Después de que el Instituto Nacional Electoral (INE) solicitara la depuración del padrón de militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para organizar la elección de dirigente nacional -como lo había solicitado el partido-, el consejo político del tricolor decidió encargarse del proceso sin intervención del organismo autónomo.
El 6 de mayo, en sesión extraordinaria del Consejo Político Nacional, a la cual asistieron 300 consejeros y estuvo presidida por la dirigente nacional, Claudia Ruíz Massieu, el partido decidió prescindir de la intervención del INE.
El argumento fue el alto costo que representa para el partido, un total de 230 millones de pesos, los cuales se destinarían principalmente en papelera electoral, instalación de casillas, renta de bodegas, traslado de paquetes, cómputos de votos y el PREP (Programa de Resultados Electorales Preliminares).
Sin embargo, para algunos militantes y consejeros, la decisión de dejar al INE fuera de la organización de las elecciones internas representa un riesgo para la certeza y legalidad de las votaciones.
El 14 de marzo, el Consejo Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, entregó una solicitud ante el INE para que éste organizara el proceso interno de elección para renovar la dirigencia nacional para el periodo 2019-2023.
El INE se habría encargado de la revisión, verificación y aprobación tanto del listado de electoras como de las mesas receptoras de votos, además de capacitar a los encargados de ellas, entre otras funciones.
Como respuesta, el Instituto difundió una nota informativa en la que detalló que, antes de celebrar un convenio para la realización de la elección interna del partido, el PRI debía concluir su proceso de revisión, actualización, sistematización y consolidación del padrón de militantes.
También indicó que, de detectarse irregularidades en el padrón de militantes, el cual supera los 6 millones de miembros, el PRI se haría acreedor a una multa máxima de 50 mil pesos por cada uno de los casos detectados.
Durante la sesión, se abrió un inusual debate para que los consejeros ventilaran sus opiniones respecto a la postura del INE, entre quienes destacaron los aspirantes a dirigentes como el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz; Ivonne Ortega, ex gobernador de Yucatán y José Narro, ex secretario de Salud.
Por su parte, Ruiz Massieu consideró injusto que el INE solicite la depuración del padrón de militantes y consideró como una buena señal que la mayoría de los consejeros respaldaran su decisión de no aceptar las condiciones del organismo electoral.
También anunció que solicitará licencia de su cargo como senadora para encargarse de la organización de los comicios internos, los cuales se desarrollarán en septiembre de este año.
En otras posturas, Ivonne Ortega advirtió que un importante número de priistas podrían abandonar el partido si no se permite la votación abierta y libre de todos los militantes en la elección interna.
Sin embargo, durante la discusión, también hubo señalamientos de simulación y falta de transparencia por parte de consejeros como José Narro y el ex dirigente nacional del partido, Augusto Gómez Villanueva.
“No se trata de quién hace trampa o use recursos públicos, sino de reconocer que el partido está fracturado por decisiones verticales y es tiempo de que se tome por una consulta a las bases”, propuso Ulises Ruiz, quien apoyó la propuesta de depuración del padrón.
“No le tengamos miedo a que voten pocos, pero es mejor eso a que vote uno solo como ya pasó y nos tiene como estamos ahorita”, añadió.