Antes que el tamaulipeco Óscar Almazar Smer, hasta hace unos días conocido como el delegado fantasma –pocas veces ha dado la cara por el priismo de Baja California- fuese designado dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional, tuvo junto a Enrique Acosta Fregoso -su candidato al gobierno de Baja California- un encontronazo con el embajador Fernando Castro Trenti. Los dos primeros departían en el hotel Lucerna de Tijuana, alojamiento que el ex delegado ha tomado como su residencia y oficinas, cuando Castro llegó a otro asunto y no con ellos. El diplomático aprovechó la presencia de los priistas para aclararles, primero, que desde 2013 está alejado del partido tricolor de Baja California; segundo, que el PRI de Jorge Hank, el de la “Casa Blanca” de Enrique Peña Nieto, no lo representan, por lo tanto, está alejado de la política partidaria y desde hace seis años no acude al partido. Que la única vez que piso territorio priista en ese tiempo, lo hizo solamente para felicitar a Manlio Fabio Beltrones Rivera cuando este tomó posesión como dirigente nacional. Además, les dijo a Acosta y a Almazar, que en ese contexto, con él no contaran. De paso, que no apoya a Morena o a Jaime Bonilla Valdez y que ya le paren con eso. La plática no fue cálida, más bien subida de tono y de encono. Al final, el ahora dirigente estatal le ofreció a Fernando Castro Trenti una reunión con la dirigente nacional Claudia Ruiz Massieu, pero el embajador declinó.