En línea con lo hecho en los sexenios de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, la Secretaría de Economía prorrogó el decreto que regula la importación definitiva de vehículos usados, procedentes de Estados Unidos y Canadá, para que esté vigente hasta el 31 de diciembre de 2019. Con ello, se deja de lado momentáneamente la posibilidad de nacionalizar más de 5 millones de autos “chocolate” en el país, de los cuales podría haber 400 mil en Baja California.
Lo anterior, pese a que dos días antes que la disposición se publicara en el Diario Oficial, el Presidente Andrés Manuel López Obrador manifestó que había instruido a las secretarías de Hacienda, Economía, Seguridad Pública y al Servicio de Administración Tributaria, crear un plan de regularización, buscando un equilibrio entre la necesidad de quienes los adquieren por sus precios y los distribuidores de automóviles nuevos.
Derivado de este decreto, promulgado en julio de 2011, la importación de automóviles usados en el país disminuyó de un millón 570 mil unidades en 2006 a 140 mil en 2018, señaló la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) en un comunicado, en el que reconoció a AMLO por la prórroga.
En contraste, el organismo empresarial criticó el programa Diagnóstico para la Identidad Vehicular en Baja California, impulsado por el gobernador Francisco Vega de Lamadrid, al considerar que la iniciativa es ilegal y un “mecanismo viciado” con el que se pretende combatir el contrabando de vehículos.
Aun cuando se han mantenido las restricciones a la importación, la comercialización de vehículos ligeros en territorio nacional mantiene su tendencia a la baja. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, durante marzo de 2019 se vendieron 117 mil 122 unidades, lo que representó un decremento de 1.5% comparado con el mismo periodo del año anterior. La caída durante el primer trimestre de 2019 es de 1.7% comparado con igual lapso del año previo.
En ese contexto, Volkswagen de México anunció que 700 trabajadores en su planta de Puebla optaron por el retiro voluntario y dejaron de trabajar en la compañía automotriz germana.
