La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estimó que México crecerá 2.0% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2019, en lugar del 2.55% proyectado en noviembre de 2018. En cuanto al crecimiento para el próximo año, el organismo internacional, dirigido por el mexicano José Ángel Gurría, también lo redujo de 2.8 a 2.3%
Este pronóstico se suma a las previsiones de otros organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco de México (Banxico), que también revisaron a la baja la expectativa de la actividad económica del país.
El 6 de marzo, Jonathan Heath, subgobernador del Banxico, expuso en un programa de televisión que la economía mexicana está “frente una desaceleración”, y previó un crecimiento cercano al 0% del PIB durante el primer trimestre de 2018, lo cual calificó como “preocupante”.
En entrevista con NEGOCIOZ, el economista José Luis Contreras Valenzuela explicó que el panorama económico se debe a un ajuste en el crecimiento de la economía global, particularmente la disminución en la expectativa para la economía estadounidense, que crecerá 1.5%
Aunado al papel que han jugado las agencias calificadoras, como consecuencia de “la sacudida” que dio esta administración federal a la estructura política del país, lo cual ha generado incertidumbre, “no debemos ser agoreros del desastre”, anotó.
Otro factor importante que puede disminuir la inversión es la corrupción. Tema en el que el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, “ha trabajado bien”, calificó Contreras Valenzuela.
El integrante del Colegio Nacional de Economistas confió en que habrá crecimiento económico, una vez que se aclare la estrategia del combate contra la corrupción y se corrijan muchos yerros de cálculo político, así como en políticas públicas.
Respecto a la baja en la perspectiva de calificación para Pemex, de “estable” a “negativa”, emitida el lunes 4 de marzo por Standard & Poor’s (así como la de las otras agencias calificadoras), el especialista comentó que se deben considerar con “reservas” los criterios de las calificadoras, dado que éstas responden más a los intereses de los capitales trasnacionales y “emiten calificaciones buenas o malas, dependiendo de hacia donde pretenden canalizar las inversiones”.
En su opinión, tiene mayor peso en el crecimiento económico del país lo que el Gobierno Federal logre hacer para reestablecer el Estado de Derecho, si genera certidumbre en cuanto al respeto de las inversiones y la disminución de los niveles de inseguridad.
Al conocerse la disminución en la perspectiva de Standard & Poor’s, el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa Macías, aseguró: “Esto de las agencias hay que tomarlo como un granito de sal, no bajaron las calificaciones, bajaron las perspectivas nada más, no hay que hacer una tormenta en un vaso de agua”.
Ante el anuncio de que el grupo parlamentario de Movimiento Regeneración Nacional presentaría una iniciativa para reformar la Ley del Mercado de Valores para regular y sancionar a las agencias calificadoras “que actúen sin transparencia, ni objetividad en sus resoluciones”, Damián Zepeda Vidales, senador del PAN, calificó la iniciativa como “absurda”.
La sola idea muestra un desconocimiento “brutal” de cómo funcionan los mercados y el papel de las calificadoras, y por otro lado, exhibe “un grado de autoritarismo peligroso y alarmante”.
“Es lamentable e increíble que piensen que pueden callar las opiniones de las calificadoras. Lo importante no es si el Gobierno de México lo reconoce, sino la credibilidad que esas agencias tienen en los inversionistas”, asentó Zepeda Vidales.
