Según expertos en aves de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), en el mundo hay poco más de diez mil tipos de aves. Los monitoreos ambientales han confirmado que tan solo en México habitan más de mil cien especies, así lo comentó el profesor investigador de la universidad, Roberto Carmona, quien trabaja especialmente con aves.
Por sus características geográficas y climatológicas, sudcalifornia es el lugar ideal para ser el hogar de aves endémicas y migratorias, donde se pueden encontrar cerca de 450 especies.
Roberto Carmona, investigador de la UABCS, confirmó que en “el estado tiene en este momento cinco especies endémicas, es decir, que sólo se pueden encontrar aquí y que hay registros y verificación de otros puntos; pueden haber en otros estados sólo algunas parecidas, pero no es la misma especie”.
La Gaviota de Patas Silvestres (endémica del Golfo de California), la Mascarita Peninsular en los oasis, el Cuitlacoche Peninsular, el Colibrí de Xantus y el Junco en la Sierra de la Laguna, son las especies endémicas del estado. En el caso del Colibrí de Xantus -también conocido como chupaflor peninsular, zafiro de pecho negro o zafiro de Xantus, una especie de ave trochiliforme de la familia Trochilidae, endémica de la península de Baja California-, son afortunados aquellos que logran admirarlo; sus colores son muy llamativos.
A lo largo de toda la Península se pueden visualizar estas especies, pero dos lugares son relevantes en el estado; ambos se encuentran en el municipio de Mulegé. “Tiene dos lugares el colibrí de Xantus, también conocido como chupaflor peninsular, zafiro de pecho negro o zafiro de Xantus; los dos, por mucho, el complejo lagunar de Guerrero Negro y el complejo de San Ignacio”, expresó el especialista de la UABCS.
Aves de otras partes del mundo llegan a tierras sudcalifornianas, ya sea por su proceso de migración, en busca de condiciones climatológicas agradables o anidación; es por ello que Baja California Sur es rico por la presencia de aves y es un lugar ideal para el avistamiento de dichas especies.
“El picopando canelo, que es una especie que se reproduce en la zona de los grandes lagos -frontera entre Estados Unidos y Canadá-, tiene una población estimada en 170 mil individuos; solamente en Guerrero Negro llegan a pasar el invierno 85 mil, es un número importante”, comentó Roberto Carmona.
La anillación de aves es un proceso que se realiza para conocer las rutas de migración de estas especies, así como la tasa de mortalidad, la fidelidad al sitio y la presencia de otras especies; es por ello que se ha detectado la presencia de aves que recorren miles de kilómetros para visitar Baja California Sur.
“Hay un investigador ruso, Pavel Tonkov, que trabaja en una isla muy cercana a Alaska -pero que pertenece a Rusia-, la Isla Rangel, y ahí tiene una población de playeros rojizos. Para esta zona, el anillo es azul y blanco; cambian los anillos dependiendo el país, y él, por medio de esas observaciones de anillos, decía que sus pájaros migraban por América y no por Asia. Pues, ahí quedó como una sugerencia; nosotros encontramos a sus pájaros en Guerrero Negro”, celebró el investigador de la UABCS.
La anillación consiste en colocar una marca a la especie mediante la colocación de un anillo metálico en su pata. Estos anillos llevan un número, que nunca se repite en otro ejemplar, y una dirección o remite de contacto, con un color distintivo de acuerdo al país.
Así es como se lleva el control de las especies, de la zona a que pertenecen, la migración y los sitios de anidación y estancia.
“Nosotros hemos anillado, que recuerde en este momento, una especie muy pequeña, el más abundante de todos los playeros: playerito occidental (el nombre común); se trata de un pajarito de 17 centímetros que viene de Alaska. Hemos metido anillos por varios años, hemos anillado la famosa picopando canelo, que hablaba de Guerrero Negro, y el playero rojizo del pacífico; por mucho, tanto de picopando canelo como de playerito rojizo del pacífico, el mayor número de anillados es mexicano”, externó el especialista.
La universidad colocará próximamente 9 rastreadores satelitales en la especie Picopando Canelo en Guerrero Negro para realizar estudios en esta especie más a fondo, y así llevar registros que puedan medir su población, anidación y ruta de migración.
