Baja California Sur sigue en los primeros lugares en cuanto a la obesidad infantil, los datos siguen siendo alarmantes en la población, pero los hábitos no parecen cambiar, por años la entidad ha permanecido con malos hábitos, incluso hoy se puede decir que pese a los altos índices de obesidad, diabetes, cáncer y demás padecimientos vinculados al peso, la población prefiere comida poco saludable.
Estudios en estudiantes del Colegio de Bachilleres (Cobach) Plantel 03 del Esterito en el municipio de La Paz, reveló que los alumnos cuentan con serios problemas de obesidad, estudiantes de entre 15 y 18 años.
“El último estudio que hice, con el cual me titulé, se llama efectos de la obesidad en el rendimiento académico de los alumnos del Colegio Bachilleres de Baja California Sur, que está en el esterito, se estudia una población de 410 alumnos, de esa población, el 70% de nuestros jóvenes padecía obesidad”, revela Erika María Pérez Atienzo, encargada del área de Enseñanza del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Según el estudio “Efectos de la Obesidad en el Rendimiento Académico de los Alumnos del Colegio Bachilleres de BCS”, de 410 estudiantes, el 70% resultó con problemas graves de salud por sobrepeso u obesidad, datos que preocupan, puesto que es una muestra importante y que viene a revelar que la situación es más fuerte de lo que se pensaba, ya no solo se trata de obesidad infantil, sino que ya está repercutiendo en los adolescentes, el sector más afectado son las mujeres.
“Es un problema bastante fuerte, porque los otros maestros nos preguntamos, por qué el alumno no nos rinde, porqué los alumnos nos están reprobando, pero como a eso no damos una respuesta, por qué no preguntar, qué está desayunando el alumno en su casa, y no nomás de la media superior, estamos hablando de preescolar, básica, media superior, y por qué no decirlo, universidad, porque me toca manejar chicos en la universidad, que te llegan sin desayunar”, explicó la encargada Enseñanza del IMSS.
El estudio hecho por Erika María Pérez Atienzo, se desarrolló para adquirir el grado de maestría en ciencias de la educación, su enfoque fue en conocer los problemas que aquejan a los estudiantes a la hora de aprender, asociar la alimentación con el aprendizaje, que mucho tuvo que ver en el consumo de comida chatarra y la mala alimentación en el hogar.
“70% padece obesidad, y predominaba en el sexo femenino, pero se encontró un dato muy importante, el 5.23% de esa población que se estudió, tenía desnutrición, por qué, porque tenía un índice de masa corporal de menos de 18”, explicó Erika María Pérez Atienzo.
Con los resultados obtenidos, se espera que tanto directivos del plantel, padres de familia de la mano de autoridades educativas trabajen en un plan integral.
Justamente, Directivos del plantel reconocieron que el problema está ligado también a los hábitos que se adquieren en el hogar por consumo de harinas y gaseosas, el problema sigue.
“Vienen de casa, y tiene que ver con hábitos inadecuados, que tienen que ver con este no entender de la gente, la diferencia entre comer y alimentarse, a veces resolver de manera rápida y barata un problema nada más, y bueno, que con el tiempo, a esta edad, en que los chicos llegan 15, 18, y a veces tienen problemas de obesidad, y la obesidad les afecta en el rendimiento académico y físico”, apuntó Ramón Núñez Márquez, director del Cobach Plantel 03 Esterito.
Actualmente el Cobach del Esterito cuenta con una matrícula aproximada de 530 alumnos, en su mayoría son estudiantes de entre los 15 y 18 años, que viven en hogares de escasos recursos, donde las familias tratan de alimentar a sus familias con el gasto medido, en ocasiones la comida chatarra es mucho más barata que la sana es por ello que lamentablemente en su dieta prevalece dicha comida.
“Unas galletas o a veces salgo comprar burritos y de tomar de tomar Pau Pau. ¿Y los compañeros qué es lo que prefieren, qué es lo que más vende? Para acá sabritas y la coca… lo que normalmente como son galletas, yogurt. ¿Y tus compañeros? Ellos comen más comida chatarra, hot dogs, tortas, hamburguesas. ¿Y de bebidas? Sodas, lo típico del mexicano”, explicaron Josué y Horacio respectivamente, estudiantes del plantel 03.
El intento de retirar comida chatarra y refrescos de la cooperativa de la escuela ya se hizo, sin embargo, los estudiantes pedían permiso o se salían a comprarlo fuera del plantel, lo que representaba riesgo, o ya lo traían en su mochila, se optó por continuar con la venta.
“En algún momento tratan de retirarse frituras, refrescos y demás, pero es un hábito y la adicción al refresco de marca reconocida a nivel mundial es enorme, incluso de fuera, en sus mochilas cargaban con esa comida chatarra, y como aquí no es cine para decirle no metan refrescos ni papitas, los chicos lo traían y seguían en la misma. Los encargados de la cooperativa también te dicen hoy es lo que más se vende, si de pronto me dices deja de venderlo, tengo yo problemas para solventar la venta”, aclaró el director del COBACH del Esterito.
En la educación alimentaria no solo deben aportar las instituciones educativas, también los padres de familia deben poner mucho de su parte para que sus hijos dejen atrás ese arraigo que tienen sobre el consumo de comida chatarra.