En el segundo debate organizado por el Instituto Estatal Electoral de Baja California: ningún de los candidatos a la gubernatura definió sus propuestas respecto los mecanismos para el combate a la corrupción.
Los candidatos no pudieron responder a los cuestionamientos de los moderadores mexicalenses, Jorge Heras Lavoe y Helga Casanova, el pasado domingo 12 de mayo en Mexicali.
Ninguno mencionó los mecanismos o deficiencias del Sistema Estatal Anticorrupción, pese a que serían el primer gobierno en trabajar de forma paralela; ninguno pudo más que comprometerse a no robar y castigar a los responsables de actos ilícitos en los que se aprovechen sus cargos.
El candidato del PAN, Óscar Vega Marín, quien no puede esconder la negativa imagen del actual gobernador –precisamente por los señalamientos de desvío de recursos-, afirmó que el acto de corrupción más grande de Baja California es la administración de Xicoténcatl Leyva Mortera (1983-1989) quien tiene una amistad con Jaime Bonilla Valdez, de la coalición “Juntos Haremos Historia en Baja California”.
Vega Marín, no desaprovechó una oportunidad para remarcar la ausencia del abanderado de Morena.
Jaime Martínez Veloz, aspirante del PRD continuó la ofensiva hacia Bonilla Valdez acusándolo de tener una relación de negocios con Francisco Vega de Lamadrid con las desaladoras, pues afirma que el de Morena tiene permisos de distritos de riego en Estados Unidos, los cuales aprovecharían el agua de Baja California.
En la misma tesitura, Enrique Acosta Fregoso, priista de muchos años, replicó el vínculo Bonilla-Vega de Lamadrid, pero aprovechó para proponer contralorías sociales y comisiones encargadas de revisar la obra pública, además de reforzar el Poder Judicial con más jueces, para acelerar los procesos judiciales.
Ignacio Anaya Barriguete, abanderado del Partido de Baja California, adoptó una postura de retar al gobernador Vega, y además querer cambiar las reglas electorales a semanas de la elección, como el de prohibir el uso de celulares dentro de las urnas.
En una de sus intervenciones el ex candidato del PVEM, presumió que no sería sancionado por la autoridad por su spot donde acusa al gobernador Vega de Lamadrid de corrupto. “¡Valiste vega!”, dijo el alpinista.
Por su parte, el expanista Héctor Osuna Jaime, presumió algunas cifras y mencionó algunos mecanismos para evitar la corrupción, y dejó claro que no está muy de acuerdo con el Sistema Estatal Anticorrupción, pues señaló que se trataba de “burocracia vigilando burocracia”.
Propuestas legislativas como síndicos y contralores electos de forma independiente, regidores electos, además de prometer basarse en plebiscitos para tomar las decisiones importantes del Estado, fueron las ideas del ex alcalde panista de Tijuana.
Al final, y como en todas las ocasiones similares, los participantes se declararon ganadores. El siguiente debate se realizará este lunes 20 de mayo en el puerto de Ensenada, en donde todo parece indicar tampoco asistirá el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia.
El color del debate
La cita era a las 20:00 horas, pero desde dos horas antes los candidatos a la gubernatura de Baja California se presentaron en el campus Mexicali de Cetys Universidad para el segundo debate organizado por el Consejo General del Instituto Estatal Electoral (IEE).
El ausente, como en el anterior encuentro de candidatos, fue el abanderado de la coalición Juntos Haremos Historia en Baja California, Jaime Bonilla Valdez, quien podría sumar dos multas de hasta 85 mil pesos cada una por su inasistencia, misma actitud que han repetido otros candidatos de esa fuerza política y del PAN en sus respectivos debates.
Así, con éstas condiciones acudieron al debate un priista, Enrique Acosta Fregoso; un ex priista, Jaime Martínez Veloz, ahora bajo las siglas del Partido de la Revolución Democrática (PRD); un panista, Óscar Vega Marín; un ex panista, Héctor Osuna Jaime, como candidato de Movimiento Ciudadano; y ex candidato, pero no afiliado, del Partido Verde Ecologista, Ignacio Anaya Barriguete, como la opción del Partido de Baja California (PBC).
Las poco más de dos horas que duró el evento sirvió a los representantes de las cinco fuerzas políticas para enfrascarse en dos temas: la ausencia del senador con licencia y las pésimas decisiones, que acusaron los candidatos no panistas, se han tomado en el actual gobierno de Francisco Vega.
Fueron los proyectos APP, en especial la planta desaladora de Playas de Rosarito, los que mayores críticas le valieron a Vega Marín, sobre quien cayeron todos los señalamientos que en condiciones normales irían contra el gobernador. Osuna Jaime, quien señaló que desde hace mucho Acción Nacional dejó de ser la esperanza que en algún momento fue para el estado, apuntó que el mayor acto de corrupción en la historia de Baja California es precisamente la aprobación de la planta en zona costa.
En esa misma línea discursiva, Acosta Fregoso prometió que de obtener el triunfo el 02 de junio, promovería la realización de una consulta pública para que sean los bajacalifornianos los que decidan el futuro de ese proyecto.
Junto a ese tema, la permanencia Costellation Brands en el Valle de Mexicali también recaerá en la decisión de las personas, fue lo que aseguró Martínez Veloz en una de sus participaciones.
Quien sobresalió, aunque no necesariamente de la mejor manera, fue el candidato del PBC, quien aseguró que el gobernador había “valido vega” haciendo un juego de palabras con el apellido del jefe del ejecutivo y el insulto conocido por todos. Con ello dejó casi desapercibida su propuesta, un tanto más seria, de prohibir que las personas accedan a las casillas el día de la votación con teléfonos celulares.
Vega Marín, blanco de los ataques que no iban dirigidos hacia el ausente Bonilla, trató de desmarcarse de la figura del gobernador. “Quien paga para llegar, llega para robar” fue la frase que pronunció el panista en alusión a los actos de los que se le acusa a su contrincante de la coalición y con la que intentó desviar la atención fuera de su etiqueta blanquiazul.
con información de Alejandro García
