Juan Marco Gutiérrez González es un panista de cepa. Le viene de madre y de padre. Abogado de profesión, trabajó en el Ayuntamiento que encabezó Héctor Osuna Jaime, y también fue cónsul de México en Los Ángeles en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. Hace cuatro años, concursó y ganó una posición en la Sala Regional Noroeste I con sede en Tijuana, del Tribunal Federal de Justicia Administrativa. En mayo cumplirá cuatro años como magistrado, pero ese mismo mes renunciará. Así lo decidió luego que las posibilidades de convertirse en magistrado federal se vieron reducidas con la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Mejor, dicen, se dedicará “a hacer despacho”. Volver a la práctica de la abogacía en Baja California y otros estados de la República, y en el ínterin, sumarse a la campaña de Óscar Vega Marín al gobierno de Baja California, donde adelantan, se convertirá en uno de los voceros del plan de Vega en su proselitismo político-electoral. Distanciado como muchos panistas del actual gobierno encabezado por Francisco Vega de Lamadrid, Gutiérrez también le apostará a deslindarse del mismo y proponer medidas anticorrupción.
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