La “Biblioteca Vicente Leñero” continúa siendo reeditada por Grupo Editorial Planeta, misma que actualmente está integrada por 12 títulos. La imprescindible cátedra inició en 2008 con “El evangelio de Lucas Gavilán”, publicada por el sello Joaquín Mortiz; la misma editorial publicó “Los albañiles” y “Parábolas” en 2009; y Booket reeditó “Los Pasos de Jorge Ibargüengoitia” en 2010.
Tras el fallecimiento de Leñero el 3 de diciembre de 2014 a los 81 años de edad en la Ciudad de México, Seix Barral complementó el acervo con “El garabato”, “Los pasos de Jorge”, “Estudio Q”, “Los albañiles”, “Los periodistas” y “Redil de ovejas”; le siguió “Historias del 68” editado en 2018. El título más reciente es “Sólo periodismo”, reeditado en julio de 2019, también bajo el sello Seix Barral.
“Sólo periodismo” es una escuela sobre el género que Vicente Leñero practicó como cofundador en 1976 y subdirector de la revista Proceso durante cuatro décadas; de manera tal que en el citado volumen comulgan 39 textos publicados entre 1976 y 2015, entre artículos, crónicas, entrevistas y hasta discursos.
Figuran en “Sólo periodismo” verdaderas lecciones de periodismo como “Periodismo de segunda”, donde el autor advierte: “No hay peor defecto en el periodismo de investigación que recurrir a los chismes como verdad absoluta. El ‘dicen que dicen’, sin decir quién lo dice. Desvía la realidad por caminos que pueden resultar facilísimos para provocar un escándalo. Y lo fácil está reñido casi siempre con el rigor de la búsqueda, con el exacto testimonio de los hechos”.
En el texto “Los vicios de hoy”, lapida: “el género de la ‘noticia comentada’: el peor vicio que padece nuestro periodismo de hoy. Perdida la virtud de la objetividad, de la imparcialidad, echa a un lado la convicción de que el periodista se dirige a seres capaces de pensar por su cuenta, a receptores que no son por fuerza idiotas. Todos agarraron su micrófono, su computadora, su cámara, su tribuna, y se lanzaron a explicarnos cómo están las cosas, ‘amigos’. Decir simplemente lo que pasa -pensaron-, no tiene chiste: se da por sabido, por leído, por escuchado. Lo importante no es lo que pasa, sino lo que yo pienso de lo que pasa”.
En el discurso titulado “El periodismo no está para resolver las crisis; está para decirlas”, leído el 30 de mayo de 1994 en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara al recibir el Premio Manuel Buendía a la Trayectoria Periodística 1994, Leñero disertó:
“No está llamado el periodismo a resolver las crisis -qué falacia-; está llamado a decirlas, a registrar su peso, a gritar qué se esconde, qué se oculta o simula, cómo duele la llaga, por qué y cómo y a qué horas, desde cuándo y por dónde se manifiesta el yugo que oprime esta vida social”.
Sentencia Vicente Leñero: “Más que ir en busca de la verdad, como suele decirse cayendo en el gazapo filosófico, lo que sale a buscar el periodismo, de momento a momento, es la profunda entraña, el desgarrado cuerpo de nuestra realidad. Ese es el objetivo: la realidad a secas. Monda y lironda. Desnudita y completa, lo mejor que podamos fotografiarla a punta de noticias, de indagar lo que saben los que saben, de testimonios y documentos y pareceres sustantivos, de pregunta metiche y cuchillo que punza donde duele porque algo hay si eso sangra. La realidad”.