“Como soy escritor y no político, mi obligación consiste en lograr que la voz de la gente sea escuchada, sobre todo por aquellos que no la quieren escuchar, es decir, precisamente y en primer lugar, los políticos”. Ryszard Kapuscinski. El mundo de hoy. Autorretrato de un reportero.
Nos reunimos hoy para celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo Nuestro Señor. La Misa por nuestro hermano Santiago Barroso Alfaro.
Estamos con su familia, su mamá, su esposa, sus hijos, sus nietos. Sus amigos comunicadores; y sus compañeros de la Adoración Perpetua, del Movimiento Familiar Cristiano; sus alumnos y sus colegas profesores.
La tristeza y el dolor, podrían hacernos olvidar que finalmente estamos reunidos porque Santiago trabajó muchos años sirviendo a la gente a través de la prensa, radio y televisión. Barroso fue descubriendo su misión: “No hay periodismo posible al margen de la relación con los otros seres humanos. La relación con los seres humanos es el elemento imprescindible de nuestro trabajo”, expresa Ryszard Kapuscinski Sobre el buen periodismo.
A la edad de cinco años, con sus papás, Santiago llegó a San Luis proveniente del Estado de Guerrero. Durante más de 40 años vivió intensamente su vida de estudiante, profesionista, hombre de Fe, padre de familia, periodista y profesor. Su persona la desgastó en la cultura de la vida, sirviendo a la comunidad en varios sentidos.
Hoy escuchamos la Buena Noticia o Evangelio de Cristo enseñándonos a ser felices, bienaventurados. Siendo pobres de espíritu, llorando para ser consolados, sufridos para heredar la tierra, siendo misericordiosos, limpios de corazón; nos pide que trabajemos por la paz; ser felices aunque perseguidos por causa de la justicia; ser bienaventurados cuando nos injurien, nos persigan y digan cosas falsas por causa del bien, de la verdad, por causa de la cultura de la vida, a causa de Cristo.
Y promete Jesús: Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos.
“Me identifico con los humillados y ofendidos, entre ellos me encuentro a mí mismo. Y deseo que mi voz sirva para hablar de sus intereses. Es que siempre olvidamos –apunta Kapuscinski en su obra Lapidaria- que vivimos en un mundo de gente hambrienta, descalza (Los huerfanos del Narco, escribiría Javier Valdez), enferma, sin perspectiva alguna. Me interesa ese mundo que tiene vetado el acceso a la mesa puesta y llena de manjares. Lo tiene vetado ahora y lo seguirá teniendo en el futuro. La vida de esta gente, su pobreza, su humillación y su frustración es lo que me llega más hondo… Sólo puedo pensar en que tres cuartas partes de la humanidad llevan una existencia tan miserable que lo único que les interesa es qué comerán el día siguiente, cuando se despierten sin divisar ninguna perspectiva de mejora. Esta es mi mirada. Escribe Kapuschinski sobre el Mundo de hoy.
Como don Julio Scherer, Vicente Leñero, Jesús Blancornelas, Francisco Ortíz Franco, Alfredo Jiménez, Javier Valdéz, Miroslava Brecht, el jesuíta Enrique Maza, el mártir Tito Bransma (el jesuíta que desafió a Adoofo Hitler), el pastor Diestrich Bonheffer. En el Buen Santiago Barroso Alfaro, descubrimos tres elementos Sobre el Buen Periodismo que nos propone Ryszard Kapuschinki: Es esta una profesión muy exigente. Como lo reconoce la señora de Barroso: este es un trabajo que ocupa toda nuestra vida, no hay otro modo de ejercitarlo. Un segundo elemento es la constante profundización en nuestros conocimientos. La actualización y el estudio son la condición sin la cual. Nuestro trabajo consiste en investigar y describir el mundo contemporáneo, que está en un cambio continuo, profundo, dinámico y revolucionario. Por eso es necesario estudiar y aprender constantemente.
Sacrificio y estudio
El periodismo no es una profesión a considerarse como un medio para hacerse rico. Por eso hay otras profesiones que permiten ganar mucho más y más rápidamente.
Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias. Y convertirse, inmediatamente, desde el primer momento, en parte de su destino. (Homilía en la Misa por Santiago Barroso Alfaro (1971-2019).
Nuestra Señora de Fátima, SLRC., marzo 18 de 2019).
Germán Orozco Mora reside en Mexicali.
Correo: saeta87@gmail.com