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martes, febrero 20, 2024
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Una mirada a los vecinos

A los millones de hispanos que luchan en EUA

 


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Para conocer la geografía y viajar relajado al Noreste de los Estados Unidos y saborear el viaje, me trasladé por ferrocarril.

Apunto que es inevitable comparar nuestra sociedad con la que voy descubriendo y me alegra y preocupa a veces, y duele mucho que estemos tan atrasados. No existimos si no es por los heroicos migrantes en los trabajos más humildes, a los norteamericanos les vendieron la idea de que los mexicanos queremos vivir en este país.

Voy a citar aspectos agradables de cada ciudad seleccionada que me gustaron, los positivos que generosamente ofrece la ciudad y dejaré al final temas que son un reflejo de que algo de fondo no funciona, la marginalidad, las heridas abiertas que al paso de siglos no sanan en esta sociedad, de una composición étnica migrante que viene a dar su vida, desde todo el planeta.


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En Nueva York, por ejemplo, al llegar en el nacimiento del siglo XVII, los primeros colonizadores holandeses, irlandeses, alemanes, británicos, noruegos, franceses, judíos, españoles, etcétera, encontraron solo 2 mil pobladores originarios en Manhattan, Nueva York.

Por logística, inicié con un día en Sacramento, capital de California, ciudad impecable, con bosques en el interior de la ciudad en su trazo de áreas verdes de lujo, con esculturas y creatividad en plazas y edificios, con la memoria fresca de la invasión infame a Vietnam, Corea, y cicatrices de la Segunda Guerra Mundial. Ahí se reconoce al servidor público, reforestan espacios con pinos, transporte público eléctrico o híbrido, urbanización, tranquilidad y arquitectura de amplias avenidas y rascacielos.

Naturalmente, si es la capital del Estado, éstas por lo general gozan de privilegios y atenciones. Esto se vio muy gráficamente en Washington, que en el Distrito de Columbia la mejor ciudad que he visto en el viaje. Es obvio, es la capital del imperio y debe proyectar una imagen que compita con cualquiera del orbe, especialmente Moscú y París.

En todas las ciudades que visité por cinco días en promedio, existen espacios nutridos de parques, áreas arboladas, de esparcimiento, de encuentro de la comunidad, espacios recreativos, bibliotecas, acuarios, obras de arte que inspiran, diversidad de museos riquísimos con historia, centros culturales para espectáculos deportivos, teatro y reuniones de miles de personas que conviven en paz.

Parques y jardines donde cualquier ciudadano o turista puede caminar, descansar, leer, hacer ejercicio en bicicleta, patinetas, correr o practicar un deporte colectivo con seguridad.

Una observación obligada, no todo es color de rosa ni espectacular, hay baches profundos, la actividad y densidad económica, industrial y comercial está concentradas en las costas de este país.

Pasamos cientos de kilómetros por Montana y Dakota del Norte y sus llanuras sin nada visible, más que una que otra vaca que pastaba en praderas inmensas. Lo mismo pasa en Nuevo México, Arizona, y regiones de Texas. El “desarrollo” está focalizado en los extremos costeros de Este y Oeste.

Las grandes y pequeñas ciudades disponen de infraestructura educativa, deportiva, cultural de museos de historia local, regional, nacional e internacional, de arte clásico, moderno, étnico, geografía, ciencia, desarrollo de las ramas de la industria.

Y si tienen un zoológico, también disponen de prestigiosos museos de la naturaleza con todas las especies de animales disecados, que parecieran vivos en su hábitat.

Exponen de una manera organizada didácticamente la evolución de la vida y el planeta mismo desde hace millones de años, mucho antes de los dinosaurios, en la Pangea, (formación y acomodo de los continentes… y que se mueven hasta nuestros días.)

Y también la crítica de cómo destruimos la naturaleza con industrialización y consumismo.

Las escuelas, maestros, estudiantes y la persona común tienen acceso a una información vasta, que llevaría meses revisar en detalle en cada museo. Una tarea de paciencia para los amantes de la cultura en esta expresión.

El transporte público es caro pero excelente, lo controla el gobierno de las ciudades, ninguno es privado, es de primera en las unidades con conductores sensibles, amables, con seguridad, cobertura de rutas, horarios establecidos y exhibidos en las estaciones claramente definidas. El metro tiene sus asegunes, dependiendo de la ciudad y abordaré más adelante este punto.

Estas unidades urbanas de servicio que mueven a miles de personas, tienen recursos técnicos para atender y subir a personas con discapacidad, puente, privilegios para discapacitados y un pago con tarjeta magnética que se coordina y vale para el subway o metro.

Los norteamericanos migrantes de 193 países, estarán orgullosos de su país. Viven “bien”, pero el precio es trabajar muy duro. Es un país guerrero, dominante con una industria militar peligrosa. Pero tiene su grandeza y es el esfuerzo popular de quienes trabajan dos o más jornadas (como esclavos modernos) para sobrevivir.

 

M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es Académico del Instituto Tecnológico de Tijuana.

Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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