El pasado martes el Director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Germán Martínez renunció a su cargo que asumió desde el primero de diciembre del 2018. Esta baja es muy relevante ya que se trata de un ex dirigente del Partido Acción Nacional quien tan solo hace algunos meses mostró su respaldo al proyecto del entonces candidato por Morena a la presidencia de México Andrés Manuel López Obrador.
A Germán Martínez se le podrá acusar o señalar de muchas cosas, pero la carta de renuncia fue congruente con lo que está pasando en esa institución tan importante en la vida de todos los mexicanos.
Hace unas semanas o meses a través de redes sociales, medios de comunicación e inclusive por comentarios que uno escucha de boca en boca empezamos a enterarnos de historias de sufrimiento de miles de derechohabientes con alguna enfermedad que no han podido acceder a sus medicamentos o tratamientos por falta de producto o carencia de material para practicar determinados estudios clínicos.
Lo anterior no es por saturación en el servicio muy típico en el IMSS sino por la inacción de la Secretaría de Hacienda que comanda Carlos Urzúa. Es tal la obsesión en la reducción del gasto del presidente López Obrador que en lugar de hacer procedimientos individualizados de recortes ha utilizado una sierra eléctrica para destrozar todo a su paso. No se está analizando caso por caso. Este control imprudente del gasto como bien lo dijo Martínez tiene “dos consecuencias fatales: una directa para el IMSS: pasillos de espera llenos de personas adoloridas y mal trato o retraso en la atención a pacientes; y un segundo efecto indirecto todavía peor: el fortalecimiento de los servicios de salud privados que ocasionará mayor gasto de bolsillo de las familias cuando sus seres queridos tengan un padecimiento. Ahorrar y controlar en exceso el gasto en salud es inhumano. Ese control llega a escatimar los recursos para los mexicanos más pobres”.
Después de citar lo dicho por el ahora exdirector del IMSS en su carta de renuncia y releer estas líneas uno se queda sin palabras, mudo. Jugar con la salud de niños enfermos por padecer cáncer, los enfermos de VIH sin poder acceder a sus antirretrovirales y todos aquellos que sufren algún padecimiento importante sin dárseles un servicio de calidad es sinceramente no tener madre.
Esto que describo con enorme rabia e impotencia no es exclusivo del IMSS, también está sucediendo cortes en los presupuestos de otras importantes dependencias, por ejemplo la CANAFOR (Comisión Nacional Forestal) que se quedó con una cuarta parte de recursos para afrontar los incendios que están azotando en una parte importante del país. En mayor medida la contaminada Ciudad de México.
Una cosa es ser más eficientes en el gasto y otra es dejar vulnerables a los más desprotegidos por decisiones torpes y de carácter general.
La renuncia de Germán Martínez ojalá y sirva del algo, por un lado para que López Obrador se dé cuenta que hay cosas fundamentales que no se están atendiendo por intereses diversos, no todo son las conferencias mañaneras y las giras presidenciales también hay asuntos de oficina o administrativos que requieren de su participación y decisión.
Espero y no se vea como un asunto político o de lucha por el poder la baja de Martínez. Debemos de reconocer que no cualquiera toma la decisión de exhibir al Secretario de Hacienda y demás funcionarios en momentos donde mostrar agallas puede ser visto por las huestes “lopezobradoristas” como una “herejía” de esas que les encanta destrozar en las redes sociales.
Alejandro Caso Niebla es consultor en políticas públicas, comunicación y campañas; se desempeñó como vocero en la Secretaría de Hacienda y Secretaría de Desarrollo Social en el Gobierno Federal, así como Director de medios en la Presidencia de la República. También fungió como Director de Comunicación Social en el Gobierno del Estado de Baja California. @CasoAlejandro
