Esto es cine de acción en su máxima expresión, con escenas de encontronazos sumamente físicos y bien orquestados, donde John Wick (el protagonista encarnado por Keanu Reeves) lucha por salvar su pellejo luego que los más hábiles sicarios del mundo han puesto una recompensa de 14 millones de dólares sobre su cabeza.
El personaje busca el apoyo de sus antiguos socios, como Sofía (Halle Berry), mientras que en Nueva York la Adjudicadora (Asia Kate Dillon) busca asociarse con criminales de alta escuela como Bowery King (Laurence Fishburne) para acabar con Wick,
Estoico, silencioso, cuando Wick habla, el mundo parece detenerse porque cada escasa palabra que sale de su boca tiene un poderoso significado. El resto son escenas de pelea con distintas armas, espectaculares, llenas de adrenalina, intensas y astutamente bien llevadas por el director Chad Stahelski,
Sin una historia muy trascendente ni bien pensada siquiera, el filme emociona por todo lo que sucede explosiva secuencia tras explosiva secuencia.
Reeves luce en toda la extensión del adjetivo, a sus 54 años el físico sigue ahí, listo para mostrar sus habilidades mientras combate a los más temibles adversarios y después caminar por la arena de Marruecos, cual modelo evocando una “Casablanca” moderna, claro, sin perder las proporciones.
El resultado es un filme muy divertido, estupendo en su género, sólido por su calidad estética, el trabajo de cámara, edición, sonido y actuaciones justo a la medida de lo requerido. Todo cuidadosamente pensado y trabajado por Stahelski, un verdadero talento para este género del que se espera ver más. *** y media.
Punto final.- Y “Godzilla” sigue vivo… increíble.
