Apenas una horas antes de su aparición en el festival Coachella, celebrado el fin de semana en Indio, California, la cantautora y actriz chilena Norma Monserrat Bustamante Laferte, actuó en el Audiorama de Museo El Trompo ante poco más de 3 mil fanáticos que atestiguaron su madurez artística y se deleitaron con el certero cantar de una veintena de capítulos sonoros, iniciando con “Antes de Ti”.
Embriagando las almas y cobijando el espíritu, la memorable noche del jueves 11 de abril quedará en el recuerdo de los fronterizos y de la propia Mon Laferte, quien minutos después de las diez de la noche ilusionó a diversas generaciones y se dejó abrazar por el cariño de sus seguidores que cantaron y avivaron los versos y estribillos que complementaron “La Gira de Norma”, a la que sumó nuevas composiciones como “No te me Quites de Acá”.
Espolvoreando sensualidad de la primera a la última fila, ataviada en un vestido violeta oscuro por encima de la rodilla, la romántica y apasionada chilena probó el alcance de sus éxitos en Tijuana, instalándose sobre un elegante escenario cabaretero, acicalado con largas cortinas rojas y la escolta de una novena de multiinstrumentistas detalladamente uniformados de pies a cabeza.
Luciendo una corta cabellera, labios rojos y la piel entintada, la protagonista de la velada sonora contagió a cientos de bajacalifornianas que portaron rosas sobre sus peinados, emulando el atuendo regular de la intérprete de canciones como “Tormento”, y “Por qué me Fui a Enamorar de Ti”, quien corrompió el silencio con sus versiones al mero estilo de salsa, cumbia y el folclor latinoamericano que imprimió en su último álbum.
La interacción de la oriunda de Villa del Mar con la frontera llegó a su clímax cuando bajó para cantar, cargando una guitarra sobre sus hombros en el pasillo central del inmueble, dejándose rodear por el cariño de los presentes que de inmediato registraron video de su andar, mientras otros la atiborraron de ramos de flores, le lanzaron besos o rozaron sus manos en su regreso al escenario, en el que demostró su amor por la música.
Luego de casi 120 minutos de recital, entre rosas y tatuajes, siempre agradecida por el cariño y admiración, Mon Laferte insertó los versos de “Amor Completo”, “Si Tú me Quisieras”, “Tu Falta de Querer”, “Amárrame” y “Mi Buen Amor”, así como su versión de “Mambo (Lupita)”, enviciando con su divertido danzar y distintiva cadencia, correspondida con energética euforia prolongada.
Horas después, la cantautora emocionó a Coachella. “En el mundo piensan que todos en Latinoamérica nos la pasamos felices bailando reggaetón, cuando hay un montón de músicas. Me encantará representar ese porcentaje de artistas latinos que todavía nos colgamos la guitarra y defendemos nuestras canciones”, precisó a ZETA sobre su participación en el festival, en el que en su primer fin de semana, aprovechó para interpretar “New Rules”, de la cantante inglesa Dua Lipa, suceso que fue criticado por haberse acompañado de su teléfono para guiarse de la letra.
“No me aprendí la letra, nada es tan serio, hay que divertirse, tomar riesgos. Haters déjenme en paz, solo soy una cantante chambeando”, respondió la chilena, causando tendencia a su paso.