Se llama “El Chinchorro”. Es una marisquería célebre. Está al hilo de la carretera Navolato-Culiacán. Nada pomadosa pero muy limpiecita. Olvídese. Allí no hay que espantarse las moscas a la hora de saborear un zarandeado. Nunca he ido. Sé por mis amigos de tan exquisitas viandas. Por eso muchos la prefieren. Allí va muy seguido desde hace años Ismael “El Mayo” Zambada. Le encanta la variedad de platillos. Dicen que hasta se chupa los dedos. Me cuentan cuando llega. Tranquilo y sin dárselas de muy muy. No con “frenones” peliculescos. Estacionan correctamente su vehículo y el de acompañantes. Tampoco se apean los guarda-espaldas estremeciendo a todo mundo con las armas. Saluda sonriente a los comensales. Lo atienden bien, come mejor y sin preocupación.
“El Mayo” Zambada podrá seguir yendo a “El Chinchorro”. Cuantas veces quiera y pueda. Pero ahora con más cuidado. Si el afamado restaurante estará vigilado será el primero en saberlo. Son cientos de sinaloenses que lo alertan del más mínimo movimiento policíaco. Zambada como todos los narcos de Sinaloa ayudan a cualquier persona sin regateo. Les quitan apuros de encima. Dinero para reparar la casita. A la señora. Así el chavalo no faltará a la escuela. Atención inmediata si hay enfermo.
“El Mayo”, “El Chapo”, “El Azul”, Carrillo Fuentes así lo hacen. Hasta “El Güero” Palma a pesar de encarcelado. Son bondadosos por naturaleza. No como los Arellano Félix ni Osiel Cárdenas Guillén cuando libre. Atrabancados. Abusivos. Presumidos. Atrevidos con las damitas. Envalentonados por traer armas y guaruras. Por eso les rondan “soplones” y no tienen información popular. No falta la de policías y sigue costándoles mucho dinero. Más que si ayudaran a necesitados.
Me sorprendió saber: Hace tiempo festejaron a Joaquín “El Chapo” Guzmán. Fue en la merita zona residencial de Guamúchil. Naturalmente hubo bandas gruperas y toda la cosa. Harta comida y más bebida. Faltaron “El Mayo”, Carrillo Fuentes y “El Azul2. Pero no por desaire. Hacen buena la vieja sentencia: “No hay que poner todos los huevos en la misma canasta”.
Aparte “El Chapo” se refugia cerca de Navolato. Solo cuando es necesario. Utiliza una casa llamada “La Big Brother” porque pocos pueden entrar y salir. También su operador “El Lobito” anda tranquilamente en Hermosillo. Trae una camioneta Silverado dorada. No se quita la “cangurera”. A la mano radio sintonizado con la policía. Seguramente “cuerno de chivo” abajo del asiento. Algunos sinaloenses le protegen. Intocables para la policía. Hace años mató en Sinaloa a Javier Bojórquez. Era comandante ministerial y ni por eso lo molestan.
“El Chapo” no va de un lugar a otro en avión. Pero por tierra es viajero frecuente. Está obligado por aquello de su fuga. Ya va para tres años que lo persiguen y no lo alcanzan. “El Mayo” es diferente. No sale de Sinaloa. Allí está más protegido. Tanto como en su tiempo “El Señor de los Cielos” o “El Güero” Palma. Uno dudosamente muerto y otro apresado nada más porque su avión se estrelló. De otra forma, los dos seguirían activos.
Aparte de tantos sinaloenses agradecidos a “El Mayo” le protegen peligrosos pero discretos pistoleros. No siempre pero muy seguido los de Rogelio Carrillo “El R-1” o “El Quelín”, asociado con Jesús Ríos. Paisanos de La Cofradía de La Loma. Se sabe cómo son protegidos y solapados por la Policía Ministerial. Para sinaloenses serios esto destantea. Es que califican al señor Procurador de “muy derecho”. Y le reconocen el gran esfuerzo de su vida. Desciende de modesta familia avecindada en los campos pesqueros de La Reforma en Angostura.
El poder y el control de “El Mayo” son muchos. Sus operadores detenidos en Guadalajara estaban “apalabrados” con la policía. Pero fueron ubicados por los norteamericanos. Y el Procurador General envió un grupo desde el D.F. a detenerlos. Obligadamente no podían fallar. Estaban vigilados por estadounidenses. En la PGR tapatía ni siquiera supieron.
Tiene su mérito el General Rafael Macedo de la Concha. Mucho. Actuó como nunca y siguiendo el estilo del Ejército Mexicano. Más inteligencia y menos fuerza. Pero se compromete. Ahora debe demostrar que no necesita a los gringos para avanzar. En el fondo fue más importante forma que captura en Guadalajara. Con una pequeña aclaración. Los detenidos no son de primera escala como se ha cacareado. Ni tampoco es cierto que los capos estén envejeciendo y les dejen el negocio a los jóvenes. Esa es otra vacilada como aquella de “La Princesa del Pacífico”. Los jóvenes detenidos en Guadalajara estaban a las órdenes de Ignacio “El Nacho” Coronel. Vale por los cuatro y un poco mas. Representa a “El Mayo” y “El Güero”. Juntos desplazaron a los Arellano Félix luego de muerto Ramón y encarcelado Benjamín. Ahora van sobre otro de sus territorios: Michoacán.
De aquí en adelante esto del narcotráfico se convertirá en una batalla de inteligencia. La destreza de “El Mayo” y compañeros contra el ingenio del señor Procurador apoyado por Estados Unidos. La primera prueba para Ismael y don Rafael allí está: O los detenidos confiesan dónde se encuentran sus jefes, o callarán siéndole fieles. Vamos a ver qué resulta mejor: La audacia policíaca para interrogar, o la amenaza mafiosa a familiares de los encarcelados para no hablar.
Lástima que Nuevo Laredo fue la cruda de Guadalajara. Todo porque el torpe Osiel no heredó el Cártel del Golfo. Ahora anda cada quien para su santo y como burro sin mecate. Las policías municipal y ministerial nunca se metieron a ponerlos en paz. Tuvieron pavor a “Los Zetas”, peligrosos pistoleros reclutados por Cárdenas Guillén. Estos hombres al quedarse sin jefe ni droga secuestran por dinero. Matan policías para tener poder y traficar. Son cerca de treinta y nadie sabe quién es el jefe. Los han identificado como ex-militares. Les favorece la instrucción recibida en los cuarteles. Pero si como dicen que un clavo saca otro clavo, el Ejército acabará con ellos. A balazos o enjaulándolos. Es que ya se brincaron la raya. De paso no es bueno para el Gobernador tamaulipeco Tomás Yarrington. Lo publicitan como presidenciable. Pero si no puede poner orden en su Estado menos en el país.
Nuevo Laredo no fue ni es “plaza” o “territorio” de “El Chapo”. Pero lo pelea a falta de suplente osielista. Si gana a “Los Zetas” o el Ejército les liquida el escenario es patético: Guzmán Loera compartirá con “El Mayo”, “El Azul” y Carrillo Fuentes. Serían entonces los jefes del cártel más poderoso de América. Controlando la frontera desde Matamoros, Tamaulipas hasta San Luis Río Colorado, Sonora. Solamente les dejarán Baja California a los Arellano. Entretanto, júrelo, seguirán las visitas de “El Mayo” a “El Chinchorro”.
Tomado de la colección Dobleplana de Jesús Blancornelas,
publicado por última vez en agosto de 2003.