Son cientos los vendedores de droga en las calles de los municipios de la Zona Costa en Baja California. El reparto -a decir de delincuentes aprehendidos- es “una tiendita cada cinco cuadras”. En Tijuana y Ensenada, las entidades más afectadas por la lucha de células delictivas, las autoridades tienen identificados a 45 cabecillas de venta de droga al menudeo, sin embargo, sólo uno tiene orden de aprehensión y es por homicidio
El cambio de Gobierno Federal, y el hecho de que aún no se defina una estrategia de combate a la inseguridad en los estados, generó en Tijuana una desestabilización en el combate coordinado que se estaba desplegando en contra de las células del narcomenudeo.
Las fuerzas operativas continúan reuniéndose diariamente con representantes del Gobierno de México para enviar reportes y estadísticas a Ciudad de México, pero los patrullajes conjuntos para inhibir los homicidios en las zonas de mayor afectación fueron reducidos.
En un esfuerzo por impedir que la indefinición de las condiciones en que se dará la coordinación para el combate a la inseguridad o la búsqueda de la pacificación afecte los resultados, las áreas operativas de la Procuraduría General de Justicia del Estado y de la Policía Municipal presentaron una estrategia solicitando apoyo a los representantes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo a las estadísticas, actualmente los generadores de violencia están focalizados y distribuidos en 28 de las más de 800 colonias de la ciudad; seis en la delegación La Presa, cuatro en Los Pinos, tres en las delegaciones Sánchez Taboada y Zona Centro respectivamente, y en dos colonias de cada una del resto de las delegaciones: Presa Rural, Cerro Colorado, Centenario, San Antonio de los Buenos y Playas de Tijuana. Para el patrullaje solicitaron el apoyo de la Policía Federal.
De igual forma, explicaron que la cancelación de los patrullajes estaba provocando el aumento en la incidencia de homicidios.
Primero los representantes de AMLO mostraron disposición, pero después de hablar con sus jefes en México, informaron que los federales en Tijuana están asignados al tema de los migrantes centroamericanos y no habrá cambio de instrucciones hasta que se definan las nuevas políticas, para lo cual estimaron febrero como plazo, por lo que en este momento el combate a las células de venta de droga, está aún más limitado en la ciudad.
EL TRASIEGO
“La mayoría de los muertos continúan siendo por narcomenudeo”, detalló un investigador a ZETA, y reconoció un fenómeno reciente y sospechoso: “A los cercanos a Pablo Edwin Huerta Nuño ‘El Flaquito’ los están matando y sorprendiendo en lugares donde evidentemente creen estar seguros, lo que hace suponer que los están delatando. No sabemos por cuánto tiempo viene sucediendo esto, pero los primeros que llamaron la atención fueron Jesús Edgar Ruiz Domínguez (escolta de Huerta), David Leonardo Cárdenas y Alexy Javier Peinado Leyva, asesinados los tres el 15 de noviembre en el restaurante Tapanco en Rosarito”.
Igual el caso de Salvador Ortega Ruiz “El Retén”, ejecutado el 21 de noviembre en el bar Mäb en Tijuana.
El 5 de diciembre atacaron a otro hombre identificado por las áreas de Inteligencia de Seguridad Pública como escolta del “Flaquito”. Alrededor de las 10:30 pm, la central de radio recibió un reporte de lesionado por arma de fuego. La víctima fue Gustavo Tapia “El Gus”, atacado a balazos cuando estaba a bordo de un pick-up Tahoe 2017 blanco, a la altura de un puesto de clamatos en Avenida Las Américas de la colonia 20 de Noviembre.
Testigos reportaron que el hombre salió de una casa en la zona, camino a su auto, era observado por sujetos en una Suburban gris de la cual bajó el sicario y disparó sobre la víctima. En la escena del crimen, los investigadores encontraron seis casquillos 9 milímetros y seis teléfonos celulares.
En estos casos, por la facilidad e impunidad con que están atacando a estos integrantes de mediano nivel en el organigrama de una de las alas del Cártel Arellano Félix (CAF) aliados al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), las autoridades investigan dos hipótesis a las cuales llegaron tras el análisis de información y declaraciones de criminales detenidos. En ambos casos, las sospechas se centran en “El Flaquito”. Detallaron los investigadores:
- Traiciones internas.- “Edwin Huerta considera que su alianza con los líderes del CJNG está reduciendo y supliendo el mando que ha tenido sobre los hombres de su célula, y ante la posibilidad que su seguridad esté amenazada, está neutralizando a presuntos traidores y buscando reubicarse en el organigrama delictivo”.
- Alianzas con Sinaloa.- “Ante la posibilidad de ser atacado por gente del CJNG, Huerta estableció una coalición pacífica con los hermanos René y Alfonso Arzate”.
Mientras investigan, las autoridades refieren que hasta el momento de lo único que tienen declaraciones, es qué debido a los homicidios de mandos medios asesinados de la célula del “Flaquito”, a éste le ordenaron “bajarle a las ejecuciones” y abandonar Baja California, pero no lo hizo. “Fue él, el único que se quedó porque considera que es más factible que lo maten si se va del Estado… se siente amenazado”, reiteraron los investigadores.
CADA CINCO CUADRAS
En términos de muertes violentas, además de estar aumentando, el panorama no ha cambiado mucho en los últimos tres años, durante los cuales el CAF, el CJNG y tres células del Cártel de Sinaloa, mantienen una pugna por obtener mayores ganancias económicas vendiendo drogas en las calles de los cinco municipios.
Versiones de funcionarios estatales y municipales insisten en que 8 de cada 10 muertos son por la venta callejera de enervantes, además, que el pleito no es entre cárteles, sino entre células, y la mayoría de los protagonistas continúan sin órdenes de aprehensión.
De acuerdo a lo dicho por vendedores de droga detenidos, sus jefes delictivos en las colonias de mayor venta y consumo de estupefacientes, han establecido como requisito para obtener ganancias, que haya un expendio ilegal de droga -una “tiendita”- cada cinco cuadras.
“Parte de los pleitos y muertes se dan cuando otros grupos pretenden instalarse en esas cinco cuadras alrededor de los espacios de venta ya establecidos”, explicó uno de los policías investigadores, y abundó, otro origen es la presión de líderes de células criminales contrarias para obligar a los narcomenudistas a cambiar de bando.
“Como el pleito es arriba y los vendedores se dieron cuenta que a ellos eran a los únicos que estaban matando, algunos ya entendieron, y como conocen al resto de los vendedores porque ya han delinquido para los mismos grupos, algunos se han puesto de acuerdo para no atacarse y compartir territorios”, se informó a ZETA.
“En las zonas donde la violencia sigue exacerbada, como en el caso de la Zona Norte, Sánchez Taboada, Presa y Presa Rural en Tijuana, es porque los cabecillas se han empeñado en aumentar sus ganancias y su estatus criminal dentro de las células delictivas”.
Tanto en las corporaciones estatales como en las municipales y al tanto que narcomenudeo y homicidios son delitos del fuero común, las áreas de Inteligencia han conformado bases de datos con datos que a la fecha han resultado insuficientes para lograr que jueces les otorguen órdenes de aprehensión.
RESPONSABLES DEL NARCOMENUDEO Y MUERTES EN ENSENADA
En Ensenada llama la atención que a pesar que autoridades consideran que la entrada con fuerza del CJNG recrudeció la violencia en el puerto, incrementando el número de muertos en un 50.76 por ciento entre 2017 y 2018, aún no han sido capaces de identificar a los cabecillas que están obligados a judicializar.
Ubican a los del Cártel de Sinaloa, de René Arzate “La Rana”, que de acuerdo a información en poder de la autoridad, tiene dividido ese municipio en dos áreas. Como operador de la zona urbana de Ensenada, el Ejido Maneadero e Isla de Cedros, visualizan a Cuauhtémoc Acosta Beltrán. Lo han detenido en cuatro ocasiones por diversos delitos, con armas y con droga. Le acusan de participar en el cuádruple asesinato perpetrado en el palenque Póker el 23 de enero de 2016, que dejó 19 heridos. Ha recuperado su libertad.
En condiciones similares están Jorge Armando Zazueta García “El Coco” y Cayetano Peña “El Cachis”.
Por debajo de Acosta los nombres que las autoridades ubican son Alfonso Niebla Vega, Domitilo García “El Dominic”, Carlos Reyes “El Mercenario” y Leopoldo Lizárraga Ochoa “El Pantera”. De éstos, únicamente Lizárraga tiene antecedentes públicos, cuando fue detenido por robo en 2012 en Sinaloa, y por el mismo delito en Ensenada en 2015, mismo año en que se le ubica en labores de venta de droga para Sinaloa. Niebla fue capturado en 2009 por comercio y posesión de droga, y en 2013 registra una captura con droga que no fue procesada
En la distribución y control criminal de las calles, los organigramas en poder de las policías ubican a Ángel Antonio Holgin “El Seis”, Ramón Hernández Mendoza “El Moches”, Ángel Hernández Simón, Javier Díaz, Carlos Blanco, Kevin Michel García, José Rendón, así como Arturo y José Luis Herrera Oliveiro
La segunda zona, explicaron las autoridades, abarca San Quintín y Valle de la Trinidad, donde los investigadores informaron que los hermanos Flavio y Ángel Medina llevan el control, apoyados en dos hermanas de apellido Murrieta.
En las calles los principales responsables del movimiento de enervantes identificados por los cuerpos policiacos son los también hermanos Giovani y Carlos Montes.
LOS QUE VENDEN DROGA Y MATAN EN TIJUANA
En Tijuana, lo que antes era el Grupo Coordinación y hoy se autonombran Mesas de Pacificación, tienen identificada parte de la estructura del CJNG, donde la cabeza más visible es Héctor Manuel Morales “El Gallero”.
Como parte de este grupo que tiene como líderes de plaza a varios ex lugartenientes del CAF, las corporaciones identifican a dos grupos fuertes en venta de droga al menudeo. Uno en la delegación Sánchez Taboada y otro en Zona Norte.
El primero estaba encabezado por Eric Deraz, asesinado la tarde del 29 de septiembre de 2018 entre los puestos de comida en las canchas de futbol rápido Furati en Zona Río Tijuana. Y Jesús Salvador Padilla Rodríguez, quien registra una serie de capturas y liberaciones entre 2003 y 2017, relacionadas con la venta de la droga conocida como “cristal” en diferentes áreas de la ciudad, desde Zona Norte hasta las colindancias con Rosarito y Tecate.
Por debajo de Padilla, las autoridades ubicaron en Sánchez Taboada a Juan Hernández Quintero, sobre quien pesa una orden de aprehensión por homicidio y vinculan con amenazas de muerte hechas contra policías; fue ubicado en el organigrama de los cárteles a partir de 2015 como parte de la célula de “Los Erres” encabezada por Javier Beltrán Cabrera “R4” para Sinaloa.
La segunda célula que la autoridad considera parte del CJNG, está integrada por operadores del CAF: los parientes del asesinado Luis Toscano Rodríguez “El Mono” (abril de 2015), su hermano Roberto, el ex cuñado Alberto Ávila “El Chacal”, un joven al que identifican como hijo Luis Alexis Toscano Varela.
De acuerdo a las autoridades, en fechas reciente han detectado a las células de José Antonio Soto Gastélum “El Tigre” delinquiendo con el CJNG; a Soto lo han identificado en otro tiempo como parte del CAF, y también con Sinaloa.
En este equipo son presuntamente cinco los hombres dedicados a controlar el narcomenudeo, ya han sido detenido por secuestros, posesión de armas y fueron liberados; las autoridades los llaman “Los Erres”: Sair Aceves, Armando y Gabriel Miramontes, Arturo Juárez y Jesús Ramírez
En el caso del CAF, las fuerzas coordinadas tienen un organigrama con 27 imágenes y expedientes, sin embargo, la mayoría de los identificados se dedican al traslado de droga, extorsión secuestro o cobro de piso.
Para la venta de droga, este grupo lo encabeza en Tijuana José Luis Escudero Escandón, bajo su mando, uno de sus sobrinos: Pablo Huerta Nuño “El Flaquito”, y en la calle con temas de narcomenudeo, José Tomás Camarena Valenzuela
En 2008, el nombre de Camarena se dio a conocer en investigaciones de inteligencia como servidor del CAF, era cuñado de Paul Salomón Salceda. En 2010, al final de la pugna interna del Cártel Arellano, la célula con la que delinquía este hombre fue relacionada al grupo de “Los Teos” que se aliaron a Sinaloa, y a varios homicidios entre los que se incluyeron los de seis policías y la edecán Adriana Ruiz.
En cuanto a las tres células de Sinaloa, existen varios presuntos responsables identificados por los ministerios públicos y las áreas de Inteligencia.
Por el lado de los primos-hermanos Luis y Francisco Mendoza Uriarte, los encargados del narcomenudeo con mayor preponderancia criminal son el ya mencionado desde hace tres años, sin que se haya concretado su captura, José Loreto Capoema “El Versi”; seguido de Christian Israel Salazar Jordán “El Travieso” y Ramón Daniel Orozco Rodríguez “El Junior”.
También en la calle, pero una escala más abajo, Susano Lobato, Gerardo Iñiguez, Enrique Bombela, Simri Solís y Baudelio González.
En cuanto a los vendedores de droga de Sinaloa, los hermanos Alfonso y René Arzate como jefes de grupo de narcomenudistas. Actualmente las autoridades tienen identificados a cinco hombres y una mujer: Isaac Juárez, Baltazar Ochoa, Javier Olguín, Mario Salomón, Juan Valencia y Dalia Rodelo.
Como líderes criminales de la venta de droga en calles, ubican a Alejandro Manuel Gómez Ruvalcaba “El Aguacate” e Iván Leonardo Peña Peralta “El Turbo”. En este rubro, dentro del organigrama mantienen las fotos y nombres de Luis Arturo Jain Pena y Germán González Almejo “El Pechas”, a quienes catalogan como desaparecidos, “no sabemos si se fueron a Sinaloa, a Jalisco o si los asesinaron, por eso no se cambia el estatus” concluyó un investigador.