Sin acuerdo, sin convocatoria, sin el respaldo de militancia ni organizaciones, el Revolucionario Institucional de un plumazo reemplazó a sus dirigentes municipales, excepto en Tecate en donde se dejó al ex empleado municipal, incondicional de la alcaldesa Nereida Fuentes. En el resto de los comités municipales, cada grupo que se encuentra en el pacto del candidato a gobernador, impuso al suyo.
El domingo 24 de marzo, con la presencia de David Ruvalcaba, dirigente estatal, así como de Arturo Zamora, Secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Diva Gastélum y el delegado del CEN Fernando Moreno, se le tomó protesta a los nuevos dirigentes en cada municipio.
En Tijuana, el partido pasó a las manos de Jorge Hank Rhon por medio de Edna Pérez, una de sus subordinadas que tomó el lugar de Alberto Nava López, quien había asumido tal cargo desde enero del 2018.
En la capital del Estado, se colocó a Roberto Martín del Campo, priista cercano amigo del candidato a la gubernatura, Enrique Acosta Fregoso. El nuevo dirigente municipal reemplazó a Adriana López Quintero, esposa de Acosta.
En Tecate se ratificó a Javier Pérez Ramos, quien es dirigente del partido a días de que Nereida Fuentes asumiera el gobierno municipal en 2016.
En Rosarito se nombró a Cristian Medina Peña para suplantar a Abraham Gómez y en Ensenada se le tomó protesta a Sergio Almazán Olachea. A ninguno de los dirigentes anteriores (excepto a la esposa de Acosta) se les notificó ni se les avisó previamente de la imposición.
Yo me enteré por el chat
Alberto Nava, ex dirigente del PRI en Tijuana confirmó a ZETA que nadie avisó de su remoción, que se enteró por medio de un chat de militantes del PRI en donde se publicó la noticia de los relevos.
“Me enteré porque tomaron una foto en lo privado y lo compartieron en redes, comenzó a circular y así es como me entero que no soy presidente”, explica el ex presidente del comité municipal: “nadie me ha marcado a la fecha, ni recibido llamada de absolutamente nadie, ni por escrito ni por ningún lado, ni un mensaje, ni un correo electrónico, por ninguna vía de comunicación posible he recibido una notificación al respecto.
“Me tiene consternado, triste, porque di mi mayor esfuerzo por encabezar una dirigencia digna y lo que menos esperaba era tener una salida de igual forma, digna. Me concentré en hacer un trabajo de oposición responsable, nunca dejé de señalar los desvaríos, insuficiencias y actos de corrupción por parte del presidente municipal, del gobernador, de los candidatos de Morena. Nunca dejé de levantar la voz en nombre del priismo y de la sociedad de Tijuana”, se lamenta el joven priista.
“Desconozco la razón ni las motivaciones para removerme del cargo, sobre todo de esa manera”, explica el priista y confiesa que aún reflexiona sobre qué postura o acciones tomar o no tomar.
“Lo único que consideré más prudente –detalla quien dirigió al partido durante un año– habiéndome enterado de la forma en que me habían destituido de mi cargo y habían nombrado a alguien más, lo que hice fue ir a la oficina a recoger mis documentos personales, quitar mis fotografías, mis cosas personales y ya dejé la oficina, le hice llegar a la oficina de Edna Pérez, las llaves de la oficina. Entiendo que ya tomaron posesión del lugar y así terminó el asunto”.
