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martes, febrero 20, 2024
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Van algodoneros contra el gigante agroquímico Bayer AG

Por primera vez, agricultores del valle de

Mexicali interpondrán una demanda por


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fraude –y lo que resulte- contra la empresa

trasnacional Bayer AG México, el gigante

agroquímico de origen alemán que acapara


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prácticamente todo el mercado nacional en

la venta de semilla de algodón. Productores

de la zona rural del municipio denunciaron

pérdidas millonarias a causa de una semilla

de mala calidad, causando afectaciones en 2

mil hectáreas de siembra. Por su parte, la

empresa asegura que los daños fueron

ocasionados por un hongo que ocupaba la

tierra donde se realizó la siembra

Mexicali podría tener una de las peores producciones de algodón de los últimos años y dejar a alrededor de cien agricultores con severas pérdidas, de acuerdo a los sembradores, el desastre lo provocó una semilla transgénica de mala calidad fabricada por el gigante agroquímico Bayer AG México, empresa de origen alemán que este año se volvió la única proveedora con los permisos necesarios para la venta de semilla de algodón en el país.

La siembra del algodón es una actividad primaria en Mexicali, y por su calidad, gran parte de la producción termina en Japón. Sin embargo, durante el ciclo algodonero que comprende de los meses de marzo a octubre -desde la siembra a su cosecha- se habrían afectado alrededor de 2 mil hectáreas de las 20 mil que se producen aproximadamente al año en el municipio -de las 33 mil de toda la región-, dejando con severas afectaciones a decenas de familias que se dedican a esta producción.

Pese a la exigencia de una explicación sobre los motivos por los que no germinó el producto, Bayer AG México se mantiene cautelosa, y en un comunicado de prensa otorgado a esta casa editorial, precisó que los motivos de las pérdidas se deben a un hongo que atacó las cosechas, y no a la mala calidad del producto.

Ante el estéril debate, agricultores del Valle de Mexicali buscan desesperados una respuesta clara en los Juzgados locales, y en un hecho sin precedentes en Baja California, pretenden demandar a la empresa alemana –consorcio que se apoderó del 100 por ciento de la venta de semilla de algodón en el país- para resarcir los daños equivalentes a 43 mil pesos por hectárea, según cálculos de Demetrio Benítez, presidente del sector algodonero del municipio.

Mientras tanto, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), a través de Juan Manuel Martínez Núñez, encargado de despacho, informó que no pueden intervenir de ninguna manera, pero se encuentran preparados para asistir con peritos y expertos en caso que decidan interponer alguna demanda.

LA CUESTIONADA SEMILLA DELTA PINE 15-55

Desde la entrada de un camino de terracería que atraviesa los algodonales del Ejido Hermosillo, se observa al señor García Rocha arrodillado y escarbando en sus tierras parcialmente secas. De avanzada edad, pero sin achaques visibles, presume tener más de 50 años sembrando “el oro blanco”, y aseguró que este sería el peor año entre sus memorias.

De plática ligera y dicharachero, se dijo dueño de dos parcelas, las cuales trabaja desde niño. En la breve charla recordó que el año ante pasado logró recuperar once pacas de algodón por hectárea, con un valor de 350 dólares cada una; ese año lo consideró bueno.

Sin embargo, las condiciones climatológicas de 2018 y otros factores generaron afectaciones en el ciclo de algodón que le hicieron perder una parte de las cosechas, pero aun así, el año pasado “pintó” mejor.

Asegura que si cuenta con un poco de suerte podrá levantar entre cuatro y cinco pacas por hectárea, lo que le generaría una pérdida importante, pues según las estimaciones del encargado de despacho de la Sader -antes Sagarpa-, Juan Manuel Martínez Núñez, para salir “tablas” requerirían de por lo menos seis pacas por hectárea.

El señor García Rocha es uno de los más de cien agricultores que contabiliza el gremio algodonero que prepara la demanda, quienes se dicen afectados por un lote de la semilla transgénico Delta Pine 15-55, propiedad de la empresa Bayer AG México.

En el salón ejidal del Ejido Hermosillo en el Valle de Mexicali, uno de los más alejados de la ciudad, ZETA tuvo contacto con otros productores afectados, quienes precisan que por lo menos serán quince los representantes de la demanda, pero más de cien pretenden ser incluidos y apoyarán las acciones.

El ingeniero agrónomo Juan de Dios López Sandez, comentó que al ver las afectaciones que generó la siembra de la semilla 15-55, decidieron tomar algunas muestras y analizarlas con expertos del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semilla (SNICS), órgano descentralizado que revisa la calidad del producto agrícola.

En sus conclusiones, la semilla vendida por Bayer AG México -proveniente de Estados Unidos- tenía una calidad del 50 por ciento de germinación, cuando el estándar que ofrece la trasnacional supera el 80%, según la etiqueta de cada producto.

Sin embargo, los resultados en campo fueron peores, pues de las 16 o 18 semillas que se siembran por metro, solo germinaron tres o cuatro en algunas parcelas, dejando afectaciones entre el 20 y 100% de las hectáreas sembradas.

Según el encargado de despacho de la Sader, si bien la etiqueta establece un estándar, la realidad es que la semilla de algodón que ingresa a México no requiere certificación para su venta y los vendedores se hacen responsables de cualquier afectación, pero eso no ha ocurrido.

 

EL MONOPOLIO DE BAYER

Al cuestionarlos, representantes de la empresa Bayer AG negaron los señalamientos y acusaron a los agricultores de no saber sembrar. Posteriormente cambiaron su versión y les señalaron que había un hongo Fusarium SP en las zonas donde hubo afectaciones.

Sin embargo, Arnulfo Vallejo Araiza, presidente del comisariado ejidal del Ejido Hermosillo, dijo que solo en el lote de las semillas 15-55 sufrieron problemas, pues en las mismas parcelas mezclaron semilla 1219, 1184 y 1441, y todas tuvieron los resultados esperados.

“Hemos tenido entrevistas con Bayer para buscar solución, pero ellos anteponen que no sabíamos sembrar y que hay un hongo en el suelo que no germina, pero ellos tienen otras variedades 1219 y 1441, los cuales nacieron perfectamente”.

Desde el año pasado, Bayer AG México compró a su rival Monsanto, otra empresa del ramo, la cual se encargaba de ofrecer diversas semillas a los productores de todo el norte del país. A raíz de esto, el sector fue monopolizado por la trasnacional, cuya única competencia en 2019 sería otra empresa teutona llamada Basf, que surtía primordialmente al centro y sur del país, pero según Martínez Núñez, tuvo algunos problemas internos en su organización y no pudieron conseguir los permisos para proveer productos en México, dejando el camino libre a Bayer AG.

Para el presidente del Sistema Producto Algodón de Mexicali, Demetrio Benítez, es evidente que el Gobierno Federal ha beneficiado a Bayer AG, lo cual se acentuó este año, cuando prácticamente quedó como única proveedora del país.

El problema es que se complicó su capacidad de cubrir con las necesidades y recurrió -suponen y afirma- a utilizar semillas almacenadas, e incluso viejas, de otras partes de Estados Unidos, como Arizona, Texas y Misisipi, por lo que consideran que algunos de los lotes fueron mezclados y entregados pese a que se sabía, eran de mala calidad.

Esto impide que tengan otras opciones para abastecerse. Como ejemplo, el ingeniero Vallejo Araiza recordó que acudió a las tres empresas encargadas de vender el producto en Baja California, pero en todas se vendía exclusivamente la Delta Pine 15-55, que nunca habían probado y, como está prohibido adquirir semillas de otro país, no hay otro remedio que hacerse de ellas, sobre todo cuando se ponen a la venta cuando la tierra está “gallineada”, es decir, lista para trabajarse.

Agregó que cada saco de semilla de algodón ronda en los 7 mil 500 pesos y se requieren por lo menos quince para cubrir una hectárea, mientras que en Estados Unidos, la misma cantidad puede costar hasta 120 dólares y de mejor calidad.

 

BAYER LO NIEGA, SADER SE DESLINDA

La empresa Bayer AG México desacredita los señalamientos que cuestionan la calidad de su producto, y asegura que las fallas en la germinación se deben exclusivamente a un hongo que se generó en ciertas zonas donde fue sembrado.

ZETA buscó una versión oficial sobre la calidad del producto y las prácticas monopólicas, pero se limitaron a enviar un texto en el cual plantean  que se llevó a cabo un análisis de calidad fisiológica de la semilla despachada en Mexicali, donde confirmaron que tiene los mismos parámetros de calidad de la empresa.

Agregaron que cerca de 20 mil hectáreas que recibieron su producto -la misma DP15-55, crecieron sin mayor inconveniente. Como respuesta, los ejidatarios aseguraron que no descalifican el tipo de semilla, pero aseguran que algunos de sus lotes salieron defectuosos, huecos y hasta agrietados, y lo que es peor es que han comenzado a detectar muertes prematuras en algunas plantas que lograron germinar, por lo que les preocupa cuánto podrían cosechar para el mes de octubre.

Sobre la demanda de algodoneros contra Bayer, Juan Manuel Hernández Núñez de la Sader, expuso que estarán pendientes para cuando se soliciten peritajes oficiales. Sin embargo, estos tendrían que ser en producto cerrado y no como el que se entregó en la inspección realizada por particulares, en la que prácticamente pasó de mano a mano, omitiendo los cuidados mínimos del producto.

Sobre el monopolio de Bayer, indicó que es circunstancial y no existe intención de beneficiar a un negocio en específico.

Los agricultores adelantaron que las pérdidas que se avecinan con este producto generarán una condición aún más grave en el Valle de Mexicali, y seguramente provocará que varios productores y empresas caigan en cartera vencida.

“Es como ver una muerte anunciada”, calificó un productor al recordar que para recibir el crédito para sembrar, varios productores ponen como garantía sus tractores, sus tierras y hasta sus casas, por lo que no saben cómo saldrán adelante a partir del próximo año.

 

Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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