Cada vez que se renueva el Congreso de Baja California, los partidos políticos tienen oportunidad de meter a algunos diputados sin competir directamente en las urnas. Bueno, en la mayoría de los casos. Son los famosos diputados pluris, los cuales deberían ser llamados conforme a la Constitución Política del Estado como “diputados por el principio de representación proporcional”.
Solo como un dato: la palabra “pluri” con la que se identifica a los mentados diputados proviene de las cinco circunscripciones electorales plurinominales que conforman el país y que son utilizadas territorialmente para conformar también con diputados por el principio de representación proporcional, pero en el Congreso Federal. En pocas palabras, en Baja California no existe el concepto como tal, aunque así se les llama comúnmente: candidatos o diputados pluris.
El caso es menos confuso de lo que parece. El Congreso del Estado está integrado por 25 diputados, de los cuales 17 son elegidos por medio del voto en cada uno de los distritos electorales que conforman a la entidad, por ejemplo, Tijuana tiene ocho.
El resto, es decir, ocho son los diputados pluris que se reparten entre los partidos políticos siempre y cuando cumplan algunos requisitos: obtener por lo menos el 3 por ciento de la votación, haber participado con candidatos en los distritos y haber inscrito una lista de cuatro candidatos, que en realidad solo el candidato de la primera posición tiene posibilidades reales de alcanzar curul. En algunas ocasiones, los partidos “grandes” logran colar a su segundo de la lista.
Una vez pasadas las elecciones y contabilizados los votos, el Instituto Estatal Electoral asigna a cada partido político el número de diputados pluri con base al porcentaje de votación válida. Algunas veces son -eso lo decide cada partido- los candidatos inscritos en la lista o, bien, los candidatos en los distritos que hayan obtenido el mayor número de votos sin haber ganado la elección. A este se le conoce como “diputado mejor perdedor”.
La manera de asignar es por medio de fórmulas y reglas aún más complejas. Por ejemplo, que ningún partido puede tener más de 17 diputados. Es decir, si alguna fuerza ganase todos los distritos, no tiene derecho a un solo pluri.
Que toda esta explicación sirva para comprender lo gandalla que puede ser en mucho de los casos ser candidato de lista, sobre todo quien se encuentre en la primera posición, pues los partidos los reservan para sus cuotas políticas o sus dirigentes.
El 14 de abril, el Consejo Electoral aprobó las listas de los candidatos de representación proporcional. El PAN lleva, en ese orden, a Loreto Quintero y Miguel Ángel Bujanda, ambos cuotas y obedientes al gobernador Francisco Vega de Lamadrid; el PRI inscribió a David Ruvalcaba y a Mayra Robles, dirigentes estatales del tricolor. Movimiento Regeneración Nacional registró en primer lugar a Fidel Cresencio Sánchez -líder de jornaleros en San Quintín- y a Karla Jannette Pedrín.
El partido Transformemos lleva en primer lugar a su dirigente estatal Mayra Flores Preciado; el Partido de Baja California, al actual diputado Jorge Eugenio Núñez, el PT, a Virginia Ortega García; el PRD a Leticia Palomar Vázquez; el PVEM a Lorenza Aldrete Guerrero; y Movimiento Ciudadano al ex priista Elí Topete.
De estos nombres saldrán algunos diputados pluri… sin mover un solo dedo.