De Trez en Trez
1.- “Como millones más, confiamos en el mensaje que hablaba contra la corrupción: de parar la violencia, garantizar la seguridad, detener la delincuencia organizada, crear empleos, mejorar la economía del país, acrecentar las expectativas de niños y jóvenes, transformar para bien la educación. En fin, de tener un mejor país; pero no está sucediendo así…”
Tal cual me lo comentó un grupo de amigos en una reunión, luego de ver el primer (¿o tercer?) informe del Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, cuando ni siquiera ha cumplido un año como tal y habiendo ya “informado” -según él- en dos ocasiones anteriores, además de todas “las mañaneras” conferencias que tanto gustan al político tabasqueño.
“Muchos de esos millones que votaron por AMLO ya se han arrepentido de ello”, dijo otro. “Yo por ahí voy”, terció uno más. “No son tantos, como dicen los otros partidos, ni tan pocos, como dicen en Morena”, agregó un cuarto analista político improvisado al tiempo que bebía un buen trago de su cerveza bien fría.
“Hay que entender que se está enfrentando a una resistencia que tenía muchos años de beneficiarse de todo lo que AMLO ahora pretende darle un giro”, afirmó, con calma, otro participante en la sesuda conversación.
“Es difícil el intento de cambiar costumbres políticas arraigadas a lo largo de muchos años en la vida del país; no se necesita ser especialistas para sospechar que -ahora sí- existen planes de grupos afectados que quieren, por todos los medios y formas, hacer fracasar a AMLO, aunque en ello se ponga en riesgo al país. No les importa porque estos grupos solo ven por sus intereses”, remató el quinto integrante del grupo.
2.- Y es que, en efecto, algunas acciones, afirmaciones y actitudes del Presidente (y de sus funcionarios allegados) no agradan del todo y han puesto a pensar a muchos de sus partidarios en la posibilidad de haberse equivocado en su voto, emitido con la intención de rechazar los partidos tradicionales que no funcionaron en la oportunidad que tuvieron (al gobernar el país casi con los mismos resultados, dejando una estela de corrupción a su paso por el gobierno).
Las redes sociales se han colmado con partidarios de AMLO y los suyos, así como de contrarios a todo lo que huela o lleve la marca de Morena. Intolerancia, insultos, violencia y otras cosas se hacen presentes en los mensajes y réplicas; lo mismo sucede en otros medios impresos y electrónicos, no se diga con los comentaristas de los diarios más importantes del país. Se han polarizado.
3.- Los argumentos contra AMLO: la violencia e inseguridad han crecido; resurgen las grupos de “autodefensas” en entidades dominadas por la “narcodelincuencia”; los recortes de presupuesto hechos a rajatabla; la forma de crear la Guardia Nacional; la no retirada del ejército de las calles; repite las mismas estrategias que antes criticó; la economía no mejora, al contrario, se estanca; la mala comunicación entre los miembros del gabinete que no da certeza de sus acciones a veces contradictorias; el abuso de la publicidad de AMLO en los medios y su constante presencia en ellos.
Y más. Baja California, Veracruz, Guanajuato, Michoacán, Quintana Roo, Oaxaca, Guerrero, Sinaloa, Colima, Estado de México, Morelos, Tamaulipas, entre otros estados del país, registran un alto índice de incidencia delictiva; además, entre las cifras citadas en los informes rendidos por AMLO hay algunos difíciles de ser comprobados. Y para colmo, las investigaciones del caso Ayotzinapa se están cayendo. Mención aparte merecen los casos de deshonestidad de algunos de sus colaboradores y el agandalle de Morena en las cámaras legislativas, así como el mayoriteo en las mismas y en los congresos locales.
Lo anterior sin menoscabo de “nadar de muertito” en casos harto peliagudos, como el abusivo e ilegal intento del gobernador electo de BC, Jaime Bonilla, de cambiar el periodo de dos a cinco años, el desorden financiero que “Kiko” Vega ha hecho de los dineros públicos en esta entidad (y que, sin duda, amerita por lo menos auditorías), el desinterés por los feminicidios, la minimización de la violencia, la redención de personajes como Napoleón Gómez Urrutia y de Manuel Bartlett, por citar solo algunos.
Tal parece que no hay congruencia entre el decir y en el actuar.
Pero hay necesidad de darle un poco más de tiempo al Presidente. Seguro que las cosas no van a ser como prometió en campaña; pero con algo que cambie para mejorar, con aterrizar algunos de sus muchos planes, con realizar algunos ajustes aquí y allá, seguro será mejor que todas estas décadas de estar manteniendo zánganos presupuestívoros de uno y otro partido que han dejado al país tal como está.
¡Ah! Por cierto, la reunión de amigos postinforme que mencioné al inicio, concluyó sin acuerdo alguno.
P.D.- Y siguen los “pendientes educativos en BC”, pues los maestros interinos no han recibido hasta este día el pago que les corresponde a las quincenas ya trabajadas. Engañados de nuevo…
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com