En 2015, New York Magazine publicó un reportaje sobre un grupo de bailarinas exóticas que dejaron a sus clientes, literalmente, en paños menores. Esto no pasó de la noche a la mañana ni por mero capricho. Los hombres que se entretenían con las chicas eran muy adinerados, con fortunas parecidas a las que ocasionaron el desplome de Wall Street en 2008 y la consecuente recesión, primero en Estados Unidos, y después en el mundo.
Como los zares de la Bolsa de Valores, estos cazafortunas les dieron a las mujeres el ejemplo a seguir. Si ellos eran capaces de verle la cara a la gente y despojarla de sus bienes, por qué no podrían hacer ellas lo mismo a esos corredores de Wall Street que las visitaban de noche en los antros.
Ramona (Jennifer Lopez) es la líder de esta banda y su mejor amiga es Dorothy/Destiny (Constance Wu), la joven que aprende de la veterana todo lo que sabe tanto en el tubo como en la calle.
Las actividades que elucubran con tal de obtener un caudal de dinero son ilegales en el amplio sentido de la palabra, pero qué importa cuando la rapiña en Manhattan es cosa de todos los días.
Desde la sustancia en el trago para adormecer a la víctima hasta el uso fraudulento de sus plásticos, estas féminas están dispuestas a utilizar el poderoso gancho de la seducción para salirse con la suya.
El guion y la dirección de Lorene Scarafabia no juzga a sus personajes, más bien se divierte con estas chicas de carne y hueso que funcionan bien como grupo, aunque la película se la lleva Jennifer Lopez, demostrando aquí un talento histriónico digno de ser reconocido.
Aunque la película divierte, tampoco es extraordinaria ni remotamente alcanza este calificativo, pero lo que sí sobresale es el trabajo de la puertorriqueña para dotar de garra, colmillo y simpatía a Ramona, la memorable protagonista de esta cinta que vale la pena ver solo por ella. Y no se diga más. ***
Punto final.- Apple TV+ o Disney Plus. Más vale que Netflix se ponga las pilas…
