La escritora mexicana ganó el Premio Nuevo León Alfonso Reyes 2019. “Me siento muy bien, me parece maravilloso, me da mucho gusto que me den ese Premio, no sólo por ser reconocida sino porque admiré mucho a don Alfonso y he dedicado muchas páginas a su obra”, expresó a ZETA y confirmó a este Semanario su participación en la Feria del Libro de Tijuana el 17 de mayo
Una de las figuras de la literatura hispanoamericana es Margo Glantz (Ciudad de México, 28 de enero de 1930), reconocida con el Premio Nuevo León Alfonso Reyes 2019 el domingo 3 de marzo, durante la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, en la Ciudad de México.
“La doctora Margo Glantz fue elegida por su altísima calidad como intelectual contemporánea en nuestro país, su distinguida y generosa trayectoria en las letras y las humanidades, su vasta obra creativa y su vigencia como una de las pensadoras más importantes y críticas en el debate y la reflexión sobre la cultura mexicana moderna”, leyó en el acta Ricardo Marcos González, presidente del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (CONARTE).
El Premio Nuevo León Alfonso Reyes es concedido por el Gobierno del Estado de Nuevo León, a través de CONARTE, la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Tecnológico de Monterrey, Universidad de Monterrey (UDEM) y universidad Regiomontana (U-ERRE).
“El Premio Nuevo León Alfonso Reyes surge en el año 2019, en el marco del 130 aniversario del natalicio y 60 aniversario luctuoso del regiomontano universal. Además de celebrar la importancia de la figura del humanista en los tiempos actuales, el galardón reconoce a escritoras y escritores cuya obra constituya un aporte por su calidad literaria y se inscriba en la estela creativa y crítica del gran autor regiomontano”, complementó Ricardo Marcos González, y advirtió: “Esta primera edición queda espléndidamente representada con la galardonada, por su trayectoria como autora, pero principalmente en este caso como humanista”.
“Me siento muy bien, me parece maravilloso, me da mucho gusto que me den ese Premio, no sólo por ser reconocida sino porque admiré mucho a don Alfonso y he dedicado muchas páginas a su obra”, expresó a ZETA Margo Glantz, quien viajará en abril a Monterrey para recibir su Premio por las instituciones convocantes.
“Cada vez me siento más homenajeada, porque ‘a la vejez viruelas’”, agregó Glantz con la consabida sorna que la caracteriza.
Además del Premio Nuevo León Alfonso Reyes 2019, apenas en noviembre de 2018 recibió la Presea Sor Juana Inés de la Cruz durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, a su vez concedida por Universidad del Claustro de Sor Juana.
Por cierto, Glantz confirmó a ZETA su visita a la frontera norte de México el 17 de mayo de 2019, para recibir un homenaje en la inauguración de la Feria del Libro de Tijuana.
CUANDO ALFONSO REYES ERA PRESIDENTE DE EL COLEGIO
Escuchar a Margo Glantz es acercarse a una imperdible cátedra literaria. Con su prodigiosa memoria, la escritora mexicana contó en entrevista -generosa siempre con ZETA– sobre la época de los 40 y 50, sobre todo desde que don Alfonso Reyes fue presidente fundador de El Colegio Nacional -tomó posesión el 5 de mayo de 1943-, hasta el día de su muerte, el 27 de diciembre de 1959.
Cabe subrayar que Margo Glantz no sólo ganó el Premio Nuevo León Alfonso Reyes 2019, sino que en 2017 fue distinguida con el Premio Alfonso Reyes por Fundación Colmex y El Colegio de México.
— En “Las genealogías” (1981), su padre Jacobo Glantz le cuenta de los artistas y escritores que él conoció desde la década de los 30 al establecerse en México. ¿Cómo conoció Usted a don Alfonso?
“A don Alfonso lo conocí cuando era presidente de El Colegio de México (1943-1959), hacia 1946, hace muchísimos años, cuando El Colegio estaba todavía en la calle de Sevilla, un pequeño local todavía, una casa antigua que ya no existe, creo, quizá art nouveau, y casi todos los que la frecuentaban ya murieron. Yo conocí a don Alfonso en esa época, así de lejos, de repente hablé con él, pero no fui cercana a él, en cambio sí me he dedicado a leer, enseñar y escribir sobre su obra.
“Era yo muy jovencita. Él era presidente de El Colegio, más que amiga, conocía yo a quienes eran más o menos contemporáneos míos, aunque mayores que yo y a quienes admiraba, como Arreola, los peruanos que estaban en México, Augusto Salazar Bondy y Javier Sologuren; también Margit Frenk, Enrique González Casanova; el guatemalteco ‘Tito’ Monterroso, Antonio Alatorre, Ernesto Mejía Sánchez y varios maestros como el argentino Raymundo Lida.
“Y entre los refugiados españoles, Agustín Millares Carlo, José Miranda, Pedro Urbano de la Calle; una de las bibliotecarias era mi querida amiga recién fallecida Surya Peniche y un antropólogo que murió muy joven, Sergio Morales, quien me introdujo a ese círculo, cuando estaba yo en la Preparatoria 1, entonces en San Ildefonso, la única preparatoria de la UNAM que existía en ese tiempo.
“Vi muchas veces a don Alfonso en conferencias, porque El Colegio organizaba -como ahora- conferencias muy importantes. En aquella época éramos menos obviamente, y cuando había un acontecimiento organizado por instituciones culturales como El Colegio de México la sala se llenaba y casi no había dónde sentarse.
“Entonces, digamos, don Alfonso estaba por lo general en esas reuniones, por lo demás, lo relaciono desde hace mucho tiempo con mis lecturas de una colección de novela policíaca que fundaron Borges y Bioy Casares conocida como ‘El Séptimo Círculo’ y don Alfonso la tenía completa. Me parece que aún se alberga en lo que fue su casa y hoy es La Capilla Alfonsina”.
EN LA OBRA DE ALFONSO REYES
Académica de la Facultad de Filosofía y Letras y maestra de literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Margo Glantz es conocedora de la obra de Alfonso Reyes.
— ¿Cómo ha sido su relación con la obra de don Alfonso y su aportación a la literatura?
“Sería exagerado decir que he leído toda su obra de la que el Fondo de Cultura Económica (FCE) ha publicado cerca de 30 tomos, lo que equivale a decir que es uno de los escritores mexicanos más prolíficos, difícil de abarcar, con excepción de algunos investigadores extraordinarios como José Luis Martínez o Ernesto Mejía Sánchez.
“Don Alfonso fue un distinguido polígrafo, conocedor de muchas ramas del conocimiento, en donde ocupa un lugar preponderante la cultura griega, interés primordial para los miembros el Ateneo de la Juventud, entre cuyos miembros estaba don Pedro Henríquez Ureña, figura señera de la cultura latinoamericana y amigo y maestro de don Alfonso, quien tradujo la Ilíada.
“Muy importante fue un acontecimiento que lo marcó hondamente: la muerte de su padre don Bernardo Reyes, en la Decena Trágica el 9 de febrero de 1911, y que originó la escritura de su poema dramático Ifigenia Cruel, en realidad, un poema homenaje a su padre como lo sería más su Oración del 9 de febrero”.
— Jorge Luis Borges solía reconocer mucho a Alfonso Reyes…
“Sí, fue un personaje de referencia para él, aunque luego Borges hablara mal de él, si creemos lo que cuenta en sus Diarios Adolfo Bioy Casares. Alfonso Reyes vivió en Argentina donde ya estaba Henríquez Ureña, quien al salir de México se fue a esa nación sureña, donde murió.
“Don Alfonso vivió además en Brasil y Argentina como diplomático, y también en España y en todos esos lugares hizo conexiones y amistades muy decisivas, tanto que cuando se fundó La Casa de España en México -que más tarde se convertiría en El Colegio de México-, su influencia fue decisiva. En suma, don Alfonso fue una figura internacional”.
— ¿Cuáles son las obras que Usted resaltaría de don Alfonso Reyes muy propias de las primeras décadas del Siglo XX, a diferencia de la literatura mexicana del Siglo XIX?
“Yo creo que no toda la obra de don Alfonso sea totalmente vigente hoy; son como 30 tomos, ¿no?, y en 30 tomos tiene que haber unas páginas que ya no son tan legibles. Sin embargo, hay páginas deslumbrantes como Visión de Anáhuac, una pequeña joya, clásica e imprescindible, uno de los textos más extraordinarios por su forma, su capacidad de síntesis, la brillantez de un análisis que muestra en la transformación de nuestro país a partir de la desecación del Valle de México, es maravilloso.
“Pero a mí me gustan muchísimo también los textos breves como Memorias de cocina y bodega; me gusta mucho La cena, un cuento fantástico perfecto; me gustan mucho sus Memorias, me parecen realmente muy notables.
“Don Alfonso se sentía completamente vinculado a la historia de México, por sí mismo y por su genealogía, porque su padre fue una figura muy importante durante el porfiriato y cuando muere, siente que al morir asesinado su padre, la Patria se desangra”.
— Finalmente, por las lecturas que ha hecho Usted de la obra de Alfonso Reyes, ¿en qué sentido consideraría que ha tenido algún tipo de influencia en su escritura?
“No creo que directamente, pero su prosa es tan perfecta y tan diáfana que de alguna manera influye en todos los que la leen”.
LOS LIBROS QUE VIENEN
Para Margo Glantz -y para fortuna de la literatura hispanoamericana-, este año es de nuevas publicaciones y reediciones de algunas sus obras agotadas. Cabe recordar que su libro más reciente es “Y por mirarlo todo, nada veía”, publicado en 2018 por Sexto Piso.
Para concluir la entrevista, Margo Glantz compartió con ZETA algunas de sus próximas publicaciones:
“Estoy escribiendo un libro de ensayos que me lo van a publicar en Argentina y en México; estoy terminando un libro de viajes que llevo escribiendo hace largos años que espero que pronto se publique en Sexto Piso; quizá un libro de ensayos más con textos que andan desbalagados o ya están agotados.
“Primero se va a publicar el que estoy escribiendo para Argentina, todavía no tiene título. Y se reedita El rastro (2002) en Colombia, en la editorial Laguna, ya recibí las pruebas. En Chile se va a publicar Apariciones (1996), en edición ilustrada. Y hay por allí otras posibles ediciones”, concluyó Margo Glantz.