La mejor forma de describir lo que sucede con las decisiones del Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador es haciendo un símil con una tarjeta de crédito. Actualmente el popular peje tiene amplio margen de maniobra (crédito) por lo cual puede arriesgarse a una serie de compras (acciones) sin temor a excederse del límite establecido.
Así actúa López Obrador, no le importa generar malestar ciudadano y cuantiosas pérdidas económicas porque está “muy sobrado” ante la legitimidad que le dio la población en las urnas el año pasado.
En este tema del combate al robo de gasolina es evidente que se han cometido fallas y atropellos a los ciudadanos que ni vela tienen en el entierro, ahora sí que utilizando sus propias palabras se lastimó al “pueblo noble y sabio”.
En lo personal, estoy completamente a favor de combatir el robo de combustibles y que se logre castigar a los responsables, sean funcionarios que laboraron en administraciones panistas o priistas, la impunidad y la corrupción son lastres que afectan no sólo a PEMEX sino a las demás dependencias federales, estatales y municipales.
Para lograrlo hay que hacerlo con inteligencia no torpemente como acaba de suceder. Cerrar los ductos que transportan gasolina si bien ha generado pérdidas a los llamados “huachicoleros”, también existen severos efectos colaterales que no se midieron adecuadamente.
En el debate nacional nada aportan aquellos que señalan que criticar esta medida es porque se está a favor de los delincuentes, me parece increíble que nos lleven a la discusión simplista de “estás conmigo o estás contra mí”. Otra vez el país polarizado y mientras tanto taxistas, abarroteros, pequeños comerciantes son los que sufren más con el desabasto de la gasolina.
¿No pudo prepararse adecuadamente el Gobierno Federal para mitigar los daños? ¿Alguien no advirtió con información sólida a López Obrador sobre los efectos que esta decisión tendría? Preocupa enormemente que estemos ante un caso de omisión, o peor aún de incompetencia.
Sinceramente creo que el Presidente de México tiene la mejor intención de acabar con esta situación, pero definitivamente el asunto se le salió de las manos, la reacción fue tardía. La Secretaria de Energía, Rocío Nahle, no sólo brilló por su ausencia al inicio del conflicto sino que prefirió utilizar las redes sociales para hablar mejor de un partido de fútbol. El titular de PEMEX, Octavio Romero Oropeza, demostró en su primera crisis que no tiene las suficientes tablas para afrontar una situación complicada como la que se presentó. También la comunicación falló, sí, esa que achacan que tropezó en los gobiernos del PAN y del PRI ahora se hizo presente en la administración morenista.
Pero lejos de los apasionamientos y posturas políticas, la gran interrogante que surge es si de algo servirán estos días complicados para las diferentes familias de ciertas regiones del país.
Cuando se vuelvan abrir los ductos ¿ya no habrá robos? ¿Habrá detenidos de alto rango? Yo espero que sí, de otra manera no entendería el esfuerzo que se ha hecho pasar a millones de ciudadanos.
He visto algunos sondeos que buscan conocer si la aprobación presidencial sufrió alguna disminución, los resultados iniciales no reflejan alguna afectación, es muy probable que no la exista porque la población tiene enorme confianza en López Obrador, siguiendo el símil inicial su tarjeta de crédito tiene un “tope” (confianza) muy amplio.
El verdadero problema para el mandatario nacional es que ya empezó a utilizar esa tarjeta de crédito con una “compra” (cerrar ductos) importante. Los “intereses” (desgaste) que le “cobrará” su “banco” a seis años serán los que poco a poco irán mermando sus “finanzas” (credibilidad).
Alejandro Caso Niebla es consultor en políticas públicas, comunicación y campañas; se ha desempeñado como vocero en la Secretaría de Hacienda y Secretaría de Desarrollo Social en el Gobierno Federal, así como Director de medios en la Presidencia de la República. También fungió como Director de Comunicación Social en el Gobierno del Estado de Baja California. @CasoAlejandro