y a un costado del televisor, el cuerpo de una mujer de unos 55 o 60 años aún sin identificar. A los dos les dispararon en la cabeza.
A las cuatro de la mañana del sábado 14 de septiembre, un hombre vestido de negro con chamarra de capucha, pateó la puerta de la casa con el número 2 de la calle Adolfo López Mateos en la colonia Pedregal de Santa Julia, exigiendo que le abrieran. No obtuvo repuesta y entró armado por una ventana. Discutió con Jorge “El Chino” y después le disparó en cara, cuello y espalda. Después siguió con la pareja del hombre, Yesenia Leos Serrano, a quien disparó en la sien, dejando viva a la hija de la mujer.
El 15 de septiembre se localizó el cadáver de otra mujer muerta a balazos, sin identificar. Estaba en un auto abandonado en un camino vecinal de la colonia Terrazas San Ángel, atada de pies y manos, lo mismo que los cuerpos sin vida de otros dos hombres.
PERSPECTIVA DE GÉNERO Y RESULTADOS
Entrevistado sobre los resultados del grupo especial integrado por tres células, encabezadas cada una por Ministerios Públicos mujeres que investigan y analizan los homicidios de féminas en Tijuana, el subprocurador Jorge Álvarez explicó que se trata de investigar con perspectiva de género.
“Desde el año pasado, todos los casos de asesinatos de mujeres, sin considerar el móvil, derivan de estos grupos, incluso cuando por cúmulo de trabajo a veces son iniciados por otras células encabezadas por hombres. Siempre se inician con perspectiva de género, aplicando el protocolo establecido para investigar feminicidios desde la recolección y preservación de pruebas”, abundó.
De los 21 casos de mujeres asesinadas en septiembre, solo registra avances la carpeta de Neri Rodei Pelayo Ramírez, donde su
Violencia intrafamiliar debe perseguirse de oficio
En 2016, las diputadas Nereida Fuentes, del Partido Revolucionario Institucional y Rosa Isela Peralta Casillas, del Partido Acción Nacional, presentaron ante la Comisión de Justicia encabezada por el diputado Juan Manuel Molina -entonces representante del partido Movimiento Ciudadano- una propuesta de reforma para eliminar la figura del “perdón o desistimiento” en los casos de violencia intrafamiliar.
En la exposición de motivos presentaron el siguiente comparativo de cifras:
* Llamadas al C4 por violencia intrafamiliar: 64 mil 036 en 2012; 69 mil 048 en 2013; y 33 mil 527 de enero a junio 2014.
* Querellas ante Procuraduría General de Justicia del Estado: 5 mil 220 (2012), 6 mil 115 (2013) y 4 mil 325 (de enero a julio de 2014).
* Perdones otorgados: mil 065 (2012), mil 208 (2013) y 661 (entre enero y julio de 2014).
La reforma al Artículo 442 Bis del Código Penal de Baja California que define las sanciones “Al que dolosamente ejerza actos de violencia física o psicológica, o incurra en la omisión grave de cumplir con un deber, en contra de su cónyuge, pariente consanguíneo en línea recta ascendente o descendente sin limitación de grado, adoptante o adoptado…”, se aprobó con 18 votos nominales a favor y le agregaron dos párrafos.
En uno establecieron que “La comisión de este delito se perseguirá de oficio por la Representación Social”. Y en otro: “En ningún caso el Ministerio Público remitirá para mediación, o proceso alternativo de solución a las Víctimas de Violencia familiar”.
“Se eliminó el perdón porque ya ha sucedido que las convencen, se desisten y después pierden la vida” recordó Molina.
“En Procuraduría han tomado muchas malas prácticas, porque llegan las mujeres y denuncian la violencia intrafamiliar y en lugar de iniciar las carpetas con esa causa, abren los expedientes por delitos de lesiones, amenazas o robo; todas esas conductas se materializan en violencia de lo familiar, pero no inician las averiguaciones así porque saben que no opera el desistimiento, porque ahora es de oficio. No les gusta porque significa más trabajo, pero no estamos aquí para tenerlos contentos”, planteó el diputado y abogado.
En aquel momento, la diputada panista Rosy Orozco fue presionada por el entonces coordinador de la fracción del PAN, Gustavo Sánchez, “y lo sé porque cuando discutimos el tema fuera de la tribuna, el legislador me dijo que con esta propuesta estábamos impidiendo las reconciliaciones”.
última pareja, José Manuel Mondragón Lemus, aparece como sospechoso. También en el homicidio de Rosa Isela Radillo Ávalos, donde testigos describieron a un presunto responsable y la Policía Municipal detuvo y presentó como posible agresor al de nombre Antonio Pérez, de 25 años.
También fue detenido Alexis Nieto por el asesinato de María Cárdenas; Tomás Llano fue capturado por la muerte de Teresa Cárdenas; Ángel Anaya por los homicidios de Irma Soto y su pequeña hija Camila Rodríguez. Y algunos feminicidas con orden de aprehensión en otros estados: Lorenzo Méndez fue enviado a Nayarit, Esteban Lomelí a Jalisco y Gerardo Flores a Sinaloa.
Hasta 50 años de prisión podría alcanzar feminicida de Keyra González
Jonathan Espinoza Pantoja (Se presume inocente, mientras no se declare su responsabilidad por la autoridad judicial. Art.13, CNPP), presunto feminicida de Keyra Maricela González Lavín, podría alcanzar hasta 50 años de prisión y una multa de 500 días de salario mínimo vigente, por el delito de feminicidio cometido contra quien en vida fuera su esposa y madre de su hijo.
Autoridades de la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE) confirmaron a ZETA que el Código Penal vigente en Baja California señala en su Artículo 129: “… a quien cometa el delito de feminicidio se le impondrá una sanción de veinte a cincuenta años de prisión, además de una multa de 200 a 500 días de salario mínimo vigente”.
En audiencia llevada a cabo el miércoles 25 de septiembre, la jueza Leticia Larrañaga calificó como feminicidio el delito cometido por Espinoza Pantoja contra Keyra González, quien falleció el 12 de noviembre de 2017 en una cama de la Clínica 20 del Instituto Mexicano del Seguro Social por quemaduras de segundo y tercer grado en el 80% de su cuerpo.
Keyra González y Jonathan Espinoza se habían separado por motivos de violencia física y verbal que el agresor mantenía con la víctima, razón por la que ella se fue a vivir con una de sus amigas tras denunciar al hombre, a quien se impuso una medida de restricción.
Pese a la medida, Jonathan seguía acosando y violentando a Keyra mediante llamadas y mensajes de texto vía celular, y el 18 de octubre de 2017, mientras se transportaban en un auto Nissan Frontier -ella del lado del copiloto y él al volante-, por la Avenida Televisión de la colonia Juárez, se suscitó una discusión en la que el agresor le pedía que retomaran su relación.
Ante la negativa de Keyra, quien le señaló que era por el bien del hijo en común, Espinoza Pantoja enfureció y aceleró el vehículo, advirtiéndole a la ahora occisa “Nos vamos a matar hoy”. Jonathan impactó contra un muro de contención y otro vehículo que se encontraba sobre la vialidad.
Posteriormente el hombre bajó, tomó un bidón con gasolina y lo roció en el cuerpo de Keyra para después prenderle fuego. De acuerdo con los testigos, a la mujer se le caía la piel a pedazos, pero estaba consciente y pudo rendir su declaración sobre la agresión que sufrió. Se le trasladó de inmediato a la Cruz Roja, donde la indujeron a un coma para poder tratarla, sin embargo, 23 días después falleció por una falla orgánica múltiple debido a las quemaduras.
“Fue un lamentable accidente”, alegó la defensa de Jonathan tras escuchar el relato de los hechos desde el punto de vida de la víctima y de los testigos que se presentaron durante el proceso judicial, pero la juzgadora Leticia Larrañaga calificó las pruebas presentadas por la Fiscalía como suficientes y probatorias del delito de feminicidio, entre estas el propio testimonio de la víctima, las versiones de testigos y de familiares, así como de amigas de González Lavín.
Por tal motivo, la jueza Larrañaga fijó una última audiencia para lunes 30 de septiembre de 2019, en la que se realizará la individualización de sanciones y reparación del daño, es decir, dictar sentencia a Jonathan Espinoza Pantoja por feminicidio, la cual podría ser de hasta 50 años de prisión.
Frente a su hijo, Enrique golpeó a Teresa, quien murió en el hospital
“Mi papá mató a mi mamá”, les dijo Enrique, un niño de 5 años, a sus tías y al Ministerio Público cuando le preguntaron acerca de lo que había visto el 20 de junio de 2019, tras la discusión de sus padres. La mujer murió 21 días después de haber sido golpeada por su ex pareja.
Enrique Tomás Llano Estrada es conocido en la colonia Camino Verde con los alias “El Soldado” y “El Sicario”. Tiene 30 años, es agresivo y adicto a las drogas, esa fue la razón por la que Teresa Cárdenas Bolaños decidió separarse de él. El distanciamiento de la pareja se dio en 2018, pero un niño en común los obligaba a mantener contacto. “El Sicario” no terminaba de aceptar el rompimiento.
En 2013, Llano Estrada había iniciado una relación en unión libre con Teresa. Al año siguiente tuvieron un hijo varón. Vivían en Camino Verde. Todo fue bien hasta 2017, cuando “El Soldado” empezó a usar drogas y la relación se volvió inestable.
Entonces Enrique se perdía por temporadas, iba y venía a su natal Chiapas, pero cuando regresaba no era poco común que las riñas terminaran con jaloneos y golpes. Teresa toleró la situación seis meses, a principios de 2018 decidió dar por terminada la relación, se mudó de casa y le dijo a su pareja las razones. Él se fue a vivir a otra colonia.
Ya separados, en mayo de 2019, en una de las visitas al hijo de ambos, Llano Estrada, 14 años más joven que su ex mujer y más fuerte, la golpeó, la sometió y luego intentó ahorcarla. Teresa escapó, le habló a la Policía y lo denunció por violencia intrafamiliar. Al hombre no le gustó que ella se defendiera e incrementó las visitas que le hacía, agrediéndola cada que tenía oportunidad de hacerlo.
La mañana del 20 de junio, un mes después de haber intentado ahorcarla, el abusador volvió a la casa de Teresa. Discutieron, gritaron, manotearon, todo frente al niño. Esta vez Enrique Llano tomó un tubo de metal y la golpeó. Le rompió el puente de la nariz, la sangre brotaba a borbotones, ella no podía ver ni defenderse, lo que aprovechó el hombre para pegarle en el cuerpo, por la derecha, por la izquierda. Golpes y más golpes.
Después de su acto de horror, Enrique intentó huir llevándose al menor, pero una vecina se lo quitó y, al ver lo que había sucedido, le habló a una patrulla y a la familia de Teresa.
La mujer fue encontrada bañada en sangre por su hermana, quien llamó al servicio de ambulancia y cuando la llevaron al Hospital General, explicó a las autoridades: “Enrique le pegó con un barrote para llevarse a su hijo”.
En el hospital dictaminaron haberla recibido con lesiones de consideración en dorso de la nariz, brazo derecho, oreja izquierda y abdomen; 21 días después, como resultado de las heridas, Teresa fue declarada muerta a las 10:33 pm del 11 de julio en el Hospital General de Tijuana, la causa fue traumatismo craneoencefálico.
El homicida fue detenido el 13 de agosto de 2019.