En el rostro una sonrisa
muy temprano a trabajar
y después se va a la escuela
o a caminar en la playa.
Una palabra de aliento
a sus amigos les brinda
y al mal tiempo buena cara
pues quiere lograr sus sueños.
Nunca se da por vencida
cuando enfrenta una tormenta
y el estruendo de los rayos
le ayuda a tomar impulso.
Como hija es maravillosa
y bendición como madre,
que siempre “al pie del cañón”
se enfrenta con los problemas.
Con su pareja hace equipo
para lograr que en su hogar,
todos puedan ser felices
y que el amor no les falte.
Si un amigo necesita
un oído y un abrazo,
se los brinda compasiva
con afecto y amistad.
Ser respetada merece
como todo ser humano,
y que no la roce un dedo
con afán de lastimarle.
Una rosa en el jardín
siempre llama la atención,
por sus pétalos y espinas
y el aroma que despide.
Desde lejos se conoce
por el vaivén de su paso,
cual un barco en alta mar
que se mece entre las olas.
Una rosa es una dama
de la ciudad o del campo,
que a pesar de los problemas
en alto lleva la frente.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California. EE.UU.