Justo cuando la jornada interna del PAN estaba por concluir, el domingo 11 de noviembre, el ex presidente de México Felipe Calderón Hinojosa, renunció a las filas del partido blanquiazul, lo cual en su momento anunció que llevaría a cabo si Marko Cortés ganaba la elección.
“Esta tarde presenté de manera personal y privada mi renuncia al Partido Acción Nacional”, escribió en su cuenta de Twitter el político michoacano.
Tras haber emitido su voto a favor de Manuel Gómez Morín, sin esperar los resultados oficiales del proceso partidista, Calderón desertó a instituto político de derecha; decisión que el Comité Ejecutivo Nacional hizo pública.
A propósito, el órgano partidista dio a conocer que respetaba las razones de su dimisión relativas a que el PAN estaría conduciéndose al margen de la ruta que ha de seguir del país; de cualquier manera, el CEN cuestionó que el ex primer mandatario no fuera autocrítico, pues desde la óptica de ese comité, algunos de los errores que Calderón le achacó a Acción Nacional empezaron a aflorar durante la administración que encabezó (2006-2012), época en la que igualmente llevó las riendas del entonces partido en el poder.
En su carta de renuncia, Calderón criticó que el PAN ha dejado de ser un “instrumento de participación ciudadana para la construcción de un México mejor”. En opinión del renunciante, el debate sobre “los problemas fundamentales del país” quedó de lado al interior del partido en vista de intereses personales y de grupo.
En ese sentido señaló que las cúpulas blanquiazules han hecho uso indebido del presupuesto que recibe Acción Nacional. A decir de quien fuera dirigente del PAN de 1996 a 1999, lo que en su opinión llegó a ser “la mejor alternativa política para los mexicanos” actualmente se encuentra bajo el control de un “consorcio” que ha manipulado el padrón de militantes “mediante exclusiones e inclusiones selectivas e ilegales”, circunstancia que vuelve irreversible la destrucción de la democracia interna partidista.
Explicó que “por quinto año consecutivo” prevalece “la cancelación de nuevas afiliaciones espontáneas” en detrimento de “ciudadanos genuinos y desinteresados”, para dar lugar a la incorporación de “miles y miles de personas por el solo hecho de ser funcionales a la camarilla en el poder”.
En cuanto a la elección interna en el curso de la cual dimitió, sostuvo que constituyó una muestra de “ese control envilecedor” y auguró que la dirigencia encabezada por Cortés Mendoza será reflejo de “la corrupción, la mediocridad y la manipulación” distintivas del PAN, rasgos por los que la población mexicana “ha castigado severamente (al partido) en las urnas”.
Tras la dimisión del ex presidente de México, otros panistas a su vez renunciaron, a saber: Rafael Solan, Emilio Vázquez y Patricia Espinosa.
En cuanto a la creación de un partido político, Calderón Hinojosa no descartó esa pretensión, aunque sólo confirmó que de momento apoyará a su esposa, la también ex panista Margarita Zavala, en las actividades de la organización que coordina.
Por lo pronto el dimitente se quedó sin partido, lo mismo que sin pensión, pues tal como ya se anunció las pensiones para ex presidentes quedaron excluidas del Presupuesto 2019 a iniciativa del presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
