Con J.J Abrams como productor, no se puede esperar más que una aventura. Y así es esta película llena de adrenalina que aprovecha el contexto de la Segunda Guerra Mundial, cercano al Día D, para exponer a un grupo de soldados americanos que rondan un pueblo francés en busca de un satélite de los nazis que deben destruir antes de que sus aviones se acerquen a las costas de Normandía.
El detalle es que el verdadero peligro es aún mayor del que se imaginan y tiene consecuencias monstruosas para Boyce (Jovan Adepo) y Ford (Wyatt Russell) a la cabeza de los personajes.
Hay buenas actuaciones por parte de estos dos actores bien reforzados por un estupendo elenco, en el que sobresalen Mathilde Ollivier, Pilou Asbæk, John Magaro, Iain De Caestecker y Jacob Anderson.
Desde la primera escena hay emoción, claustrofobia y una sólida dirección de
Julius Avery, con el guion de Billy Ray y Mark L. Smith, este último, mejor conocido por su trabajo en “The Revenant”.
Después de la intensidad de esa escena comienza lentamente a revelarse el misterio del cual se nos explica sólo el “qué”, pero nunca el “cómo”. Los héroes se enfrentan a los monstruos de los nazis y el clímax es espeluznante, pero más que nada esto termina siendo una mezcla de cinta de acción, horror y ciencia ficción muy al estilo de las películas “B”.
Con excelentes efectos especiales, todo queda listo para ver lo que sucede con gran interés, escena tras escena, en un largometraje muy bien interpretado, sin una historia muy extraordinaria, pero llevada con la idea de ofrecer al gran público un rato de entretenimiento y punto. Misión cumplida, vaya. ***
Punto final.- “Overlord” hubiera sido un buen tema para Guillermo del Toro.