De Trez en Trez
A los que están, a los que estuvimos, a los que siempre estarán…
Ayer jueves 11 de abril ZETA llegó a los 39 años de existencia.
En su primer ejemplar, en portada precedido de un cintillo en rojo, Don Jesús Blancornelas escribió: “Z nace hoy en otro tamaño y, por lo pronto, no será diario. Aparecerá cada viernes.” Luego da una breve explicación a los lectores y continúa: “Simplemente Z es el reencuentro contigo Lector. Volvemos a reconstruir la comunicación que nos fue destrozada por la fuerza, la ilegalidad y la traición.”
Desde entonces a la fecha, han transcurrido 39 años de ese editorial con el que inició Z; tiempo durante el cual, gracias a los sacrificios y al trabajo duro de sus iniciadores, que fue continuado por lo que se incorporaron después con pasión enfrentando los riesgos y peligros de ejercer el periodismo libre y sigue hoy con mayores reconocimientos nacionales e internacionales, es que este semanario se convirtió en referente del periodismo independiente en México y el extranjero.
Primero dirigido por sus fundadores, el recordado Don Jesús Blancornelas y Héctor Félix Miranda, el famoso “Gato Félix”, y ahora por César René Blanco y Adela Navarro y todo el equipo que hace posible ZETA cada viernes.
Aquel 11 de abril de 1980 –tenía yo el cabello largo, flaco y 20 años de edad– llegó ZETA a Tijuana procedente de Estados Unidos, en la cajuela de un automóvil que se descompuso justo al “cruzar la línea” y en las meras narices de policías judiciales estatales y de agentes aduanales mexicanos. Eran tiempos de “Bob” de la Madrid, “Baja’s governor” y de toda su familia incrustada en el gobierno, incluido Francisco “Pancho” de la Madrid mandamás en la Aduana de Tijuana. El inolvidable Héctor Félix Miranda “El Gato” lo reseñó con su muy particular estilo en su columna “Un Poco de Algo”. (Ver ejemplar de número 2).
Los tiempos políticos en estos 39 años han sido de cambios para quedar igual o peor, gracias a las acciones de los que dicen gobernar, sean del partido que hayan sido; justo ahora en BC son tiempos electoreros, los mismos nombres y hombres, las mismas promesas y, se adivinan desde ya, los mismos resultados.
Casi se da por descontado que en junio terminará la época de gobiernos panistas que inició en 1989, en gran parte como consecuencia del desgobierno y la corrupción de la administración que encabeza Francisco Arturo “Kiko” Vega; por otra parte, a nivel federal ya hay otro partido y otro personaje en Palacio Nacional. Salvo una sorpresa, en BC despachará pronto un gobernador que, al menos en el papel no será del PAN ni del PRI. Desde luego, eso no es ninguna garantía de eficacia.
Lo que no cambia para nada es la corrupción, el enriquecimiento –fácilmente explicable y a todas luces ilegal– de funcionarios de los tres niveles de gobierno, la voracidad con la que atacan y se sirven del dinero público para beneficios personales sin importarles sus gobernados o representados; incluso hay algunos que –se dice– tienen ligas con los pillos, lo que ha desatado de nueva cuenta el clima de violencia en Tijuana hasta colocarla como una de las más violentas del mundo.
Desde hace 39 años, ZETA ha investigado e informado de los detalles del crecimiento del narcotráfico en Baja California, del aumento de la violencia aquí y en otras zonas del país; de las ligas entre policías y delincuentes, exhibiendo a quienes, desde el poder o de un cargo clave, se unen a los pillos que deberían investigar, detener, consignar y encarcelar, aunque por ello ha pagado un alto precio y el dolor ha llegado al semanario y a los que de una u otra forma estamos ligados con la publicación.
El compromiso del semanario de seguir “libre como el viento”, a pesar de los sinsabores, de los riegos y el dolor, sigue firme. Así lo plasmó Rosario Mosso Castro, Editora de Información General en “Para Empezar” del viernes anterior: “Ni policías, ni ministerios públicos, ni kamikazes. Somos periodistas, reiteramos el compromiso que en 1980 hicieron nuestros fundadores y nos sostenemos en el reto del quehacer periodístico: libres como el viento.”
Hoy, con 39 años más de edad, sin el cabello largo, sin los pantalones ajustados y acampanados, con más kilos de peso, con menos pelo y más canas, ya jubilado de la docencia y otras ocupaciones, extrañando a los que ya se fueron de ZETA, exigiendo justicia en sus casos, redactando comentarios a manera de colaboración… sigo esperando cada viernes, con ansia el ejemplar del semanario, como desde hace casi 40 años.
P.D.- Felicidades a los que hacen ZETA y un recuerdo para los que ya no están físicamente aquí…
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com