En memoria de Virgilio Caballero
La política está atrapada por la economía y el eje capitalista se tragó a la política, democracia, justicia y ciudadanos incluidos. El Presidente hace grandes esfuerzos en convencer a propios y extraños, especialmente a su capital y base social del buen rumbo. Habla a inversionistas para alentar confíen en el presente y futuro del país y
poder desarrollarnos al menos 4%.
Se lanza contra el “monstruo” de la corrupción con todo el poder del Estado para restaurar la credibilidad en nuevas leyes justas. Estimula el consumo familiar con el reparto masivo de subsidios. Pone ejemplo de austeridad en sueldos, gastos, lujos, ostentaciones que contrastan con la miseria de millones sin oportunidades de educación y salud.
Pero esa voluntad de romper con el pasado de desigualdad y privilegios en una minoría rapaz, así claramente la repite, aún no da tiempo de cuajar, porque los grupos identificados que se llevan fortunas, en complicidad con un diseño jurídico concentrador de riqueza o con malas mañas, aún no son tocados.
No se investiga ni procesa, hasta ahora a nadie para empezar y quizá nunca al posponer la consulta para investigar a cinco ex presidentes neoliberales.
Los optimistas piensan que es cosa de tiempo y por eso se espera que próximamente, haya condiciones para ver resultados. Sería en el menor escenario, producto del éxito de las políticas económicas y sociales del nuevo régimen.n La falsa o real expectativa es una ola sustantiva de recuperaciones de bienes, y grandes capitales, obtenidos de manera ilegal, que servirían a paliar grandes carencias del pueblo.
El capital acumulado de dos décadas de robo de electricidad, gasolina, gas, diésel, minas, etc. El fraude y evasión fiscal, las devoluciones ilegales de impuestos, etc. Otros piensan que recuperar fortunas y castigar corruptos es una fantasía.
Sin embargo, son sumas que cubren el presupuesto sexenal de seguridad pública, educación, salud o medio ambiente. ¿En dónde quedó invertido o bancarizado? ¿Dónde se lavó y qué decomisos se pueden concretar en beneficio de la sociedad?
Y sobre todo recuperar la confianza, la autoestima nacional, reconociendo que hay generaciones de mexicanos que trabajaron como esclavos. Que la calidad de vida es peor a las de sus padres o abuelos.
Un ejemplo el IMSS, hoy en retroceso, que significa que los pacientes mueren por falta de atención médica oportuna, medicinas, especialistas, o clínicas.
AMLO dependió dos décadas del financiamiento de amigos, aliados y la sociedad simpatizante. Sin ingreso, herencia o fortuna propia, más que su moral, y carácter indomable, necesitaba recorrer el país cuatro días de la semana. Fue financiado por una mezcla de pueblo, caciques, a los que no investigaba de dónde venía ese dinero para
mítines, propaganda, avión, entrevistas, hoteles, renta de autos, y alimentos de su comitiva.
Lobos descarnados cuya patria es el dinero, intuyeron de que la inversión en un político popular, tarde o temprano reditúa y en 2019 cobran intereses en las regiones del país.
Claro, una parte de esos recursos provino en su momento del PRD, PT, MC, Morena, de la alta burocracia de diputados, senadores, alcaldes, gobernadores, sindicatos y ciudadanos simpatizantes que depositaban en una cuenta de una AC, honestidad valiente. También había recursos de derechos de autor por sus libros que suman más de 20 títulos.
Quizás de conferencias y ahorros de sus pasados ingresos. Pero hoy de alguna manera pagará esos impulsos clave del linaje empresarial que lo llevaron a sostener incansable el paso que lo llevó al reto de dirigir el país.
Hay patrocinadores motivados de nobleza, patriotismo y generosidad sin esperar más que un cambio positivo en el país empobrecido. Pero a otros nunca los movió la Madre Teresa de Calcuta. Y por lo que vemos, la incongruencia del Presidente es que teniendo el poder de la silla presidencial, no contenga o concilie presiones y ambiciones desbocadas. O… por aún no tener el poder real, mire para otro lado.
¿Cómo, cuándo y en qué orden pagará AMLO la deuda social y moral? ¿Y por qué tendría que pagarle a sus “padrinos” multimillonarios, si realmente se busca la transformación del país? Si llegó como héroe a la Presidencia, debería de convencer a los más privilegiados empezando con sus amigos, de abrir sin mezquindad oportunidades a las nuevas generaciones.
Que no sea la herencia prianista, con monopolio de privilegios, corrupción e impunidad, que no sea un cheque en blanco, que no sean con más privilegios de los que ya tienen. Porque se derrumba la esperanza y viabilidad de los mexicanos. ¿Y de qué sirvió la lucha de un pueblo?
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es Académico del Instituto Tecnológico de Tijuana. Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com